domingo, 1 de septiembre de 2019

Violencia intrafamiliar: Tipos, causas y consecuencias

La violencia intrafamiliar es un suplicio que no distingue entre razas, países o estrato socioeconómico. Su constante aparición es un síntoma muy arraigado dentro de la sociedad. Lo peor es que en muchos casos esto sucede en silencio y deja muchos afectados.

Los casos de violencia intrafamiliar dejan múltiples heridas psicológicas en los afectados, y por eso es conveniente saber de qué se trata y cuáles son sus implicaciones.

¿Qué es la violencia intrafamiliar?

Violencia domestica

Para hacer una definición general del concepto, es preciso decir que la violencia intrafamiliar, también conocida como violencia doméstica, son los diversos tipos de agresiones que se dan dentro de un mismo núcleo familiar.

Los casos de violencia intrafamiliar en el mundo son muy comunes, más de lo que dicen las estadísticas. Esto sucede, porque en la mayoría de los casos las personas guardan silencio por vergüenza o por proteger de alguna manera a su agresor.

Lo anterior es comprensible, desde el sentido en que normalmente, así sea un abusador, la persona es un miembro de la familia, y en estos casos es más complejo para la víctima reaccionar y buscar ayuda.

Este tipo de situaciones deben ser atendidas por un profesional en psicología quien se encargará de ayudar a tramitar estas situaciones. El silencio puede traer más problemas que soluciones.

Tipos de violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar se puede manifestar de diversas maneras, siendo algunas de estas más difíciles de detectar, aunque generen daños muy potentes en la integridad mental de las personas.

Los tipos de violencia intrafamilar más comunes son: Violencia física, violencia emocional y violencia psíquica.

Violencia física

La violencia o abuso físico es aquella que ataca de manera directa la parte física de la víctima. Este tipo de violencia puede empezar con cosas “aparentemente pequeñas” como pellizcos o empujones.

Luego puede convertirse en palmadas, bofetadas, tirones de cabello y golpes contundentes que generen marcas, o incluso que pueden poner en riesgo la vida de quien los recibe.

Todos estos comportamientos son señales de alarma contundentes, sobre todo si se dan en el marco de discusiones, o si de cualquier modo el agresor usa la violencia para imponer sus deseos, generar temor y conseguir lo que desea.

Violencia emocional

La violencia emocional es un poco más sutil que la física, pero eso no implica que sea menos dolorosa o peligrosa. La violencia emocional se da cuando por medio de gritos, palabras, insultos, indiferencia, chantajes, intimidación, prohibiciones o manipulaciones, el victimario ataca a la victima con el fin de que se sienta disminuida y dominada.

Este tipo de violencia, genera heridas emocionales y psíquicas que pueden afectar la integridad de quien las padece. Los afectados pueden llegar a cuadros de estrés, angustia o depresión, debido a la presión padecida por este tipo de comportamientos.

Violencia psíquica

La violencia psíquica o maltrato psicológico está intimamente ligada a la violencia emocional desde el sentido de sus efectos. Quien la ejerce actúa de manera ambigua, haciendo creer que es quien tiene la razón y que todo lo que hace, lo hace por el bien de la víctima.

Todo esto se perpetúa por medio del lenguaje, comentarios ofensivos, humillaciones constantes y una actitud de falsa protección frente a la víctima.

Este tipo de violencia y la emocional afectan fuertemente a quien la padece, manteniendo en un estado de desequilibrio la mente y la parte emocional.

Hay otros tipos de violencia que se enmarcan dentro de las anteriores y afectan la salud mental de quien se ve como víctima de estos.

La violencia sexual se relaciona con toda conducta que presione a la víctima a exponer y dejar su cuerpo o a tocar el cuerpo del agresor.

También es muy común la violencia económica, ejercida por el proveedor económico del núcleo familiar. Esta se relaciona con humillaciones constantes relacionadas con lo económico, en la que se involucran chantajes, privaciones  y dominio usando el dinero como factor de supremacía.

Estos son en general los tipos de violencia más común, pueden darse en una única línea o combinar varias formas de ella en simultánea.

Causas de violencia intrafamiliar

Las causas de violencia son de diversa índole, pero todas se relacionan fuertemente con la salud psíquica de la persona. Las causas más comunes son:

  • Insatisfacción con la propia vida.
  • Sentimientos de frustración.
  • Sentimientos o emociones negativas.
  • Poca capacidad de control de emociones negativas como la ira.
  • Malos modelos de referencia aprendidos en la etapa formativa.
  • Problemas no resueltos de la infancia.
  • Problemas no resueltos actuales que pueden desembocar en estrés, agresiones o depresión.
  • Incapacidad para comprender los esquemas relacionales y relacionarse con los demás.
  • Necesidad de imponerse sobre los demás.
  • Falta de amor propio.
  • Narcicismo extremo.

Consecuencias de la violencia doméstica

Las consecuencias de la violencia doméstica o violencia intrafamiliar son muy variadas. Hay que tener en cuenta que este tipo de comportamientos tiene secuelas diferentes de acuerdo a la edad de la o las víctimas.

En el caso de los bebés de 0 a 6 meses, las consecuencias se asocian con el retraso psicomotor, sensación de abandono y retraso en la respuesta social. El maltrato en niños de 6 meses se traduce en retardo en el lenguaje, apatía, angustía frente al contacto social, relación pobre con su entorno.

La violencia doméstica en niños en edad preescolar tiene secuelas como apatía, disminución en la capacidad juego, agresividad, negatividad y retardo en el lenguaje.

En el caso de niños en edad escolar, se evidencia en la dificultad en las relaciones personales, ansiedad, irritabilidad, baja autoestima, incapacidad para jugar y aparición de múltiples miedos, entre otros.

En el caso de los adultos, el más común es el de maltrato a la mujer, no obstante, los hombres también son víctimas de este tipo de violencia. Los efectos van desde baja autoestima, ansiedad, estrés, angustia, falta de motivación, miedos recurrentes, ataques de pánico e incluso depresión.

En este tipo de conductas abusivas, la víctima empieza a manifestar un deterioro psicológico evidenciado en una sumisión absoluta a los deseos del verdugo, que termina por convertirse en pérdida de la propia identidad.

También se generan casos de miedo y dependencia por las figuras de autoridad, sensación de culpabilidad, aislamiento, incertidumbre, desesperanza, bloqueo emocional, trastornos alimenticios, entre otros desordenes psíquicos y emocionales que ponen en riesgo alto la vida de quien los padece.

Si estás pasando por alguna situación de violencia intrafamiliar, es importante no normalizar esos comportamientos y buscar ayuda inmediatamente. En los diferentes países existen comisarías de familia, y diversas entidades que velan por los derechos humanos. En estos lugares te pueden ayudar a solucionar los problemas por las vías legales.

Adicionalmente es de vital importancia, que las personas implicadas inicien tratamientos psicológicos para que puedan sanar las diversas heridas psíquicas y emocionales resultantes de este tipo de experiencias.

Si tienes dudas adicionales no dudes en dejarlas en los comentarios, la idea de estos artículos es que podamos crear el conocimiento de un modo colectivo.

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