La rutina es la moneda de dos caras por excelencia. Por una parte, es una genial compañera de vida que ancla a la estabilidad y el equilibrio, pero, por otra, es la enemiga que se encarga de desbordarnos. Cuando esto sucede, una de las mejores soluciones es tomarse un respiro para tomar distancia y volver con energía renovada. Por fortuna, España cuenta con hoteles solo para adultos, con lo que muchos papás y mamás eligen para esta desconexión dejar también a los niños en casa y ocuparse de sí mismos.
Y es que esto se ha convertido en un lujo. El día avanza tan rápido entre el trabajo y los cuidados de otros – ya sean niños o ancianos – que, al final, cuando se terminan todas las tareas, el cansancio es tal que impide pensar siquiera en cómo frenar esos tiempos acelerados y la única vía de salida es la de irse a la cama y empezar un nuevo día.
Ser adulto, en parte, es eso, pero está en cada uno el elegir con qué actitud afrontar las responsabilidades asociadas o el rol que se ha tomado dentro de la familia, sobre todo en el caso de las mujeres que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística de las que se hizo eco ElPaís.com, siguen siendo las máximas responsables de los cuidados.
¿Es un rol asumido u otorgado por otros? No hay pregunta más compleja, es casi parecido al huevo o la gallina. La realidad es que esto es parte de lo que se define como carga mental y que también los hombres tendrán la suya.
Sea como fuere, separarse del día a día y tomarse un tiempo de descanso con la única carga mental de elegir qué bañador ponerse o si comer o no huevo frito y bacon en el desayuno suena a un plan perfecto para volver a recuperar una actitud positiva respecto a los acontecimientos cotidianos de la vida real.
Por otro lado, además, internet y la digitalización de muchos puestos de trabajo hace que la desconexión sea cada vez más difícil en los ratos fuera de la oficina, resultando casi inevitable mirar los e-mails que entran cada diez minutos de reojo y/o contestar a alguno, como si lo que se tuviese entre manos no pudiese esperar hasta el día siguiente.
Algunos lugares como RedLevel Palacio de Isora en Tenerife u otras propuestas hoteleras solo para adultos en lugares tan tranquilos e idílicos como Ibiza, Mallorca o Menorca hacen que cada vez más personas se apunten a unas minivacaciones cuando no corresponden, en una especie de búsqueda de bocanada de aire fresco con buen tiempo, mar infinito y brisa marina.
Parar, respirar, tomar energía y extraer la esencia y la importancia real que tienen las cosas, concediéndose algún capricho, es muy buena herramienta para que la rutina sea esa amiga que ayuda al equilibrio y la estabilidad y no ahogue. A fin de cuentas, está en nuestras manos vivir de forma más serena o nadar a la deriva en un vaso de agua y cal.
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