La estructura de las revoluciones científicas de Thomas Kuhn es un análisis sobre la historia de la ciencia. Su publicación significó la popularización del término paradigma.
Las respuestas que Kuhn brinda en su libro supusieron un gran cambio, pues el modelo formalista que imperaba fue desafiado por el enfoque historicista de Kuhn, según el cual, la ciencia se desarrolla siguiendo determinadas fases.
Para Kuhn una revolución científica es un episodio de desarrollo no acumulativo en el que un paradigma antiguo se ve sustituido por otro nuevo incompatible con él. Es en este punto donde nos interesa focalizarnos en relación a la educación del sordo en nuestro país.
Según Kuhn, hay que distinguir distintas etapas:
Etapa Pre- Científica: Existen ciertos problemas que se tratan de resolver. Sin embargo, no hay aún consenso.
Etapa del Logro: Alguien de la comunidad realiza un descubrimiento que tiene un particular éxito para resolver problemas no resueltos.
Etapa de Conversión: La comunidad se convence del logro, abandona la posición anterior y “se convierte” al nuevo marco.
Etapa de Ciencia Normal: Una vez adoptado el nuevo paradigma, nadie lo cuestionará en la comunidad.
Etapa de las Primeras Anomalías
Etapa de Crisis
Etapa de Emergencia
Nueva Etapa del Logro
Nueva Etapa de Conversión
Nueva Etapa de Ciencia Normal
A continuación, realizaremos una breve reseña del desarrollo de la educación del sordo en nuestro país a través de la historia teniendo en cuenta las etapas del modelo kuhniano.
Se cree que el comienzo de una verdadera política educativa para los sordos argentinos se da en 1882 con el Congreso Pedagógico Internacional donde comienza a gestarse la organización de la educación especial en Argentina y en América Latina.
El Dr. José Terry escribe un trabajo sobre el sordomudo, su instrucción y su educación, al cual se le da lectura en el Congreso de 1882 y a raíz de esto el tema despierta interés.
Con su trabajo, Terry es el primero en imponer una idea sobre la metodología a utilizar con lo que acababa de observar y apreciar en los institutos italianos.
En 1886, finalmente se abre el Instituto Nacional de Sordomudos en la ciudad de Buenos Aires. Luis Molfino inaugura la escuela Normal anexa al Instituto, donde se comienzan a formar los primeros maestros argentinos en la especialidad.
Si bien a partir de 1894, el Instituto comienza a ser dirigido por un argentino, la influencia de los educadores italianos permanece fuertemente ligada a la educación del sordo en nuestro país. Educación que sólo admite desde sus comienzos en la escuela común y obligatoria una única alternativa metodológica: el oralismo.
Ahora bien, retomando a Kuhn, debemos señalar que éste en su libro desarrolla su propuesta en relación con las ciencias físicas y químicas, y muy poco con las ciencias sociales. Sin embargo, queremos destacar la importancia de este enfoque historicista ya que nos permite analizar el desarrollo de cualquier disciplina a la luz de las etapas ya explicadas.
De acuerdo con lo recorrido comenzaremos por decir que existía un problema puntual con respecto a la metodología a utilizar en la formación del sordo y que la comunidad no presentaba aún consenso. Luego, una determinada persona, José Terry decide escribir sobre la problemática y aporta una posible solución al problema. La comunidad “se convierte” y adopta ese “paradigma” (oralismo). Este paradigma se transforma en la manera única de abordar el problema.
En la larga historia de la educación de los sordos, el énfasis ha sido siempre puesto en la enseñanza del español. El uso de la lengua de Señas se encontraba totalmente prohibido y castigado. Finalmente, los niños no manejan adecuadamente ninguna de las dos lenguas, repercutiendo esto en su desarrollo cognitivo.
Sin embargo, y dado que los paradigmas pierden validez históricamente, Kuhn explica que cuando se multiplican las anomalías hasta el punto de que ya no se las puede obviar, el paradigma queda inservible de modo que se hace necesaria una nueva forma de validez.
Con el descubrimiento de las lenguas de señas en la década del ’60 se redefinieron ciertos conceptos lingüísticos restringidos a las lenguas orales al reconocer que las lenguas utilizadas por las comunidades sordas constituían lenguas naturales transmitidas en una modalidad no oral.
La Lengua de Señas Argentina es la lengua natural de la comunidad sorda en nuestro país. Sin embargo, el español constituye una lengua necesaria para el sordo por el lugar de prestigio que ocupa en la sociedad convirtiéndose así en su segunda lengua.
Cabe destacar que la Lengua de Señas Argentina no es un sistema inventado arbitrariamente, sino una lengua natural resultante de la propia historia de una comunidad determinada. Los sordos desarrollan parámetros culturales propios convirtiéndose así en una minoría lingüística.
El sordo es, entonces, una persona necesariamente bilingüe que reconoce que el español le permite el intercambio con la comunidad en la que está inserto pero al mismo tiempo necesita su lengua natural para socializarse como una persona plena. A partir de la década del ´60, los sordos han luchado en el mundo por el reconocimiento de sus lenguas y sus derechos. La Lengua de Señas se vuelve la lengua meta y la lengua fuente en situaciones de contacto lingüístico entre personas oyentes y sordas.
Hoy la comunidad sorda cuenta con más de 2 millones de personas según un relevamiento realizado por la UNLP y se creen que nacen en la Argentina un promedio de 10 sordos por día.
En esta segunda parte del desarrollo de la educación del sordo podemos observar la etapa de las anomalías y crisis; el oralismo ya no puede dar respuesta a esta nueva concepción del niño sordo, al reconocer a la LSA como la lengua natural del sordo y tampoco son favorables los resultados obtenidos hasta ese momento. Comienzan los debates sobre la legitimidad de la LSA.
Finalmente se repite lo que sucedió en la etapa dos, pero ahora en un contexto histórico diferente. La comunidad de educadores y pedagogos “se van convirtiendo” al nuevo paradigma con la llegada de la LSA. Se alcanza el consenso y se establece un nuevo “paradigma”, el bilingüismo.
Este nuevo enfoque consiste en una educación bilingüe-bicultural que implica la utilización de dos lenguas: Lengua de Señas Argentina / Español y dos culturas: maestros sordos y oyentes. Esta nueva propuesta implica un pasaje de lo clínico a lo pedagógico en donde no se modifican sólo los métodos sino que es más bien una reestructuración del modo en que se concibe al sordo hoy.
Para concluir, comenzaremos por preguntarnos: ¿el paradigma educativo actual se trata de un bilingüismo o de un “pseudo” bilingüismo? El conjunto de cambios registrados no parece estar acompañado por cambios significativos en los programas de formación de maestros oyentes. Los maestros deben ser formados en el uso de la lengua de señas durante la carrera, tanto en un dominio técnico como cultural.
En la práctica, podemos observar como maestros y profesores recurren a instituciones privadas para volverse competentes en el uso de la LSA, ya que en la carrera cuentan con muy poca formación al respecto. Por otro lado, teniendo en cuenta el concepto de “zona de desarrollo próximo” de Vygotsky y sus aportes sobre el aprendizaje en niños sordos, sabemos que compartir una lengua habilita al otro (par o adulto) a actuar realmente en esa zona de desarrollo próximo y a ofrecerle al alumno sordo un andamiaje donde podrá ejercitar sus funciones cognitivas cada vez de forma más autónoma.
No se trata entonces de cambiar la lengua y quien enseña, sino de garantizar la comprensión. Un sordo adulto se daría cuenta inmediatamente cuando un alumno no comprende y extremaría sus recursos para lograr la comprensión plena de lo enseñado. Entonces, nos preguntamos: ¿aceptar a las personas adultas sordas como pares de los docentes oyentes en el aula se está convirtiendo en una utopía? Sin este requisito, resulta difícil imaginar un futuro pleno de escuelas Bilingües-Biculturales en nuestro país.
Finalmente, volviendo al modelo de Kuhn, podemos concluir que Kuhn comenzó su formación centrándose en la historia de la ciencia. Gracias a este estudio, descubrió que la ciencia es también un producto histórico, de ahí la palabra “revolución” en su obra, concepto típicamente historiográfico y social, de ahí derivará el concepto de paradigma. Kuhn intenta romper con esa imagen clásica de la ciencia que la concibe como aquella que atesora la verdad.
Ahora sólo nos resta preguntarnos: ¿Se encuentran las ciencias sociales realmente aún en una etapa de pre-ciencia según lo postulado por el mismo Kuhn en su libro?
BIBLIOGRAFÍA
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KUHN, THOMAS S. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de
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KUHN, THOMAS S. (1989). ¿Qué son las revoluciones científicas?, y otros ensayos,
Barcelona, Paidós.
VYGOTSKY, Lev S (1978). Pensamiento y lenguaje, Madrid: Paidós
VYGOTSKY, L. (2000). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica.
Photo Credit: Mujer con problemas de oído via Shutterstock
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