viernes, 12 de junio de 2020

Establece objetivos y ve a por ellos

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Los cambios no son fáciles… ¿o sí? Lo que está claro es que no se consiguen de la noche a la mañana. El secreto del cambio es la motivación, es lo que nos mueve y nos empuja.

Para encontrar tu motivación tienes que visualizar tu meta, tu objetivo y por supuesto ser consciente de tus fortalezas y debilidades.

Párate a mirar lo que has conseguido hasta ahora y hazte estas preguntas:

  • ¿Es esto que tengo ahora lo que realmente quería?
  • ¿Voy a mi trabajo contento y me siento realizado?
  • Si no tuviera miedo ¿qué haría?

Luego, piensa en ti dentro de 5 y 10 años. Visualízate. ¿Sigues haciendo lo que estás haciendo ahora? ¿Te imaginas en la misma casa con las mismas rutinas? ¿Te gustaría verte dentro de 5 años hablando otro idioma? ¿Quizás viajando? ¿Pintando, escribiendo, cocinando como un profesional? ¿Ganándote la vida con tu hobby? ¿Siendo un experto en algún campo concreto?

Si te imaginas exactamente igual que ahora, bien. Quizás hayas llegado donde querías llegar y eso es estupendo, aunque siempre se puede aprender, se puede crecer y se puede mejorar.

Conoce tus fortalezas y debilidades

Si por el contrario tienes objetivos a largo plazo, este es el momento de empezar. Nunca es demasiado tarde para marcarse un objetivo. Hay personas que estudian carreras con 70 años. Gracias a la educación a distancia y a la gran oferta a la que se puede acceder desde nuestra propia casa, es posible hacerlo.

Otros se han pasado la vida trabajando en una oficina y de pronto han descubierto algo que se les da bien, se han formado y han montado su propio negocio con el que ahora se ganan la vida y son mucho más felices. Cuando tu trabajo te gusta no te supone un “trabajo”.

Y qué me dices de aprender un idioma o volverte un experto en tu afición. Si te gusta la fotografía ¿te imaginas montando tu propia exposición?

¿Y las relaciones sociales? Eso también puede mejorar. Y la autoestima, la seguridad en ti mismo… Cualquier cosa que te motive es posible, eso sí, es muy importante que te motive.

Para marcarte un objetivo realista es importante ser consciente de tus fortalezas y debilidades. Conocer el momento exacto en el que utilizar las fortalezas es clave para acercarte un poco más al objetivo. Del mismo modo las debilidades también te indican los aspectos de tu vida en los que tienes que trabajar más.

Divide tu objetivo para reducir la ansiedad

Si quieres conseguirlo, has de intentarlo. Las personas con éxito y las personas felices tienen en común que en algún momento de su vida tomaron la determinación de cumplir unas metas. No vamos a conseguir triunfar en algo sin dar un paso igual que no vamos a ganar la lotería si no jugamos.

El primer paso es buscar el objetivo que te motive. Algo que de verdad quieras.

Las metas a largo plazo asustan y nos generan ansiedad porque suponen un gran trabajo que nos parece imposible poder cumplir. Pero hay una forma de hacerlo y es bien sencilla: divide. Divide tu objetivo en distintas metas y esas metas en pequeños trabajos.

Un objetivo pequeño nos genera menos ansiedad y mayor confianza en poder superarlo.

Aprende a gestionar tus emociones

Mi padre siempre me contaba la historia de un padre que mandaba a su hijo arar un enorme pedazo de tierra para sembrar la vid. Cuando el hijo vio el tamaño de la tierra le dijo que no podía hacerlo, que era demasiado trabajo para uno sólo. El pobre no veía el fin y se sentía frustrado.

Pero entonces el padre le dijo: – Coge esa manta y ponla sobre la tierra. Luego levántala y ara ese pedazo de tierra. Cuando acabes vuelve a hacer lo mismo en el siguiente pedazo.- Y eso hizo el hijo.

A los pocos días de trabajo, el hijo echó un vistazo al enorme pedazo de tierra y se dio cuenta de que le quedaba menos de la mitad por arar. Unos días más tardes terminó ese trabajo que veía imposible. Manta a manta la viña no es tanta.

Y ¿qué viene luego? Pues simplemente dar un paso. Un pequeño paso te situará en el camino. Una vez que te hayas colocado en la senda que va hacia tu meta ya sólo tendrás que ir dando pequeños pasos. Y son esos pequeños pasos los que supondrán un refuerzo para tu motivación y te ayudarán a equilibrar las emociones negativas.

Esas pequeñas acciones diarias te irán dando resultados. Te irán acercando y te sentirás bien y motivado por lo que seguirás con más ganas y verás tu meta cada vez más cerca.

Como ves es posible. El cambio es posible si se quiere. Los objetivos se pueden cumplir.

Yo tengo un amigo al que a veces le preguntan por qué trabaja tanto, que si lo que quiere es ganar más dinero. Y él les responde que le gusta estar allí en su negocio. Es lo que le gusta, le hace sentirse realizado y además le permite vivir cómodamente ¿No es genial?

Conozco a otra persona que pasa horas en el gimnasio y lleva una alimentación muy estricta. Por supuesto la gente le dice que por qué hace eso, que si no se cansa, que si no le gustaría comer más dulces, pizzas y hamburguesas. Y ella les dice también que es lo que le gusta. Le gusta sentirse fuerte y sana y además gana concursos.

Dedicarnos a lo que nos gusta nos hace sentirnos realizados y por tanto nos hace sentirnos bien y felices. Es la cúspide de la pirámide de Maslow.



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