Todos estamos deseando que llegue el fin de semana, las vacaciones o simplemente ese ansiado tiempo para descansar.
En ese tiempo nos dedicamos a aquello que nos gusta, a aquello que nos divierte y a aquello que en definitiva compone nuestras aficiones. Puede parecer que todo el mundo quiere eso, pero no es así.
Aunque pueda parecer ilógico hay personas que no quieren irse de vacaciones, que detestan los fines de semana y odian su tiempo libre, personas que querrían pasar todo su tiempo trabajando. ¿De quién hablamos?
Hablamos de las personas workaholic o adictas al trabajo, aquellas personas que no pueden vivir sin trabajar ya que tienen una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar de forma constante, hasta el punto de hacer esta necesidad mella en la salud física, la salud emocional y las relaciones sociales de estas personas. ¿Pero por qué?
Antes de entrar en la búsqueda de las causas, debemos conocer el origen del término, el termino Workaholic deriva de la fusión de dos palabras inglesas, Work (trabajo) y Aholic (Alcohólico) y fue popularizado en el libro de Wayne Oates “confessions of a workaholic” (1971).
Causas de este trastorno
Las causas que llevan a estas personas a desarrollar la adicción son múltiples y variadas.
Por un lado hay personas que la desarrollan porque tienen una gran ambición de poder, o ganas de conseguir dinero pero por otro hay personas que se vuelven workaholics debido a que presentan grandes problemas de organización e incapacidad para delegar tareas.
Por ultimo tampoco hemos de olvidar que también puede ser provocado por problemas familiares que ocasionen que el trabajador posponga su llegada a casa.
Además, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones el entorno del workaholic no ve mal ese comportamiento, ya que la sociedad tiene implícito el constructo de que trabajar es bueno y que cuanto más se haga más eficiente es el trabajador. Aunque realmente esto no tiene por qué ser así.
Para la persona workaholic, el trabajo es el centro de su vida, es él mismo quien lo decide y lo sitúa en su prioridad número 1, antes incluso que el ocio, la familia o la vida social, de hecho es habitual en los workaholic llevarse trabajo a casa para terminarlo en la noche, o fines de semana.
¿Cómo detectar un workaholic?
La sintomatología de los workaholics la podemos agrupar en varios tipos de síntomas.
Por un lado tenemos aquellos síntomas de tipo cognitivo, las personas workaholics suelen presentar ansiedad, irritabilidad y depresión ocasionados por una necesidad incesante de trabajar más y más y dedicarle más tiempo al trabajo continuamente.
También por una preocupación constante en su rendimiento laboral que le provoca una sensación de agobio constante y al tiempo un vacío emocional e infravaloración de cualquier actividad que no sea laboral.
Estos síntomas cognitivos nos llevan a los los síntomas fisiológicos que son estrés e insomnio como fruto de la ansiedad que experimentan debido al trabajo y al estar constantemente preocupados por su rendimiento laboral, lo que al tiempo provoca en los workaholic hipertensión arterial y problemas vasculares.
Los workaholic tienen una necesidad compulsiva de estar realizando constantemente listas de cosas por hacer, anotar en su agenda cada detalle y una incapacidad de permanecer un tiempo prolongado sin trabajar sin experimentar síntomas de ansiedad.
Tipos de workaholics
La mayoría de los workaholic suelen ser hombres de clase media que viven en las ciudades en la franja de edad entre los 40-50 años, Marisa Bosqued en su libro “que no te pese el trabajo” (2000) llega a clasificar a los workaholics en varios grupos:
Primero habla de los complacientes, un workaholic que podemos decir es menos ambicioso y más sociable que el resto, este solo busca la aprobación del jefe y de los compañeros de trabajo
Después encontramos en el segundo grupo a los controladores, personas ambiciosas que odian perder el control, cuando esto sucede y piensan que su rendimiento laboral está disminuyendo se vuelven ansiosos e irritables.
Por ultimo tenemos el workaholic de tipo narcisista, es muy parecido al controlador pero en situaciones de tensión puede llegar a sufrir despersonalización y desrealizacion respecto a la situación que está viviendo.
Terapia para un workaholic
Pero no todo está perdido para estas personas, con terapias psicológicas pueden mejorar mucho hasta el punto de dejar de ser workaholics.
Por supuesto el primer paso para la curación del problema es reconocer que se tiene un problema, hasta que el workaholic no reconozca que lo es, poco podremos hacer.
Después las terapias pasan por establecer planes alternativos al trabajo e ir cambiándolos de forma paulatina hasta que se logre un equilibrio, aprendiendo a priorizar aquello que es urgente de lo que no y aprendiendo a delegar tareas.
Todo esto debe estar complementado con técnicas de relajación que ayuden a la persona a controlar su ansiedad, una buena técnica para esto sería entrenar a la persona en Mindfulness paulatinamente.
Los beneficios de esta terapia de tercera generación serán bastante buenos para tratar la ansiedad de la persona workaholic cuando empiece a delegar y dejar trabajo de lado para realizar los planes alternativos.
Por último también profundizar en los esquemas cognitivos de la persona e intentar cambiarlos seria óptimo para lograr una adecuada desintoxicación, especialmente aquellos esquemas basados en el perfeccionismo y el significado de éxito.
Como hemos visto la adicción al trabajo que tienen los workaholic es un tema de salud muy serio que no debe tomarse a la ligera, ya que estas personas realmente tienen un problema y no pueden disfrutar de la vida.
Todo ello les ocasiona serios problemas ya no solo cognitivos sino también fisiológicos, por lo que ayudarles a salir de esta situación es importante y necesario, pues al fin y al cabo también presentan una adicción.
La entrada Workaholic: ¿Eres un adicto al trabajo? aparece primero en Psicocode.
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