viernes, 26 de febrero de 2016

¿Examen al día siguiente? Utiliza la técnica del modo enfocado y difuso

examen al día siguiente

Desde pequeños nos han enseñado que la mejor forma de resolver un problema es concentrarte en él y usar de manera consciente todos tus recursos para resolverlo. Prepararse un examen consiste en sentarse delante del libro. Para tener una idea innovadora hay que pararse a explorar todas las alternativas.

Pero, ¿es esta la única alternativa para aprender y hacerlo de manera eficaz y satisfactoria?

Existen dos modos de pensamiento, el modo enfocado y el difuso. Ambos no pueden estar activos al mismo tiempo.

Modo Enfocado

Para simplificar, el modo enfocado es aquel que todos estamos acostumbrados a utilizar cuando queremos aprender algo: concentrarnos plenamente en ello. Un ejemplo sería pararte a resolver un problema con ecuaciones y de esto se encarga nuestra corteza prefrontal.

Modo Difuso

Sin embargo, cuando estás relajado –por ejemplo cuando haces ejercicio, cocinas o duermes – tu mente sigue funcionando y aunque no nos demos cuenta, está conectando todas las ideas y consolidándolas.

Es aquí cuando puedes tener una perspectiva más global de lo ocurrido, cuando surgen las ideas más brillantes y encuentras de manera accidental la solución a un problema. Por eso se dice que, si por más que te empeñes no das con la respuesta (estando en modo enfocado) es mejor salir a despejarte para aclararte la mente (y pasar a modo difuso)

Ahora la cuestión es, ¿cómo podemos aplicar la teoría del modo focal y el modo difuso al aprendizaje?

Hay que tener una cosa muy clara y que no os engañen. No basta solo con el modo enfocado, ya que no podrás consolidar de manera correcta lo que aprendas; ni con el modo difuso, pues sin haberte concentrado antes no tendrás nada que trabajar.

¿Cuál es el secreto? Combinarlos

Los científicos utilizan la analogía de una mesa de ping pong: la mente es como una pelota que tiene que pasar constantemente de un lado del tablero al otro para poder funcionar.

Situémonos en un caso práctico. Imagínate que tienes que preparar un examen para el día siguiente. ¿Qué debes hacer según esta teoría?

A) En primer lugar, coger la materia del examen y centrarte en ella para aprendértela sin distracciones (modo enfocado).

B) A continuación, pasar del modo enfocado al modo difuso, y hacer algo para relajarte o disfrutar, por ejemplo salir a correr.

C) Mientras que estás corriendo y no piensas en nada, tu mente está repasando toda la información que ha aprendido y conectándola con otras áreas del cerebro. Es aquí cuando pueden venir a tu mente ideas para hacer un examen mejor.

D) vuelta a casa, vuelves al modo enfocado, repasas la información e incorporas a tu trabajo lo que has descubierto.

E) Y de nuevo, pasamos al modo difuso hasta realizar el examen y entrar en modo enfocado. Así de simple y efectivo.

Todo el mundo ha oído hablar de que hay que hacer descansos en el estudio, pero conociendo mejor cómo funciona nuestra mente en sus dos modos, sabremos aprovechar y entender mejor esta técnica.

Photo Credit: Scott MacBride

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