El número de personas que padecen depresión está en alza desde hace unos años y es importante conocer qué es lo que hacemos cada uno para perpetuar esa situación. ¿Crees que.
La mayoría de las personas creen que su estado de ánimo es el producto de las situaciones que viven. La Psicología Cognitiva nos enseña que no:
Creencia General: estímulo → estado de ánimo
Psicología Cognitiva: estímulo → pensamiento → estado de ánimo
Es preciso, para continuar, hacer una distinción importante: un estímulo sí puede provocar de manera automática una emoción.
Por ejemplo, si me pegan un susto experimentaré miedo sin que haya mediado ningún pensamiento, igual que si veo una escena triste puedo llorar o contagiarme de la risa de alguien, porque somos seres empáticos.
Pero emoción y estado de ánimo no son lo mismo: la diferencia principal radica en el tiempo y por ende, en las consecuencias.
La emoción es una respuesta psicofisiológica ante un estímulo, ya sea interno o externo.
El estado de ánimo es más estable, no tiene por qué estar asociado a un solo estímulo específico, y al durar más sus consecuencias suelen interferir de forma más visible en la vida de la persona.
Conclusión: nos sentimos peor por lo que pensamos, que por lo que nos pasa. Por eso es tan importante cuidar nuestros pensamientos, ya que si éstos son exagerados o irracionales y tienen una carga negativa, tenderemos a padecer un estado de ánimo negativo: depresión o ansiedad.
Clasificación de los pensamientos negativos
Podemos hacer distintas clasificaciones de los pensamientos negativos según al objeto al que se dirijan:
Si se dirigen a uno mismo, automachaques o autocríticas: “soy un inútil, no valgo nada, todo lo hago mal…”; si se dirigen hacia fuera, quejas o críticas: “los demás no me valoran, el mundo es una M…”
Si se dirigen a las causas de algo, podemos hablar de atribuciones, que pueden ser: internas-externas, estables-inestables, globales-específicas. Por ejemplo: si algo malo me pasa puedo pensar que la causa está dentro o fuera de mí (en realidad suele ser una combinación de ambas) y que es inalterable ya que ocurrirá siempre y en cualquier circunstancia (con lo cual, esas atribuciones no nos depararían un panorama muy halagador).
Si se dirigen al pasado, rumiaciones: pensar una y otra vez en lo sucedido sin llegar a una conclusión; si se dirigen al futuro, anticipaciones: pensar una y otra vez en lo que puede pasar.
Todos estos pensamientos suelen ser irracionales y disfuncionales, es decir, no se ajustan a la razón, ni llevan a una función. No son válidos, ni útiles.
¿Cómo lo sabemos? Porque son pensamientos llenos de sesgos y exageraciones, polarizados, se van para los extremos, y los extremos no se suelen dar en la vida real, llena de matices y donde nada es blanco y negro (excepto el blanco y el negro).
Seguro que no existe nadie que no valga para absolutamente nada, así como tampoco existe aquello que se da siempre, en cualquier situación y exclusivamente por mi causa o causas ajenas, ni tampoco existen el pasado ni el futuro (aunque sí los recuerdos y la imaginación, pero no existe lo que ya pasó o lo que será, sólo lo que ES).
Por si no fuera suficiente con lo ya expuesto, hay una razón de mayor peso para “no tener” este tipo de pensamientos: que nos hacen sentir mal. Alargan e intensifican nuestros estados de ánimo ansiosos y depresivos.
¿Qué podemos hacer para combatir los pensamientos negativos?
Lo primero que podemos y debemos hacer para combatir los pensamientos negativos es… renunciar a la idea de combatir los pensamientos negativos.
Aquello con lo que te peleas se hace más fuerte, aquello que ignoras, pierde poder de influencia sobre ti. Lo que resistes, persiste. Lo que aceptas, lo transformas.
Si intentas suprimir un pensamiento, le das una información indirecta a tu cerebro: “esto hay que suprimirlo, porque es importante”, y entonces conviertes al pensamiento en objeto de atención de tu cerebro… ¡por lo que le resultará imposible suprimirlo! El famoso caso de “no pienses en un oso blanco” (o un elefante rosa, según la escuela).
Además si te enfadas contigo mismo por tener un pensamiento negativo, donde había un problema, ¡ahora hay dos! Tienes un pensamiento negativo y encima estás enfadado contigo mismo, lo que sin duda no contribuirá a que te sientas mejor.
Un enemigo, ya sea un pensamiento o cualquier otro, no desaparecerá simplemente porque quieras que desaparezca, pero su nivel de influencia sobre tu ser, ¡sí que depende de ti!
Por eso, cuando te sientas mal, trata de encontrar los sesgos, las falacias, las distorsiones y exageraciones de tus pensamientos, porque seguro que son éstos quienes están provocando, principalmente, ese malestar.
Luego, es muy probable que el pensamiento no se vaya o que vuelva, porque estos pensamientos son muy automáticos y tenemos poco control sobre su aparición. ¡Da igual, no te enojes!
Si te peleas con tus pensamientos les estás dando poder. Y precisamente, al analizar el pensamiento y comprobar su irracionalidad y disfuncionalidad, le habías quitado poder, al hacerte consciente del poco valor que tiene ese pensamiento.
Simplemente, deja que tu mente hable, porque la mente humana es capaz de producir unos 60.000 pensamientos al día, y es normal que se cuelen muchos pensamientos negativos y absurdos.
Pero no te cases con ellos, no hagas caso, no des vueltas, no permitas que dirijan tu conducta pensamientos que no tienen valor. Focaliza sobre lo que sirve. Céntrate en lo que te hace sentir bien.
Hay 3 preguntas que te puedes hacer y te pueden servir para aplicar todo esto, la próxima vez que te encuentres inmerso en un estado de ánimo negativo:
¿Qué me estoy diciendo para sentirme así?
¿Qué está pasando en realidad?
¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
Responsabilidad, razón y compromiso con mi bienestar emocional. Un arsenal casi perfecto para “combatir” nuestros pensamientos negativos y ganarles la batalla.
Porque la mayor derrota que podemos inflingirles a nuestros enemigos, es la de ser felices.
El concepto Big Data hace referencia al uso de grandes bases de datos pero también a las tecnologías y metodologías que permiten recoger la información a través de diversos dispositivos.
La psicología, como disciplina basada en el método científico y en la investigación, no puede estar ajena a estos avances. Se debe facilitar que los profesionales e investigadores puedan acceder a esta tecnología con el fin de mejorar su desempeño profesional.
Big Data, Psicología y la nube
En ocasiones la psicología ha visto limitado su alcance por la imposibilidad de acceder a miles de individuos en su ambiente natural. Gracias a la utilización del big data tanto en el ámbito profesional como en el académico, será posible acceder a una gran cantidad de información generada en el contexto natural de las personas que participan en la investigación.
El big data no sería posible sin el gran número de dispositivos existentes como smartphones o relojes inteligentes junto a empresas tecnológicas dedicadas a producir software que facilite el acceso a la información.
Quizá el punto más relevante en relación con la reflexión entre Big data y Psicología sea el hecho de que los datos recogidos se almacenan en servidores remotos, conocidos popularmente como “la nube”.
En este sentido, empresas como Opens3 y en concreto su producto Nutanix permiten unificar la gestión de los servidores y acelerar la implementación de los servicios en la nube. Gracias a ello resulta mucho más sencillo y económico, tanto en tiempo como en recursos, elaborar extrapolaciones de la información analizada en las muestras de individuos.
El papel de las Redes Sociales
Como ejemplo comienzan a aparecer investigaciones con muestras de decenas de miles de personas que analizan y tratan de encontrar una vinculación entre su comportamiento en redes sociales y ciertas características de su personalidad.
En este sentido se han desarrollado algoritmos que tratan de detectar comportamientos depresivos dependiendo del tipo de publicaciones compartidas en estas plataformas.
Otro interesante estudio utiliza el análisis combinado de los “me gusta” de Facebook y las pruebas de personalidad para discriminar mediante regresión estadística características como orientación sexual, uso de sustancias adictivas, edad, género, opiniones políticas y características de la personalidad.
Este tipo de estudios nos permitirá acceder a una información sobre el comportamiento de las personas a una escala inimaginable hasta ahora.
Desarrollo de Aplicaciones Móviles y la investigación en Psicología
El desarrollo de aplicaciones móviles (app) puede realizar contribuciones a la investigación psicológica de diversas maneras. Quizá la más sencilla a priori sea el establecimiento de convenios de colaboración científica con desarrolladores de apps relacionadas con temática psicológica (promoción ejercicio físico, aplicaciones para reducir la ansiedad a través de la práctica medidativa, programas para mejorar la autoestima, etc.)
En muchas ocasiones el desarrollo de las aplicaciones anteriores ha sido realizado por empresas tecnológicas que no han contado con teorías psicológicas durante su creación. Por esta razón el establecimiento de acuerdos de colaboración que permita a psicólogos involucrarse en el diseño de estas aplicaciones puede mejorar tanto su calidad como los resultados obtenidos por los usuarios.
La consecuencia lógica derivada de lo anterior es contar con unos datos de mayor calidad derivados de estas aplicaciones.
En un escenario ideal, podríamos contar con una serie de “apps psicológicas” convenientemente homologadas y probadas por parte de colegios profesionales y que cuenten con todas las garantías técnicas y legales exigibles.
Big Data y su papel en la formación de futuros psicólogos
La figura del Big Data Psychologist (Psicólogo Big Data) se perfila como una de las salidas profesionales para psicólogos con una profunda formación en psicometría y estadística aplicada a las ciencias del comportamiento.
Por esta razón, en la formación de futuros psicólogos deberán incorporarse contenidos y asignaturas que les permitan abordar y analizar la ingente cantidad de información derivada de las nuevas tecnologías.
También será necesario profundizar en el aspecto deontológico para saber diferenciar entre lo que podemos saber y lo que necesitamos saber de una persona para contribuir a la mejora de su salud mental y calidad de vida.
Soy un desastre. Es que no doy ni una. Hija, por Dios, aprende, es que a ver si espabilas de una vez. ¿Pero cuándo vas a hacerte adulto?.
Estos mensajes te resuenan? ¿Es tu voz interior? ¿O por lo menos una de ellas?
Porque yo oigo otra que se justifica y dice “tiene razón, y explica por qué haces las cosas mal”. La oigo muy débil, pero la oigo. Uy uy, es la voz de un chiquillo, pero sin embargo tú eres un adulto, no?
Pero si no hay nadie más, ni un jefe cabrón, ni una pareja ofensiva. Ah, ya lo veo. Estás tú solo. Es ese niño interior que aparece en ti cuando se encuentra mal y reactiva ese diálogo interno de autotortura.
Qué masoquismos ¡ese diálogo interior, entre el grande que riñe y descalifica, y el pequeño, que se justifica!
Estás triste, ¿Cómo no vas a estar triste? Lo que estás es machacándote. Y tú sola. Aunque no has creado esos mensajes de la nada. Estás utilizando grabaciones de lo que te decían, ¿Tu padre? O fue tu madre?.
Sí, esos mensajes de lo que se debe hacer o no, lo que se debe ser. Eso lo sacaste de ahí. Son mensajes que obtuviste de tus padres, lo que te decían los has introyectado en tu interior y ahora no necesitas a nadie que te espolee.
Padres críticos/ padres nutritivos
También sacaste de ellos la forma de cuidarte. Nena, ponte la chaqueta. Cuidado al cruzar la calle. Ay lo que vale mi niña. ¿Quién es la más guapa de la casa? ¡Carlitos, todo lo que se propone, lo consigue- dice su orgulloso padre.
Los padres son críticos y nutritivos. Cumplen las dos funciones: te preparan para la vida con sus indicaciones (la parte crítica) y te dan alimento y amor para que crezcas feliz y confiado (la parte nutricia).
Si son demasiado críticos, te machacan a exigencias . Si son poco críticos se convierten en abuelones y no te sirven sus enseñanzas.
Si son demasiado nutridores no te dejan crecer y si no lo son creces tambaleante, con poca autoestima y con frío en la espalda.
Son sus dos roles, prepararte para la vida y darte calor para que crezcas bien. En su justa medida.
En esos momentos, tú eres chiquito y necesitas guía y protección y tienes que obedecerles porque así es la forma de aprender sin demasiado riesgo. Más tarde aparece tu poder razonador que va a ser el que te permita crecer libremente.
Va a ser el que cuestione esos mensajes y elija los que le parezcan más adecuados y deseche los otros, sin más.
Si lo hacen bien, vas prendiendo como las plantas en equilibrio y creciendo en libertad. Para ti el mundo será una oportunidad en la que vivir con cierta precaución.
El niño sumiso
Quizás no lo hayan hecho bien. Puede que te hayan asustado abrumándote con exigencias o transmitiéndote sus propios miedos, o estando ausentes o siendo ellos mismos más niños que padres. Y así creciste tú inseguro.
Porque te lo tragaste sin más y no desarrollaste tu parte racional. No es que tú seas un desastre, es que tu padre es el eterno insatisfecho que recrimina cualquier cosa. ¿y tu madre? No te enseñó a que te cuidaras porque bastante tenía ella con cuidar a tu marido que era un egoísta de tomo y lomo.
¿Estoy siendo muy dura?
Quizás sí, es para que escupas todo lo que diste por bueno y te tragaste. También te digo que ellos seguramente no lo pudieron hacer mejor.
El tema es que tú cogiste su testigo y lo haces de la misma forma contigo mismo Ahora eres tú el que se recrimina por cualquier nimiedad y eso de decirse “Nene, tú vales mucho”, pues que no va contigo.
¡Si el jefe cabrón o la tía esa insidiosa que se mete contigo encontraron un cómplice en ti¡. Ellos empiezan, pero la zambomba te la das tú toda la tarde. ¡que si lo tienes merecido, por imbécil, que a quién se le ocurre, que no paras de meter la pata una y otra vez….
¿Fue tu caso? ¿ quizás fueron padres ausentes o poco cálidos? Y tu no aprendiste a sustituirlos.
¿Te suena esto?
¿Entiendes ahora por qué tienes tan baja la autoestima?
Te suena al niño que fuiste y a ese niño que permanece en ti, que se deprime y agacha la cerviz cuando su padre le recrimina como si fuera un asesino, cuando solamente es que está despistado y no sabe qué camino tomar en la vida. O a tu niño que busca causas perdidas para rebelarse agotándose en la lucha queriendo en el fondo huir de su exigente madre.
O a esa niña de madre ausente que tuvo que aprenderlo todo sola en la vida. Ah, también hay los hijos de padres (generalmente madre) castradores, que no los dejan ser autónomos y el miedo que se pasa después…..
Razona. Tu parte analítica
La buena noticia es que las cosas no eran como ellos las veían, ni como te hicieron creer a ti. Nadie es un desastre por suspender, tener la casa desordenada, o tener una relación infeliz. A ver, venga define desastre. Vamos, que no estamos hablando de una guerra mundial, por Dios.
Saca tu parte racional y si no la tienes busca en wikipedia a ver qué se considera desastre y si ponen una foto tuya no digo nada, pero si no…
Y es que te la pegaron. Tendrían sus dificultades, habrían aprendido también mal. No lo sé. Pero te la pegaron. Pero ya eres mayorcito para razonar que seas lo que seas ni eres el culpable de todos los males, ni por qué no decirlo chico, estás fundamentalmente en la media de cómo somos todos: terriblemente humanos y con debilidades.
Así que venga, por favor…. Según las estadísticas de población, ¿tú eres el colmo de los males o estás dentro de la media? ¿Dónde pone que no tengas remedio? Vale que no seas un crack, pero baja el pistón , que eres como todos y la vida sigue.
¿Ahora te la pegas tú mismo? Sí, eso. Es la matraca que llevas dentro de mensajes negativos la que te está fastidiando. No le puedes echar la culpa a nadie más que a ti.
El niño libre
¿Quién es el niño libre?
Es nuestra parte emocional, el que disfruta, el que sabe sacar las emociones en el momento adecuado, el que se deshace de deberes y juicios ajenos y busca su propio camino en el mundo.
¿Tiene miedo? A veces, claro que sí, pero encara la vida de frente. Confía en sus fuerzas.
¿Cómo se ha hecho? Poniéndose a prueba, analizándose objetivamente y sacando sus propias conclusiones, por ensayo y error. Jugando. Es la creatividad, es el niño que fluye ajeno a componendas ajenas.
Todos tenemos uno, a veces escondido, a veces ignorado. Se reconoce en las risas espontáneas, en esas miradas que no traicionan…
Es el que pasa de las amarguras ajenas. El que dice: “Déjame intentarlo a mí” y el que perdona los errrores de sus mayores.
Porque nadie hace deliberadamente las cosas mal si puede hacerlas de otra forma. Y si perdonas la debilidad de los otros, también te la estás perdonando a ti mismo.
¿Cómo potenciar al niño libre? Veamos varías vías.
Subir la cantidad de mensajes nutricios. Tipo: “Jo, cómo lo estás haciendo, te estás superando, lo estás intentando, venga que puedes”
Bajar el exceso de críticos: “No, si tú, con la trayectoria que tienes , lo dejarás para última hora y te saldrá un churro…”
Activando la razón:“Tanto trabajo, dividido en tales días, sale a tanto, por lo tanto una persona de mi experiencia puede desarrollarlo sin dificultades”
Potenciando el niño libre:“Claro que lo haré porque puedo y quiero hacerlo. Y dejadme en paz de miedos ajenos.”
Evidentemente, crecer es un aprendizaje. Pero ¿ahora entendéis por qué nos sentimos unos más vulnerables que otros? ¿Porqué tenemos unos menos autoestima que otros? la formula para sentirse querido.
Porque tenemos compactado nuestro yo débilmente y tiene grietas y por esas grietas se cuelan nuestras inseguridades. ¿ Podremos hacer tal cosa? ¿ Sabremos hacerlo? ¿ Nos lo merecemos?
Conclusión
Para acabar quería decirte dos cosas. La primera que perdones a tus padres si no te criaron de la mejor manera. Perdonarlos a ellos, es perdonarte a ti mismo lo que tu tampoco haces bien .
La segunda, ¿te atreves a analizarte según este esquema? ¿qué círculo es más grande en ti y cuál mas pequeño?
Esta es la estructura de la personalidad según una teoría de psicología muy famosa, el A.T. ¿Hay algo que puedas hacer tú, ahora para quererte más?
Seguro que si te pregunto por aquella cita especial que viviste hace años recuerdas todos los detalles que la acompañaron: cómo ibas vestido, olores especiales incluso sabores. Sin embargo seguro que si te pregunto ¿qué cenaste ayer? te cuesta un poquito más recordar, incluso tu discurso será bastante más escueto y limitado en detalles.
Esto ocurre porque nuestra memoria no almacena información de forma azarosa, sino que es creativa y se adapta. Por eso me empeño tanto en que te enfoques en el lado positivo de la vida porque la forma de trabajo de la memoria hace que el ser humano sea optimista por naturaleza.
6 curiosidades sobre la memoria
1. Existe un trastorno llamado Hipermnesia que impide olvidar las cosas
Con el término de Hipermnesia se explica un trastorno de la memoria en el cual la persona que lo sufre presenta un grado sobresaliente de retención y recuerdo. Es lo que se conoce comúmente como memoria ilimitada.
El término proviene de la terminología griega y está formado por los vocablos “hiper” (exceso) y “mnesia” (recuerdo). En base a esta doble acepción, el término hace referencia a un exceso de recuerdo.
La capacidad de memoria de las personas que padecen de Hipermnesia está muy relacionada con la memoria autobiográfica. Este tipo de memoria hace referencia a la capacidad de evocar nuestras propias vivencias y recuerdos de nuestra vida.
Una persona con Hipermnesia puede recordar sin ningún esfuerzo qué tipo de ropa ha llevado puesta cada uno de los días de su vida. Incluso puede recordar también qué tiempo hacía en un día en concreto.
2. Recordamos mejor aquello que nos emociona y nos soprende
Gazzaniga (psicólogo de la Universidad de California) define dos características para que una experiencia cualquiera sea almacenada en nuestra memoria: recordamos aquellos hechos que nos emocionan y también aquellos que nos sorprenden, de modo que aquello que nos ha conmovido y nos ha resultado inesperado estarán presentes cuando pretendamos evocar nuestro pasado.
Si echas la vista atrás para hacer una lista de las cosas que más y mejor recordamos de nuestra vida, probablemente todas estarán relacionadas con experiencias que nos han conmovido emocionalmente. Recordamos momentos especiales tanto positivos como dolorosos.
Por otra parte, seguro que si te pregunto ¿Dónde estabas el día que cayeron las Torres Gemelas de Nueva York? tampoco te costará mucho recordarlo.
Es cierto que no tuvieron una repercusión personal en la vida de la mayoría pero fue tan sorprendente y nos dejó tan afectados a nivel psicológico que dejó huella en nuestra memoria.
3. Cuanto más estimulante resulta una experiencia, mayor es la huella que deja en la memoria.
La intensidad de lo que vivimos es, por tanto, lo que perdura en el tiempo. Cuanto más intensa es nuestra experiencia, más probable será que podamos rememorarla posteriormente.
Este hecho explica porqué con el paso de toda una vida, los ancianos incluso los que padecen algún tipo de demencia relatan con gran lujo de detalles recuerdos de su infancia y su adolescencia, años en los que todo era experimentado por primera vez y por tanto vivido muy intensamente.
4. Nuestra mente recuerda los hechos principales e inventa, inconscientemente, los detalles.
Schacter, psicólogo de la Universidad de Harvard, descubrió que, cada vez que recordamos, modificamos nuestro recuerdo, es decir, creamos variaciones del recuerdo inicial.
Parece ser que nuestro cerebro esta “programado” para recordar solamente los hechos principales y que, en cambio, los detalles no los recuerda tan bien, por lo que nos lo inventamos de forma inconsciente cada vez que recordamos.
Te contaré algunos hallazgos derivados:
Se ha demostrado que una de las tendencias más habituales es asignar un recuerdo a una fuente incorrecta, por ejemplo pensar que un amigo nos contó algo cuando en realidad es algo que vimos por la televisión.
También ocurre que construimos recuerdos a partir de influencias externas, como si fueran nuestras propias experiencias pero realmente no lo son, seguro que te ha pasado que alguien te ha contado algo y al cabo de un tiempo, cuando evocas ese recuerdo lo relatas como si fuera algo que te sucedió a ti.
Es cierto que existen recuerdos recurrentes que no podemos olvidar y que somos capaces de explicar con todo lujo de detalles, como los de acontecimientos desagradables, en realidad nuestro cerebro sí que olvida muchas de estas experiencias, lo que sucede es que nos permite conservar el recuerdo de aquellas vivencias que nos han permitido aprender algo y nos han resultado útiles.
Esta forma de recordar muy bien los datos importantes y ser “más perezosa” para los detalles tiene una finalidad adaptativa: la de almacenar únicamente lo esencial de una experiencia vivida, economizando así energía y evitando abarrotar la memoria con detalles triviales. Precisamente estos son los detalles que nos inventamos inconscientemente cuando recordamos.
5. La memoria nos ayuda a imaginar el futuro
Esta capacidad de añadir detalles, también tiene una función práctica, ya que nos ejercita para imaginar el futuro. Y gracias a esta capacidad podemos también ser optimistas.
Schacter afirma que la mayoría de las personas somos optimistas, ya que cuando nos preguntan sobre nuestras expectativas de vida, solemos pensar que nos van a pasar más acontecimientos positivos que negativos.
La mayoría de nosotros solemos pensar en relación con nuestra vida la máxima de que “lo bueno está por llegar” de hecho hay investigaciones a nivel biológico que han demostrado que hay mecanismos que nos incitan a pensar de este modo.
Quizá los estudios más destacados sean los Tali Sharot:
Uno de sus estudios se basó en medir la actividad cerebral de adolescentes, con el fin de determinar hasta que punto eran optimistas y qué zonas de la mente estaban implicadas en esta cualidad.
Se pidió a los adolescentes que imaginaran que les pasarían cosas buenas y cosas malas en el futuro. Posteriormente, tenían que indicar el agrado de emoción con el que vivían estas situaciones hipotéticas.
Concluyó que la mayoría de los chicos creían que los acontecimientos positivos estaban mucho más próximos en el tiempo que los negativos, que eran visualizados como menos importantes y desdibujados, localizados en un futuro lejano y poco relevante.
Además los estudiantes se mostraban convencidos de que los acontecimientos positivos que estaban por llegar eran mucho más importantes que los que ya habían vivido y recordaban agradablemente, el futuro resultaba para ellos mejor que el pasado.
6. Cuando tenemos pensamientos positivos el cerebro se encarga de generar emociones positivas
Cuando los adolescentes del estudio pensaban en experiencias negativas, las zonas del cerebro encargadas de regular las emociones se inhibían, es decir, la mente se ocupaba de eliminar ese tipo de pensamientos pesimista.
Por el contrario, cuando esos mismos jóvenes se imaginaban acontecimientos positivos, esas mismas áreas cerebrales se coordinaban y se activaban para generar emociones agradables.
En definitiva, estos estudios nos aportan datos para concluir que nuestra memoria nos induce a ser optimistas.
Así que deberíamos estar agradecidos a nuestro cerebro optimista por ser capaz de imaginar futuros prometedores para nosotros, pero también por recordar mejor aquello bueno que ha habido en nuestro pasado, dejando de lado las malas experiencias que, seguro, todos hemos vivido.
Desde un punto de vista evolutivo creo que sin este cerebro inventor, creativo y optimista muy probablemente no habríamos llegado donde hemos llegado como especie.
Nuestra cultura occidental, que además se ha vuelto dominante en todo el planeta, no le da importancia a controlar nuestra propia mente a voluntad y considera “normal” estar distraídos, conversando con nosotros mismos o abismados en especulaciones o recuerdos dolorosos.
Por si fuera poco, nos vemos sometidos a todo tipo de estrés, en buena medida producto de asimilar de manera automática, patrones de conducta dictados por un estilo de vida que pone por delante la ganancia material antes que el bienestar de los seres humanos.
Cuando el asunto hace crisis y se nos presentan problemas de salud o serias dificultades en nuestra vida social, cada vez más personas deciden hacer algo por sí mismas para salir de ese estado de automatismo e intentan servirse de alguno de los tantos métodos de autoayuda.
¿Qué es la “autoayuda”?
El término de autoayuda se emplea para referirse a diferentes procedimientos y técnicas útiles para controlar o modificar el estado emocional propio, así como conductas o estados de conciencia, de tal manera que lo conseguido ayude al individuo a sentirse mejor.
Las prácticas de autoayuda más exitosas están inspiradas en filosofías ancestrales y como parte de sus ejercicios con el fin de lograr un control efectivo de la mente y el cuerpo, es posible generalizar que siguen los siguientes pasos:
1.- Como primer paso aplican el control voluntario sobre la respiración, buscando que el individuo la realice de forma completa y profunda, diferenciando bien sus cuatro etapas.
2.- A continuación se induce una relajación muscular paulatina y profunda.
3.- Mediante el ejercicio de la voluntad de manera suave pero firme, se induce un estado de silencio interior, buscando interrumpir el diálogo interno y el flujo de pensamientos, hasta lograr acallarlos por completo o reducirlos a un murmullo de fragmentos no encadenados.
4.- Luego se induce por distintos procedimientos (según sea el método) un determinado estado de autosugestión profunda, utilizando en la mayoría de los casos imágenes mentales, en otros casos empleando sonidos y en algunas ocasiones frases o palabras
5.- Una vez alcanzado un estado de conciencia altamente receptivo para el fin de autoprogramarse, se induce por alguna técnica específica el comportamiento que se desea tener ante determinada situación (que se presentará usualmente en un estado ordinario de conciencia), así como el “disparador” para activar dicho comportamiento a voluntad.
6.- De manera paulatina, se regresa al estado ordinario de conciencia, ese en el cual efectuamos nuestra vida social.
¿Cómo es posible que recursos relativamente sencillos e incluso “engañosos” resulten efectivos?
Muchas personas que se hacen esta pregunta simplemente optan por desechar estos métodos, por considerarlos pura superchería.
Sin embargo, ignoran que no solo están inspiradas en prácticas milenarias de probada eficacia, sino que por si esto fuera poco, la Ciencia moderna confirma y explica su efectividad.
La Ciencia toma la palabra
Al referirnos a la mente, usualmente mencionamos solo al cerebro, cuando en realidad eso que llamamos “mente”, más que un órgano en específico, es un sistema que se extiende por todo nuestro cuerpo e interacciona con todos los demás sistemas vitales, hasta producirse un grado tal de involucramiento mutuo a nivel celular y bioquímico que resulta imposible determinar con toda exactitud dónde termina y dónde comienza cada uno de ellos.
Por ese motivo, modernamente han aparecido nuevos enfoques científicos para abordar la interacción mente – cuerpo, tales como la neuroinmunología.
Estos nuevos enfoques corresponden a los paradigmas modernos del Conocimiento humano, donde más que la división en partes de un asunto para comprenderlo, enfatiza la mutua interacción de diferentes procesos de manera completamente dinámica.
En el caso del ser humano, este enfoque lleva a entenderlo como a una entidad en constante adaptación e interacción con el medio, considerando a la enfermedad como la disminución temporal de esta capacidad.
Así, todo el mundo sabe que un estado depresivo o de estrés negativo por cualquier motivo puede desencadenar una enfermedad somática, del mismo modo que el padecer de una enfermedad produce tristeza y puede llevar a la depresión.
¿Pero cómo se explica que de modo intencional puedan crearse sensaciones, imágenes y estados mentales capaces de generar respuestas fisiológicas con posibilidad de actuar contra las enfermedades o modificar conductas?
El cerebro es también es producto de la evolución
(Y por cierto, continúa evolucionando en la actualidad, ya no solo de manera natural…) Pero vayamos al asunto.
El cerebro humano es resultado de un largo proceso evolutivo de muchos millones de años. Aquellas estructuras del cerebro responsables del control de las funciones vegetativas, tales como la respiración, el ritmo cardiaco, el equilibrio y el movimiento muscular, las hemos recibido como herencia de los reptiles.
Se trata del tronco encefálico (que engloba varias estructuras) y el cerebelo. El neurofisiólogo norteamericano Paul MacLean le llama “el cerebro reptiliano”. Dicho “cerebro” entiende al mundo como acciones y reacciones.
A las estructuras cerebrales que nos permiten relacionarnos con la realidad como emociones agradables o desagradables, el mencionado neurofisiólogo les llama “sistema límbico”, dentro de la cual están presentes el hipocampo (las estructuras donde reside la memoria), la amígdala y el hipotálamo. El “sistema límbico” está presente en las especies de mamíferos incluso anteriores al hombre.
Las estructuras cerebrales que nos permiten pensar y experimentar sentimientos radican en el neocórtex o corteza cerebral que ocupa la mayor parte del cerebro humano.
Paul MacLean consideró que estos “tres cerebros”, desarrollados evolutivamente como ‘capas’, una encima de la otra, cada uno de los cuales cuenta con su propia fisiología, su propio tiempo, su propia inteligencia, su propia memoria y diferentes modos de interpretar la realidad, al interconectarse entre sí los tres, forman esa unidad funcional que llamamos “cerebro humano”.
En el cerebro, a la vez que cada parte cumple un rol especializado y parcialmente autónomo, resulta imposible aislar el funcionamiento de cualquiera de las tres partes del funcionamiento del Todo.
Cuando se piensa, se imagina o se evoca algo que no sea puramente abstracto (como un problema matemático) siempre se producen emociones (producto del sistema límbico) y reacciones fisiológicas controladas por el “cerebro reptiliano”.
Baste como ejemplo imaginar que cortamos con un cuchillo un limón fresco. O lo que sentimos al recordar un evento desagradable. O bien, qué emociones y respuestas fisiológicas se producen cuando mentalmente anticipamos un evento al que sabemos o creemos que estaremos expuestos.
El concepto de “real” pertenece a nuestro raciocinio, o sea al neocórtex, no al sistema límbico ni a las estructuras del cerebro reptiliano. Estos dos no tienen manera de poner en duda lo que la corteza cerebral proyecta. Para ellos “eso” es real. Como reales son las respuestas fisiológicas que desencadenarán.
De ahí la factibilidad de aprovechar esto para desencadenar de manera intencional procesos psicofisiológicos que nos favorezcan, utilizando nuestra imaginación y nuestra voluntad.
Al conseguir mediante el ejercicio de la voluntad, respirar de manera profunda y completa, conseguimos mejorar la disponibilidad de energía en nuestro organismo.
Cuando mediante el ejercicio de la voluntad logramos detener el diálogo interno, además de facilitar la autorregulación de todas nuestras funciones vitales, conseguimos que las imágenes y sugestiones mentales utilizadas sean inequívocas, claras y persistentes, lo cual desencadenará las respuestas fisiológicas deseadas para restaurar el equilibrio mental y corporal, ayudar a restablecer la salud y contribuir a desaprender un mal hábito o adquirir una nueva capacidad.
Aquello que nuestra corteza cerebral considere como real, al resto del organismo no le queda otro remedio que considerarlo como tal.
Somos seres programables
Todos nuestros saberes, conductas, hábitos y hasta nuestros miedos son producto del aprendizaje.
En última instancia, a nivel cerebral, un aprendizaje no es más que una cierta y determinada conexión entre neuronas. Establecerla lleva gasto de energía, prueba y error además de repeticiones.
Esto es lo que experimentamos como “esfuerzo mental”. Si para facilitar el aprendizaje manejamos la respiración, detenemos el diálogo interno y adoptamos una actitud positiva, favorecida por imágenes mentales y auto-sugestiones adecuadas, el proceso de aprendizaje será más efectivo.
De igual manera, podemos “desprogramarnos”, o sea, deshacer determinadas conexiones neuronales. Como esto conlleva gasto de energía, se experimenta como una sensación de fastidio.
Del mismo modo que en el caso del aprendizaje, cualquier proceso de desaprender se ve muy favorecido controlando la respiración, deteniendo el diálogo interno y utilizando sugestiones e imágenes mentales.
Ayúdese a sí mismo
Ayudarse a uno mismo no solo es el primer derecho humano, sino también el primer deber.
Instruirse en ello para conocer y dominar los métodos más efectivos, es una ganancia neta al alcance de cualquiera.
Tenga siempre presente que nada ni nadie puede hacer más por su persona que usted mismo.
Son muchas las personas que todavía no conocen el valor y la importancia que tiene amarse uno mismo, no hablamos de la prepotencia ni de creerse el centro del mundo, hablamos.
Cuando alguien va al psicólogo, lo hace con la intención de aprender algo que le ayude a solucionar su problema. Pero no sabe el paciente, el valor incalculable que tiene para el aprendizaje del psicólogo.
De eso quiero hablaros en este post, compartir la reflexión a la que me ha llevado la sesión con una persona a quien acompaño, profesionalmente, desde hace unos meses. Ella se encuentra en un momento de cambio, en el que ha decidido que NADIE MANEJA MI VIDA
Premisa indiscutible que define ,un estilo de vida saludable en lo que a lo psicológico se refiere. Parece que tenemos muy clara esta frase y sobre todo, cuando nos referimos a lo que tienen o no que hacer los demás, pero cuando nos toca mirarnos a los “adentros” no está tan claro que sea yo quien controla mi vida.
La necesidad de control es patológica
¿ Qué es controlar mi vida? No estoy segura que el término “control” sea el más adecuado de asociar con la palabra vida…me “chirría”. La vida es algo en movimiento supone cambio, incertidumbre, alegría, tristeza, miedo, … ¿por qué controlar eso?
La necesidad de control es patológica, controlamos cuando sentimos ansiedad evitando hacer tal o cual cosa; cuando estamos deprimidos y a la vida no le otorgamos sentido, creyendo que se ha parado para nosotros;cuando tenemos baja autoestima y controlamos lo que decimos o hacemos para no caer mal o parecer estúpido; cuando nos invade el miedo y queremos que el tiempo pase rápido como si éste, pudiese controlarse…
El control no ayuda, tan solo aviva la preocupación. Creemos que estar controlando y preocupados ayudará a prevenir aquello que no queremos que ocurra…¡que ingenuos hemos sido! Hemos sobrevalorado la utilidad de estar preocupados y para lo único que sirve, es para traernos un malestar gratuito. Hay un frase que otro paciente compartió conmigo que nos viene como anillo al dedo
“Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces”
Ya he dicho en alguna otra ocasión, que cuando alguien está feliz o alegre nadie le dice que deje de estarlo, en cambio, cuando es el enfado o la tristeza le pedimos que se vaya a otra cosa, le metemos prisa para que esto pase rápido, para que lo controle, que lo anule, …No hay ninguna mala intención en eso que hacemos, lo cierto es que no nos gusta ver que la gente lo pasa mal y queremos minimizar su malestar…
¿Has intentado controlar lo que piensas?, ¿lo has conseguido?...cuanto más intentamos controlar aquello que no queremos pensar, más nos viene a la cabeza. La mente va por libre, es tarea imposible la de controlarla siendo más útil tomarse un café con ella, para saber que hay de racional o no en aquello que quiere convencernos.
La vida supone cambio, está llena de devenires, acontecimientos, etapas. Muchos de esos cambios son voluntariamente decididos, gestionados, afrontados, manejados pero no controlados. Podemos nosotros, poner en marcha acciones que nos ayuden a prevenir, gestionar, solucionar, afrontar, disfrutar, avanzar, …
El control mata la autenticidad y la espontaneidad que a todos, nos hace únicos e irrepetibles
Alcanzar todas nuestras metas nunca ha sido tarea fácil, pero hay ciertas cualidades que nos pueden ayudar a conseguir lo que queremos. Cambiar esos esquemas mentales que nos mantienen con el freno de mano puesto es la primera medida a tomar para alcanzar metas y objetivos.
Sólo así, conseguimos ser dueños de nuestras propias emociones y vivir la vida con plenitud y entusiasmo. Pero para todo ello tenemos que hacer frente primeramente a los pensamientos negativos, ese juez interno que va dictando sentencias en contra de nuestros intereses antes de tiempo. Por eso hay que aprender a pararlos.
Si cuando nos enfrentamos a una situación difícil, dejamos que los pensamientos negativos invadan nuestra cabeza, más pronto que tarde se convertirán en emociones dañinas que nos harán sufrir.
No se trata de distorsionar la realidad, sino de adoptar una actitud más favorable. Las personas que se hablan a sí mismas con optimismo y confianza saben relativizar, se ven capaces de ser felices a pesar de las inclemencias, y aún así se sienten mejor.
Para tener la misma actitud que este tipo de personas, hay que realizar una limpieza mental. Para ello hay que analizar a esa vocecilla que boicotea nuestro bienestar.
Si lo que nos da vueltas a la cabeza es exagerado, no ayuda a resolver el problema y, además, nos hace sentir mal, a qué esperamos para borrarlo de nuestro mente.
Cuando un pensamiento no es útil es que está de más, ocupando un espacio valioso en el cerebro y malgastando nuestra energía.
Hay que evitar no echar más leña al fuego y así evitar los pensamientos derrotistas, que son los que realmente nos boicotean y no nos dejan pensar con claridad y solo nos dejan pensar en la negatividad.
Cuando nos imaginamos mentalmente alcanzando una meta deseada, activamos las mismas regiones cerebrales que si ocurriera realmente, activando también los mecanismos de recompensa.
Esto lo saben muy bien los deportistas profesionales, quienes acostumbran a crear imágenes mentales antes de sus competiciones. ¿Por qué lo hacen? Las imágenes mentales predisponen hacia el afecto positivo, la persistencia, el afrontamiento y la superación personal.
Y, aunque la visualización no garantiza el éxito, si produce un aprendizaje en el cerebro, nos llena de autoconfianza, y nos prepara para orientar nuestras conductas con el fin de lograr nuestras metas.
¿Cómo se explica a nivel científico?
Para ponernos en marcha hay que encender el motor, y el motor humano es el deseo y el interés. Activar el deseo y el interés es el primer paso para la motivación, y ese paso solo se impulsa desde lo emocional.
¿Qué despierta nuestra emoción, nuestro deseo? La respuesta son los motivos que nos mueven: el poder, el reto, los logros, las relaciones con las personas, trabajar en equipo y cooperar, el disfrute y el placer, aprender, la autonomía, la seguridad, la comodidad, contribuir a algo más grande que nosotros.
Cuando conectamos con nuestras motivaciones personales el cerebro límbico se pone en marcha, y empieza a trabajar liberando dopamina (experimentamos placer), y conectando las distintas regiones o áreas cerebrales. Estamos en situación activa, queremos más, queremos obtener, este es el impulso que mueve la acción.
En milesimas de segundo el cerebro límbico envia un mensaje al cerebro racional a través de la generación de adrenalina, a la parte prefrontal donde están las funciones ejecutivas encargadas de la acción.
Primero sopesa, luego se marca objetivos y planifica acciones, y luego ejecuta esas acciones. Si una vez activado el deseo no se pasa a la acción se frustra el proceso de la motivación, porque se corta el circuito motivacional y se le impide a la persona experimentar el placer de lograr lo que desea.
La dopamina genera optimismo, ilusión, entusiasmo y otras emociones que dificultan la percepción de la realidad de forma objetiva. La adrenalina baja los niveles de dopamina y nos permite ser más objetivos y realistas.
¿Te suenan esas personas con gran entusiasmo e impulso que tras los primeros pasos pierden el fuelle?
Sí, todos esos que están llenos de ideas, planes, proyectos y objetivos que te cuentan van a poner en marcha de una manera enérgica, apasionada, y hasta convincente, y pasan los meses, los años, y siguen igual, o ya han cambiado de proyectos u objetivos pero ninguno se lleva a la práctica.
Otras personas ponen en marcha muchos proyectos o planes de acción para conseguir sus objetivos pero no terminan nada, empiezan mucho pero no acaban nada.
Tanto unas como otras no completan el circuito de la motivación, se activan con facilidad pero no pasan a la acción, o actuan y se mueven en la dirección de lo que desean, pero no son capaces de mantenerse en ella, no persisten. Vamos mucha dopamina y adrenalina, pero poca serotonina. Seguro que ahora entiendes muchas reacciones, muchos frustraciones y muchas vidas.
¿Qué puntos puedo tener en cuenta?
Querer es poder. No te avergüences por tus fracasos, aprende de ellos y comienza de nuevo. La forma de empezar es dejar de hablar y empezar a actuar.
Vivimos rodeados de frases que incitan a la acción que aseguran que el camino del éxito está compuesto de fracasos, pero seguimos embarrancados en nuestros propósitos.
Una parte del mundo quiere dejar de fumar, perder peso e imponerse una práctica regular de ejercicio físico y no lo consigue. Pero quiere. Y mucho. Cuando queremos conseguir algo, si no estamos muy seguros de que lo lograremos, nos auto saboteamos.
Nuestra mente juega a la contra. Somos ella y a menudo nos hace la puñeta. Fracaso es el término a evitar. No nos entregamos al 100% por miedo a fracasar. Y ya pueden decir que las caídas son sinónimo de empeño, que no pasa nada si el resultado no es el esperado, que hemos venido a jugar.
Hemos de ser positivos frente a la incertidumbre, dejarnos aconsejar por otros, reinventar metas o ser nuestros propios admiradores. Perder una batalla no implica perder la guerra. En ocasiones solo se piensa en la meta y no valoramos el camino. Saber afrontar la frustración es importante.
Debemos tener muy en cuenta la famosa frase de “creer es poder”, en referencia a una actitud positiva, así como conocer nuestras limitaciones y no proponernos metas inalcanzables que nos harán tirar la toalla.
Esta es la pregunta del millón para cualquier persona que se está planteando estudiar psicología. O que ya tomó la decisión de hacerlo. ¿Realmente hay salidas profesionales para la psicología? ¿Se puede vivir de ello? ¿Cuánto puedo ganar después de cuatro años de consumir contenidos de alto voltaje? ¿Me veré obligado a enviar el currículum al súper de mi barrio…? Esta y otras cuestiones en este post.
Pasión lo primero
Ey, tranquilidad. ¡Si te ves obligado a trabajar en el súper de tu barrio no pasa nada! Yo trabajé todos los periodos de vacaciones en el súper de mis padres hasta que terminé la carrera: navidades, semanas santas y veranos. Y puedo decirte que puede que hayan sido unos de los mejores practicum de mi vida.
Aprendí a dominar impulsos, desarrollar la empatía, resolver conflictos, contabilidad, organización y planificación de la agenda laboral, trabajar en equipo, negociar honorarios… Así que si te resistes a estudiar Psicología por miedo a acabar trabajando en una tienda de barrio quizá te estés planteando mal el asunto. Empieza a trabajar en una tienda de barrio y acabarás teniendo uno de los mejores masters cuando hayas acabado el grado.
La psicología es un campo de estudio apasionante. Un ámbito donde vas a disfrutar hasta con los apuntes más enrevesados y densos. Porque todo lo que concierne a la psicología tiene una utilidad extraordinaria para entender e influir en el mundo en el que nos movemos. Por tanto, mi primer consejo: la pasión lo primero.
Reduce tus expectativas
Quizá una de las mayores decepciones que sufren los estudiantes novatos de psicología es que piensan que desde las primeras clases van a estudiar cómo hacer terapia y resolver problemas psicológicos. ¡Nananay de la China!
Los primeros dos-tres años están dedicados a adquirir los pilares epistemológicos de la profesión. Es decir, de dónde surge la psicología, qué escuelas existen en psicología, estructura y funcionamiento del cerebro, procesos psicológicos básicos (como la memoria y la atención), metodología estadística y de investigación… Asignaturas que son vividas por muchos estudiantes como un peñazo, y muchos -puñados- abandonan la idea de ser psicólogo en los primeros cuatro o nueve meses.
Los auténticos motivados resisten la ardua y densa aventura de adentrarse en las entrañas de esta hermosa profesión y justo después del tercer año, de repente, empiezan a tener una visión global y profunda de la materia. Es en este momento cuando empiezas a creerte el rol profesional y te animas a divulgar tal y cual teoría en las reuniones con amigos y familia.
Por lo tanto, si vas a emprender este camino aguanta hasta el final. Todo cobrará sentido con el tiempo y tendrás una base sólida con la cual empezar a especializarte.
Especialízate desde el primer día
Aquí viene la mala noticia: si piensas -como yo pensé en su momento- que al acabar la carrera estarías más que preparado para hacer terapia te llevarás un gran chasco. El grado de psicología te da una visión general y amplia de la disciplina, pero ni por asomo estarás preparado para ejercer la profesión en ninguna de sus salidas profesionales.
¿Por qué? Porque para ello se necesitan dos cosas fundamentales:
Escoger un ámbito al que te quieras dedicar. En psicología hay muchos campos de especialización, muchos con objetivos y tareas totalmente distintos. Por eso, mi recomendación es que desde el día -1 en que empieces la carrera empieces a indagar sobre estos campos e inviertas todo el tiempo libre que tengas en especializarte sobre la materia.
Adquirir experiencia en ese ámbito.
En el cuarto año de la carrera -por aquel entonces, 2004, psicología era una licenciatura que se estudiaba en cinco años- me inscribí como voluntario en Cruz Roja.
Impartí talleres de educación para la salud y prevención del consumo de tóxicos para adolescentes; y desarrollé junto a unos compañeros un programa propio de desarrollo personal para presos de módulos conflictivos de la prisión de Albolote.
El último año de la carrera conseguí unas prácticas en la Fiscalía de Menores de Granada, junto al conocido juez de menores Emilio Calatayud. Este bagaje de experiencias, sumado a un máster de mediación familiar que cursé simultáneamente en el quinto año, me permitió conseguir mi primer trabajo remunerado como mediador profesional sólo ocho meses después de realizar el último examen.
Salidas Profesionales de la Psicología
Como decía, la psicología es una profesión tan bella como diversa donde existen muchísimos campos de trabajo. A continuación te expongo mi punto de vista sobre los que yo más conozco. Seguramente olvide algunos y mi opinión no concuerde con la de otros colegas, pero la idea de este post es acercarte de manera directa a la realidad profesional con la que tengo contacto:
Clínica
Un clásico. Despacho privado dirigido al tratamiento de dificultades infantojuveniles, familiares, emocionales, psicológicas, trastornos de la conducta y de la personalidad, etc. Para ello necesitarás adquirir un basto conocimiento teórico y práctico.
Es una de las ramas más bonitas de la psicología, pero también quizá la más esclava, por el número de horas que necesitas trabajar para sustentar los gastos de despacho y proveerte de un sueldo digno. Si te esfuerzas y consigues destacar en la materia podrías llegar a conseguir unos ingresos muy dignos. Díficil, arduo, pero no imposible.
Social
El lado más solidario. Y digo solidario porque la mayoría de trabajos que encontrarás no guarda una relación coherente entre los esfuerzos físicos que realizarás y la remuneración económica obtenida. El empleo en este ámbito procede, fundamentalmente, de ONGs que tienen contratos temporales y de escaso presupuesto con administraciones locales y autonómicas.
Predomina la media jornada y sueldos escasos. Eso sí, el trabajo es apasionante, muy enriquecedor y los resultados que se obtienen suponen un beneficio incalculable para la sociedad. Aquí le deberíamos exigir a las administraciones públicas que revistan de dignidad las condiciones laborales para que la profesión pueda realizarse sin mermar la calidad de la atención.
Los mejores empleos se engloban dentro de la plantilla de funcionariado público.
Jurídica
En este campo puedes especializarte en realizar evaluaciones periciales en el ámbito privado. Está bien remunerado y personalmente me encanta este tipo de labor. Yo la he realizado en la administración pública durante varios años y es un trabajo que te otorga un cierto estatus profesional.
Ahora bien, si te decantas por ejercerla en el ámbito privado tendrás que jugar las reglas del emprendimiento y buscarte la vida como cualquier autónomo. Si te decantas por estudiar una oposición del ámbito penal, vivirás el mayor desarrollo profesional y con mayor estabilidad económica de este campo.
Investigación
Una parcela tan necesaria como inestable y también mal remunerada. La psicología no es una ciencia. Pero necesita nutrirse de investigaciones lo más científicas posibles que aporten rigor y solidez a los conocimientos con los que fundamentamos nuestra labor.
Esto desmarca nuestra profesión de otras pseudociencias, en mi opinión, intrusivas, con un bagaje de conocimientos muy cuestionable. La investigación es el motor de progreso de la psicología. La mayoría de investigadores que conozco con unas condiciones laborales dignas, o bien consiguieron una plaza pública, o bien viven en otros países que invierten seriamente en innovación y desarrollo.
Organizaciones y empresas
Básicamente hablamos de recursos humanos y marketing. Un campo que yo rechacé enormemente al empezar a estudiar psicología, pero que con el tiempo he valorado mucho. Aquí las condiciones laborales que se encuentran en el mercado son mucho más óptimas y frecuentan más oportunidades.
Es verdad que dependerá mucho de la organización que te contrate, pero lo cierto es que si te gusta el mundo de la economía y la empresa aquí podrás tener un desarrollo profesional divertido, amplio y con mucha movilidad. Eso sí, está saturado como cualquier ámbito No es que vayas a encontrar empleo a la primera de cambio. Como cualquier cosa en la vida, todo cuesta tiempo y mucho esfuerzo.
¿Dónde me formo?
A continuación te expongo algunos de los formatos más importantes para estudiar psicología:
Universidad
Debe ser el núcleo base de la formación en psicología. A pesar de que la universidad está aún lejos de ofrecer una formación conectada con la realidad práctica, es el único lugar donde adquirir una base rigurosa de conocimientos. Principalmente me decanto por la formación presencial, aunque si no tienes opción la formación a distancia, tipo UNED, es también un formato válido.
Prefiero la formación presencial porque quizá, más que el contenido, donde yo he extraído más utilidad ha sido en el continente. En el siglo XXI prácticamente cualquier contenido académico se puede adquirir de forma gratuita. Sin embargo, lo que marca la diferencia es la forma en que el contenido es transmitido. No hay ningún documento, web o libro que pueda sustituir la fuerza de un buen comunicador, que expresa con pasión la información, que la adapta a la idiosincrasia del alumno, que estimula la curiosidad y orienta en la búsqueda del conocimiento.
A pesar de todo, la Universidad sigue estancada en un formato arcaico y desactualizado en cuanto a utilidad práctica. Si deseas aprender cómo poner en funcionamiento el contenido teórico tendrás que buscar formaciones diseñadas para adquirir competencias y no conocimientos.
Máster
Cuidado con este formato. Originalmente el máster era una formación pensada para que el alumno que se encontraba en el etéreo mundo académico tomase tierra y aprendiera contenidos con la única función de desarrollar sus competencias técnicas.
Sin embargo, a día de hoy el máster ha sido absorbido por el conservador ámbito académico y lo ha convertido en una extensión de la formación universitaria. Esto hace que el máster pierda su orientación al mercado laboral y funcione más al servicio de intereses económicos y de financiación universitaria.
Mi recomendación es que busques formación de postgrado de corta duración, con un precio modesto y que te ofrezca, principalmente, prácticas en entornos de trabajo reales. En mi experiencia, esta opción es la que produce mayor impacto en la inserción laboral.
Grupos de supervisión
Hay muchos psicólogos que ya están ejerciendo la profesión y que organizan grupos reducidos de supervisión en los que se exponen casos reales y se debaten contenidos y herramientas para trabajarlos.
El precio de estos grupos suele ser muy asequible y en estos entornos se puede adquirir un conocimiento de la realidad práctica muy extenso. Los recomiendo 100%, incluso para profesionales ya avanzados. Nunca se deja de aprender de otros compañeros y sus experiencias personales
Talleres online, webinars y formación en streaming
Mi opción favorita de todas y mi principal fuente de conocimientos. Cuando investigo sobre alguna herramienta o nuevo tema lo primero que hago es buscar en YouTube personas especializadas en la materia y consumir en profundidad sus contenidos digitales gratuitos.
Hace veinte años era impensable imaginar que contaríamos con esta potente fuente de autoformación. Y más aún siendo gratuita. Cuando tu tiempo es escaso y estás cansado de invertir dinero en formaciones presenciales que después no están a la altura de tus expectativas la autoformación online gratuita es la mejor de todas las opciones.
Libros y revistas
Este formato debería incluirse como troncal y obligatorio para cualquier estudiante de psicología o psicólogo avanzado. Leer un libro al mes sobre la profesión no sólo es un formato de aprendizaje eficaz, sino que debería formar parte del código deontológico. La psicología es una profesión joven, muy joven, en constante remodelación.
Lo que ayer se consideraba una teoría irrefutable, hoy es ya un contenido obsoleto. Por tanto, estar al día sobre la actualidad de tu profesión más que un canal de formación, debe convertiste en un acto de responsabilidad y honestidad profesional.
Escribo este post bajo un ejercicio de reflexión e introspección personal y basado en mi experiencia. Espero que este contenido te sea de utilidad y te ayude, bien para orientar tus primeros pasos en la carrera, bien para avanzar en tu proceso de consolidación profesional. Espero tus comentarios y experiencia personal para enriquecer el contenido de lo aquí expuesto. Ánimo, esfuerzo y mucha suerte.
Los trastornos de ansiedad representan el problema mental más frecuente entre todos los trastornos psiquiátricos.
Conceptos básicos de la Ansiedad
Los términos relacionados con la ansiedad son el miedo, la fobia, la angustia y el estrés.
Ansiedad y Angustia
A partir de la influencia latina y de la psiquiátrica francesa, se estableció en nuestro país (tradición psiquiátrica española), la separación entre ansiedad (predominio de componentes psíquicos) y angustia (predominio de componentes físicos).
Sin embargo, en la psicología española no se asume esta distinción, permaneciendo únicamente el término ansiedad con sus variantes somática y cognitiva.
Ansiedad y Miedo
Miedo: Se asocia a algún tipo de estímulo externo amenazante e identificable
Ansiedad: Estado emocional más difuso y sin fuente externa de amenaza reconocible.
Esta doble distinción puede resultar problemática ya que, en ocasiones, los estímulos externos elicitadores pueden existir aunque no sean fácilmente identificables. Por otro lado, los estímulos inductores de respuestas de miedo/ansiedad también pueden ser de tipo interno.
Miedo y Fobia
Según Marks, las fobias deben de cumplir los siguientes requisitos:
La existencia de un miedo desproporcionada en relación con el carácter amenazante de la situación.
El miedo conduce necesariamente a la evitación de la situación temida.
No existe explicación lógica del fenómeno. Las fobias suelen tener un carácter irracional.
Sobrepasan el posible control voluntario.
Producen cierto grado de malestar y sufrimiento
Si no existieran contingencias de aproximación, no existiría miedo fóbico y, por tanto, la evitación sería adaptativa. Para que las fobias posean relevancia clínica deben implicar al componente subjetivo de miedo (miedo fóbico).
Componentes de la Ansiedad
La ansiedad implica al menos 3 componentes, modos y sistemas de respuesta conocidos como el triple sistema de respuesta.
1. Subjetivo Cognitivo
Está relacionado con la propia experiencia interna. Incluye variables relacionadas con la percepción y evaluación subjetiva de los estímulos y estados asociados con la ansiedad (experiencias de miedo, pánico, alarma, inquietud, preocupación, aprensión).
El componente subjetivo es el elemento central.
2. Fisiológico – Somático
Los cambios fisiológicos más característicos consisten en un incremento de la actividad del Sistema Nervioso Autónomo, que puede reflejarse tanto en cambios externos (sudoración, dilatación pupilar, temblor, incremento de la tensión muscular, palidez facial, etc.)
También se dan cambios internos (aceleración cardiaca, descenso de la salivación, aceleración respiratoria, etc.).
Algunos pertenecen a funciones corporales que pueden ser controladas voluntariamente (agitación, defecación, respiración, etc.) y otros a funciones involuntarias o parcialmente voluntarias (palpitaciones, vómitos, temblor, etc.).
La experiencia subjetiva de éstos cambios es percibida de forma molesta y desagradable, contribuyendo a conformar el estado subjetivo de ansiedad.
3. Motor – Conductual
Son los componentes observables de la conducta. Se producen respuestas instrumentales de escape y evitación.
Clasificación de los Trastornos de Ansiedad según el DSM IV
Trastorno de Pánico
Trastorno de Pánico sin agorafobia
Trastorno de Pánico con agorafobia
Agorafobia sin Historia de Trastorno de Pánico
Fobia Específica
Tipo Animal
Tipo ambiente natural (alturas, tormentas, etc.)
Tipo sangre, inyección, herida
Tipo situaciones (aviones, ascensores, etc.)
Otro tipo
Fobia Social (Trastorno de Ansiedad Social)
Tipo Generalizado
Tipo no Generalizado
Trastorno de Evitación
Trastorno Obsesivo – Compulsivo
Trastorno de Estrés Postraumático
Tipo Agudo
Tipo Crónico
Trastorno de Estrés Agudo
Trastorno de Ansiedad Generalizada
Trastorno de Ansiedad por Condición Médica General
Trastorno de Ansiedad inducido por sustancias
Trastorno de Ansiedad no especificado
Trastorno de Ansiedad por Separación (asimilado en TAG)
Ansiedad y Depresión
Durante los últimos años, interés particular sobre la posibilidad de que exista o no un síndrome propio, específico, mixto, de ansiedad/depresión.
La comorbilidad entre ambos trastornos es elevada.
Es frecuente que los pacientes con trastorno de pánico (con o sin agorafobia), con TOC, o con TAG, cumplan también los requisitos para el diagnóstico de depresión mayor o disitimia.
Sin embargo, a veces, coexisten síntomas de ansiedad y depresión, y resulta difícil o imposible, establecer un diagnóstico primario de ansiedad o depresión.
Catón y Roy-Byrne concluyen que los datos basados en estudios comunitarios, de asistencia primaria y psiquiátricos indican de forma clara que existe un subgrupo de personas con síntomas subclínicos mixtos de ansiedad-depresión que no cumplen los requisitos para un diagnóstico clínico.
Estos pacientes exhiben niveles elevados de sintomatología somática y de alteración y deterioro sociolaboral y suelen utilizar con frecuencia los servicios médicos no psiquiátricos.
Estas personas con síntomas mixtos de ansiedad-depresión, representan un tipo de población con alto riego para desarrollar formas más severas de los trastornos afectivos o de ansiedad, cuando son expuestos a algún suceso vital importante.
Este cuadro mixto de ansiedad-depresión, podría representar una fase prodrómica de la enfermedad o, una fase residual de una forma más severa de la enfermedad.
Modelo tripartito de Ansiedad – Depresión
1. Afecto negativo (común en ansiedad y depresión).
2. Hiperactivación fisiológica (Específico de la ansiedad).
3. Anhedonia o disminución del afecto positivo (específico de la depresión).
Los pacientes cuyos síntomas dominantes no son específicos, y muestran niveles moderados de factores específicos, deben ser diagnosticados de trastorno mixto de ansiedad-depresión moderado.
Cuando los pacientes tienen niveles muy elevados de afecto negativo, así como de anhedonia y de activación fisiológica, son diagnosticados de trastorno mixto de ansiedad-depresión severo.
Si bien el modelo explica la comunalidad entre ansiedad y depresión sobre la base del afecto negativo, explica su distintividad sobre la del afecto positivo (lo que caracteriza y diferencia a los pacientes depresivos de los pacientes con ansiedad es precisamente el bajo afecto positivo).
El alto afecto negativo tiende a ser algo más característico de la ansiedad. La indefensión, aunque se trata de un componente común, tiende a ser más propia de la depresión.
Mindic es una es una clínica para adultos, adolescentes y niños cuyo principal objetivo es conseguir tu bienestar psicológico y emocional, conjugando un servicio de calidad con la aplicación de las técnicas más vanguardistas.
Por más que te digan que el amor es complicado, no es así. El amor es simple, es don, por eso va más allá de cualquier persona y engloba a toda vida. Esa es la razón por la que filósofos, metafísicos e inclusive maestros y santos hablan de amor incondicional.
Amor incondicional hacia el cosmos, el universo, la tierra, el aire, el agua, el fuego, toda la atmósfera que rodea al planeta, así como los minerales, las plantas, los animales y los seres humanos. Nada queda fuera de él, porque de él todo nace, dicen ciertas corrientes de filosofía oriental.
Cuando ese amor se convierte en propiedad, es cuando pueden aparecer los problemas. Cuando crees que tu pareja es tuya y que debe cumplir con los requisitos que te has impuesto internamente. O más aún, con las exigencias que culturalmente se supone que tiene que tener una buena relación.
Ten presente que una buena relación se basa en la confianza de los dos y sobre todo en el conocimiento del otro. Por supuesto que para conocer a tu pareja, debes conocerte y amarte tú primero.
Es por eso, que, si estás en una relación y experimentas ciertas conductas que no te hacen feliz, enciende tu alerta. Porque algo anda mal. Eso puede suceder por múltiples razones, pero una de ellas puede ser que tu pareja no considera a la relación como importante y acabe convirtiéndose en una relación tóxica.
Para saber si esto es así, aquí te enumeramos una serie de indicios a tener en cuenta.
Las conductas de desamor
1. No quiere pasar tiempo contigo
Cuando amas a la otra persona, lo primero que quieres es pasar todo el tiempo que puedas con ella. Te haces un espacio para estar con el otro, al margen del trabajo, compromisos y familia.
Si esto no es así y casi siempre tiene una excusa para no encontrarse porque tiene reuniones o diversos compromisos, es señal de que no quiere estar contigo.
También suele ocurrir que se encuentran solo cuando el otro quiere de acuerdo a sus tiempos y comodidades.
2. No eres parte de sus relaciones ni de sus actividades de vida
Es común que en todas las salidas que hace, nunca vas con tu pareja. De modo que no conoces a sus amigos, ni participas en sus eventos sociales. Tampoco te acompaña si eres tú quien tiene algún cumpleaños de un amigo, o un casamiento.
Así mismo, y esta es una de las formas más duras de enterarse, es haberte llevado a un evento y minimiza tu presencia allí o ni te presenta.
Igualmente puede suceder que no te comente cosas que son importantes en su vida tales como un ascenso en el trabajo, un aumento de sueldo o una salida con amigos.
Todo esto no hace más que señalar que esa persona por la que suspiras no tiene interés en compartir su vida contigo.
3. No le interesa saber de ti
Siempre eres tú quien debe llamar y preguntar cómo está, cuando no se ven. Y si se ven eres tú quien pregunta cómo le fue, qué piensa, cómo se siente, lo que seguramente no va a contestar muy puntualmente, porque no tiene interés de que lo sepas.
Por su parte, jamás te va a interrogar sobre lo que haces ni detalles de tu vida. Serás tú quien tenga que decírselo. Sin embargo, pocas veces los recordará.
4. No interactúa ni responde mensajes
Es común que le envíes mensajes de texto o algún WhatsApp, que ni siquiera los mire o que los conteste mucho después. Es normal que a veces esto ocurra si se está muy ocupado o en alguna situación que no se puede responder.
Pero si esto es lo habitual, es señal de que no te considera importante en su vida, ya que cuando realmente amas a tu pareja quieres saber y comunicarte con ella.
5. No te incluye en sus decisiones ni respeta tus opiniones
Si bien lo normal en una relación es que cada uno de los miembros tenga su independencia, hay determinadas decisiones que se toman consultando con la persona que amas. Por confianza, porque sabes que siempre buscará tu beneficio.
El no hacer esto implica que no te tiene confianza, o que piensa que no puedes aportar algo positivo a sus problemáticas. Además puede significar que no respeta tus opiniones.
6. La relación se mantiene gracias a ti
Una relación de pareja se construye de a dos. Si, en cambio, sientes que solo existe porque te esfuerzas para que continúe, es probable que estés cargando con responsabilidades que no son tuyas.
Si al mismo tiempo dejas de lado tu propia vida: como estar a determinados horarios para esperarlo por si viene. O cancelas salidas con tus propios amigos porque esperas que te llame, es obvio que estás poniendo mucha energía en una relación que no es recíproca.
7. Si lo encaras, reacciona
Cuando te decides a confrontarlo por su falta de compromiso en la relación o su falta de atención, inmediatamente reacciona o “se ofende”. Lo primero que te dicen es que esperas mucho de su parte, que necesitas mucha atención. Te aconseja que hagas algunas actividades para no estar tan pendiente de su conducta.
Y cuando insistes en que no es eso, sino que sientes que tendrían que estar juntos más tiempo, o profundizar la relación, te sorprende con frases como: “ahora no quiero tener una relación seria, pero la que tenemos está genial”; o “no podemos estar juntos ahora”.
8. Sientes tristeza e incomodidad
La mejor manera de saber si para tu pareja eres una prioridad o no, es ver qué es lo que sientes.
Si es habitual que estés triste, sintiendo que la relación está llena de dudas, incertidumbre e incluso, celos, lo recomendable es terminar.
Aunque parezca muy duro, lo mejor es hablar con la otra persona y distanciarse. Uno y otro merecen tener una relación que los haga felices.
El método Kaizen deriva de la cultura japonesa y esta palabra significa literalmente “mejora continua” o “mejoramiento continuo”. El método Kaizen parte de la filosofía de que no debe pasar ni un solo día sin una cierta mejora.
En el mundo empresarial el método Kaizen ha tenido una gran repercusión a la hora de extrapolar el concepto para crear sistemas de producción, distribución y administración con un grado de flexibilidad tal que siempre permitieran incorporar nuevas técnicas a sus procesos.
Esto puede sonar demasiado teórico pero simplemente me refiero a la posibilidad de que desde el interior de la empresa se acepte que para sobrevivir es necesario cambiar para mejor. Y por supuesto va a resultar mucho menos costoso ir cambiando poco a poco que realizar una cambio profundo de golpe.
El método Kaizen en nuestra vida
Si el método Kaizen es bueno para la empresa como organismo vivo, también debe serlo para nosotros mismos.
Personalmente visualizo mi vida como una serie de compartimentos donde guardo cada una de las facetas de mi “yo” de forma separada. Así por ejemplo tengo distintos compartimentos para el deporte, la familia, la alimentación, el trabajo, el dinero, los amigos, la pareja, etc.
Obviamente la mayor parte de las veces es muy difícil mantener esos compartimentos separados unos de otros ya que tienden a solaparse. Como ya he comentado en alguna ocasión, soy un corredor habitual y de vez en cuando salgo a correr con algún amigo. Una vez quedé con un amigo que acababa de tener una discusión con su novia y ese día pude notar que corría menos de lo habitual, parecía que su resistencia había disminuido.
Me dijo que no podía correr tanto como siempre porque tenía la cabeza en otro sitio. Le dije que tenía que aprender a separar las cosas y me dijo que sí, que tenía razón, pero que hacer eso era muy dificil. Entonces yo le di la razón a él. Con este ejemplo quiero mostrar lo complicado que es mantener cada faceta de forma separada.
Sin embargo el objetivo de este artículo no es explicar cómo aislar unas facetas de otras sino conseguir una mejora continua en cada una de ellas, y para conseguirlo es mucho más fácil visualizar las facetas de forma separada que formando un todo. Vamos a empezar a visualizar según el método Kaizen, ¿estás preparado?
Visualizando según el método Kaizen
Visualiza un armario. Este armario es tu vida. Lo abres y en el interior hay muchos cajones, tantos como tú quieras. Cada cajón representa una faceta de tu vida, tal y como hemos comentado anteriormente.
En cada armario los cajones pueden ocupar distinto orden dependiendo de la importancia que le demos a cada uno de ellos. Así por ejemplo en algunos armarios la primera posición será ocupada por el cajón de la “familia” mientras que en otros será el cajón del “trabajo”.
Además no todos los armarios tienen que tener el mismo número de cajones. Quizá en un armario encontremos el cajón “viajar” ocupando un lugar importante, mientras que en otros armarios tengamos el cajón “deporte” en su lugar. Cada persona decide cómo es su armario y cuántos cajones tiene.
Una vez que sabemos cómo es nuestro armario vamos a ir abriendo cajones para ver el estado de cada uno de ellos. Encontraremos algunos cajones perfectamente limpios y ordenados mientras que otros estarán un poco descuidados.
Nuestro objetivo es que todo el armario tenga una buena apariencia. Para ello cogeremos un trapo y un “bote de método Kaizen” y comenzaremos a limpiar de forma cuidadosa los cajones sucios y desordenados.
¿Cómo podemos aplicar el método Kaizen a nuestras vidas?
Comenzaremos aplicando pequeños cambios continuos y permanentes en cada una de las facetas de nuestras vidas. Para facilitar la explicación voy a seguir manteniéndolas separadas y mostrando algunos de mis ejemplos personales:
El método Kaizen en la Familia
En mi caso me independicé hace poco y por cuestiones obvias no veo a mi familia con la misma frecuencia que antes. El cambio que he realizado ha sido llamar todos los días a algún miembro de mi familia por teléfono. Con las tarifas planas y las llamadas nacionales gratuitas no tenemos excusa para no dedicar aunque sean 5 minutos al día y llamar a tu padre, madre, hermano, hermana, abuelos, tíos, etc.
El método Kaizen en la Alimentación
Este cajón lo tenía bastante ordenado. Haber tenido una infancia con sobrepeso siempre me hizo ser bastante cuidadoso una vez que conseguí mi peso ideal. Recientemente la única mejora que he hecho ha sido sustituir la leche de vaca con azúcar del desayuno por leche de soja y miel. En este punto quiero destacar que mi forma de mejorar el cajón “alimentación” es comer más sano.
Para otra persona su forma de mejorar puede ser aprender nuevas recetas de cocina. También se pueden combinar ambos conceptos y tratar de mejorar aprendiendo nuevas recetas más sanas. Cada persona decide cómo quiere mejorar y porqué.
El método Kaizen en el Deporte
Al igual que ocurría con la alimentación, también tenía esta faceta en orden. He variado un poco mi manera de hacer abdominales, aprendiendo nuevos ejercicios y dejando de contarlas. He aprendido que es una pérdida de tiempo contar las abdominales ya que en lugar de estar concentrado en realizar correctamente el movimiento con tensión, estás concentrado en contarlas. Si aprendes a escuchar a tu cuerpo sabrás cuando es el momento de parar y descansar.
Aparte de esto, también he comenzado a llevarme un cronómetro al gimnasio para controlar el descanso de 1 minuto entre serie y serie de pesas y no descansar más tiempo del necesario. Las mejoras en el deporte son muy fácilmente medibles.
El método Kaizen en el Trabajo
También en orden (más nos vale)… Sin embargo siempre se pueden incorporar nuevas formas de optimizar el tiempo. Existe una gran literatura al respecto que iré comentando en futuros artículos. En mi caso trato de mantener siempre el escritorio ordenado y la bandeja de entrada del correo vacía.
Recientemente estoy revisando nuevas formas de ahorrar costes al departamento con tareas innecesarias de impresión. La mayor parte del tiempo la ocupo realizando diseño gráfico y al ser una tarea esencialmente mecánica me permite escuchar archivos de audio sobre cualquier temática de mi interés. He descubierto el portal www.ivoox.com que es algo así como un “youtube” pero de archivos de Audio. Me he hecho adicto enseguida.
El método Kaizen en el Hogar
El cajón del hogar lo tengo ordenado y desordenado por etapas. Por esta razón es donde he aplicado el método Kaizen con mayor intensidad. Después de 2 años viviendo solo me he dado cuenta de que algunas de las decisiones sobre distribución que tomé en su día no han sido las mejores. Poco a poco he ido redistribuyendo las cosas de manera más cómoda y aprovechada.
En cuanto a la ropa, la considero parte del hogar por ocupar un espacio importante en él. Ahora que se acerca el calor y hay que sacar la ropa de verano, me he propuesto aprovechar y hacer un repaso total de prendas viejas y donar las que hace mil años que no me pongo. Con la excusa de “esta camiseta me la dejo para la playa” tengo algo así como 50 camisetas viejas, de las cuales luego solo utilizo 3 durante todo el verano para ir a la playa.
En cuanto a la limpieza… siempre hay cosas que limpiamos con menos frecuencia como el frigorífico, la campana del extractor, debajo del sofá…Me he propuesto cada semana limpiar alguna de estas cosas.
El método Kaizen en el Dinero
Al limpiar este cajón no me refiero a conseguir más dinero sino a saber administrarlo. En mi caso me he visto obligado a ser más consciente de lo que compro, fundamentalmente la comida. Si prestamos atención a las marcas blancas y al precio por kg. podremos ahorrar mucho dinero en nuestra compra.
Tengo la suerte de tener varios supermercados cerca de casa, lo cual me permite comparar los precios de distintos productos. Sin ánimo de hacer publicidad, siempre he comprado en Mercadona. Sin embargo he descubierto algunos productos en LIDL como la piña, las setas o la miel que son mucho más baratos. Por lo tanto ahora distribuyo mi compra entre los 2 supermercados. Lo bueno de todo esto es que si en el futuro vamos superando poco a poco esta crisis y el dinero deja de ser una preocupación, toda esta información que tengo ahora en cuanto a precios, seguiré teniéndola.
Al tener menos dinero he descubierto algo curioso: disfruto más de las cosas en las que lo gasto. Uno de los mejores momentos de la semana es ir el sábado a cenar con mis amigos a algún restaurante. Antes no me hacía tanta ilusión porque era algo que podía permitirme casi cada día, sin embargo ahora es algo que espero con muchas ganas. Beneficios de la crisis…quien no se consuela es porque no quiere
No quiero extenderme mucho más. Espero que estos 6 cajones te sirvan de ejemplo para comprender los pequeños cambios que puedes ir incorporando a tu vida siguiendo el método Kaizen. Lo importante no son mis ejemplos sino que tú mismo visualices tu propio armario y seas consciente de los cajones que lo forman.
Siempre he escuchado que de todos los animales, el perro es el mejor amigo del hombre. Dada su naturaleza de sentir amor incondicional y lealtad hacia su dueño. Convirtiéndose así en su fiel soldado, guardián y compañero.
Hoy quiero compartir con ustedes a través de este post, otra teoría acerca de la amistad profunda e insustituible entre perro y hombre. Voy a referirme a la relación hombre y mente, pudiendo ser esta última su mejor amiga y no el perro.
Desde que somos pequeños, nuestros padres nos transmiten a través de sus experiencias sus miedos, triunfos y fracasos. Todos ellos son incorporados de forma inconsciente en nuestro modo de ser y pensar.
Todo esto influye de algún modo en nuestra personalidad, única e irrepetible, la cual siempre va a tener elementos funcionales o disfuncionales, relativos al entorno donde se desarrollaron nuestras primeras vivencias como seres pensantes, díganse el hogar, la convivencia con otras personas y la relación que seamos capaces de establecer con el mundo exterior.
Tanto las vivencias transmitidas como las adquiridas, van a influir inevitablemente en la percepción que tiene el individuo acerca de la vida, almacenando toda esa información en su mente.
Convertidas en emociones y luego en sentimientos, suelen aparecer sin invitación en nuestros pensamientos cotidianos que cuando son positivos, entonces vale la pena decir que el mejor amigodel hombrees la mente y no justamente el perro. Los buenos pensamientos son el resultado de una mente bien alimentada y favorecen las condiciones para crear la armonía perfecta entre cuerpo y mente.
¿Qué pasa cuando una mente está mal alimentada?
Sin lugar a dudas señores, puede convertirse en el peor enemigo del hombre. Además de ser lo que comemos, también somos lo que pensamos. Los pensamientos negativos pueden generar enfermedades psicosomáticas afectando a nuestra salud mental y corporal.
En los años que tengo de experiencia como profesora de música he tenido la posibilidad de interactuar con muchas personas, sobre todo con estudiantes y profesores, en los centros educacionales donde he trabajado.
Ese contacto interpersonal que se produce de profesor a alumno, propicia que se establezcan lazos afectivos que contribuyen a la formación de valores, pudiendo ser estos positivos o negativos.
Por eso es de vital importancia para los docentes mantener una actitud positiva ante la vida. No solo somos portadores de conocimientos sino también de emociones y sentimientos convertidos en pensamientos, los cuales transmitimos a nuestros estudiantes de manera consciente o inconsciente.
¿La inseguridad está relacionada con los pensamientos negativos?
La respuesta a la pregunta es afirmativa. Pero también depende de varios factores y uno de ellos está justamente relacionado con la personalidad del individuo. Tanto es así, que se puede ser una persona positiva y sentir en algún momento de la vida inseguridad para enfrentarse a un problema.
Una persona positiva o negativa es ante todo un ser humano; lo que hace la diferencia es la actitud que asuma el individuo. Dicho en otras palabras: se trata de ocuparnos de cómo resolver el problema y no preocuparnos por el problema.
Para eso debemos educar nuestra mente alimentándola con pensamientos positivos. Esto, lo podemos lograr a través de ejercicios muy sencillos, los cuales se pueden realizar a diario y no le van a robar a su tiempo más de cinco minutos; por el contrario, le van a facilitar su vida.
Para lograr efectividad en los ejercicios, lo primero que debemos aprender es a desconectar nuestra mente de esos pensamientos clasificados como basura. ¿Cómo podemos lograrlo?
Eliminando los pensamientos chatarra que no son más que esos pensamientos repetitivos que muchos seres humanos alimentamos a diario y que no son para nada saludables, ni mucho menos necesarios.
Le pido que a continuación usted haga una lista mental y trate de clasificar sus pensamientos. Vamos a comenzar por los innecesarios, esos que se refieren a lo que ya no tiene solución y que usted los conoce mejor que nadie.
¡Entonces se dará cuenta que hay muchos de sobra! Ahora le pregunto: ¿si usted sabe que su mal no tiene cura, para qué se apura? ¡Con esa actitud lo único que logramos es añadirnos una preocupación más!
Si ya hemos identificado cuales son los pensamientos que no necesitan ocupar un espacio en nuestras mentes, vamos a potenciar los considerados necesarios, dándole un orden de prioridad.
Siempre debemos tener en cuenta que el día tiene solamente 24 horas y tenemos que ser capaces de distribuir las actividades diarias en jornadas, sin descuidar la atención especial que requiere la mente para un mejor funcionamiento, que es igual a decir: cada cierto tiempo en el día, debo poner en OFF mi mente y a través actividades de relajación, alimentarla adecuadamente para que no engorde.
Las actividades pudieran ser las siguientes: hacer algún ejercicio de meditación; escuchar una música suave que no resulte estridente al oído; observar el paisaje natural que le rodea concentrando su atención en los colores, sobre todo, en la gama de los verdes.
También resulta muy eficaz hablar de temas agradables, tratando que no tengan que ver con el trabajo o la actividad que se estaba realizando.
Le aseguro que de esta forma, usted estará educando adecuadamente su mente y no le quedara de otra, que pensar en positivo.
También es muy importante tener una autoestima saludable, ya que no podemos amar a nadie sino somos capaces de amarnos a nosotros mismos, siendo esta cualidad el plato fuerte que no debería faltar jamás, en una dieta bien balanceada para lograr una salud mental con calidad.
A veces ocurre, que nos vemos en la necesidad de levantar espiritualmente a alguien que se encuentra ante una situación límite y siempre repetimos la misma frase: “Trata de pensar positivamente y podrás conseguir esto o aquello, ¡tienes que poner de tu parte!”
Creo que, antes de decirle a alguien “pon de tu parte” tenemos que verificar que existe esa “parte”. Porque está probado y demostrado que no podemos dar lo que no tenemos.
Imaginemos una situación. Supongamos que usted, con muy buena voluntad, quiere ayudar a un amigo o familiar a resolver un problema económico, pero no cuenta con la solvencia necesaria para cubrir el préstamo. ¿Podría ayudar a esa persona? ¡Pues claro que no!
Pues así pasa cuando le decimos a alguien ¨pon de tu parte¨ y esa parte no existe o está debilitada por una mala alimentación u obesidad mental. El efecto psicológico es el mismo.
Yo soy de las personas que sabe del valor que tiene ser positivo, sobre todo cuando suceden acontecimientos inesperados, esos a los cuales no estamos preparados para recibir.
Hace dos años yo perdí físicamente a mi madre. Me encontraba trabajando fuera de mi país. Para cualquier persona que sale de su casa y deja a un ser querido aparentemente bien de salud, le resulta traumático recibir a su regreso una noticia de tal magnitud.
Los efectos psicológicos que se generan en el doliente ante un evento inesperado de esta naturaleza, si no los sabe o no los puede manejar, suelen ser fatales, sobre todo si el individuo no asume una actitud ante el problema.
No debemos escatimar esfuerzos para entrenar la mente, suministrándole a diario el mejor alimento espiritual que seamos capaces de construir o generar desde el corazón, con amor y alegría.
En la vida de cualquier ser humano, los imprevistos siempre van a estar presentes y a veces no basta con tomar ciertas medidas. ¡Ocurren y ya, como fatalidades del destino, sobre todo, para darnos una lección!
No debemos dejar que termine el día sin decirles a esas personas que amamos cuán importante son en nuestras vidas. Además debemos de estar agradecidos con todo lo que ya tenemos y no sufrir en demasía por lo que nos pueda faltar. ¡Eso es estar en armonía con el Universo y con su Creador!.