5 hábitos matutinos: Comienza el día con positivismo

Suena el despertador, abres el ojo por la mañana. ¿Cuál es el primer pensamiento que llega? ¿Cómo comienza tu día? ¿Qué sucede conforme pasan los minutos? ¿Qué te dices? ¿Cuáles son tus hábitos matutinos?

El despertar y primer arranque del día da lugar a pensamientos que a su vez generan emociones o estados de ánimo que guían lo que hacemos.

Este primer arranque puede ser clave para el devenir del día en una u otra dirección.

¿Cómo podemos manejar esos pensamientos matutinos para vivir un gran día?

5 hábitos matutinos para comenzar tu día con positivismo

1. Date un extra de 5 minutos para despertar poco a poco

Se trata de darte unos pocos minutos desde que suena el despertador para abrir poco a poco los ojos, estirarte, respirar y sentir el cuerpo. Esto conlleva poner el despertador 5 minutos antes.

Con lo que tal vez hay que hacer un ajuste también a la hora de acostarse. Si eres de los que se despierta y salta de la cama, te animo a pausar ese momento, comenzando por pausar también el momento de acostarte.

2. Conecta con el día

Ya sea con el amanecer o con la oscuridad de la noche según la estación del año y tus horarios de despertar. Sentir la luz, la temperatura, el olor del día. Se trata de observar, respirar y escuchar el mensaje que te lanza el día. Abre la ventana, respira, siente y conecta unos minutos con el día y contigo.

3. Mírate al espejo y lanza un mensaje de agradecimiento

Lanza este mensaje por tener un día por delante para sentir, para crecer, para vivir como una persona completa, creativa y con recursos para afrontar las situaciones. El día de hoy puede ser una oportunidad para crecer.

Presta atención a lo que más te gusta de esa persona que ves en el espejo. Este es un hábito genial que hace crecer tu autoestima. Puedes aprovechar el momento de tu aseo personal y acompañarlo de una música que despierte tu motivación.

4. Prepara un té o el desayuno y saboréalo desde la pausa y la plena conciencia

Presta atención a texturas, sabores, olores, a cada mínimo movimiento que haces. Miras y eliges la taza, preparas su contenido, bebes el primer sorbo, desde la pausa, aprecias el sabor, el calor, la energía.

5.- Actívate con tu rutina corporal

Mueve tus articulaciones en armonía con tu respiración. Puedes hacer círculos con los brazos, flexionar las piernas. Ofrece a cada una de tus articulaciones unos segundos de movimiento.

Tus músculos se desentumecerán, escúchate conectando la respiración con tu movimiento. Puedes localizar zonas con cierta tensión, otras más relajadas. 

Imagina una situación que quieres hacer bien hoy. Surgirán pensamientos. ¿Qué te dicen? ¿Cuál de ellos eliges para hoy? Agárrate al más positivo y enfoca tu día desde ahí. Deja que los demás pasen.

Tal vez aquí termine tu rutina. O tal vez surjan las cosas importantes de tu día. Ordénalas desde el pensamiento positivo al que te has agarrado antes. Este puede ser la clave para funcionar hoy.

Este ejercicio puedes integrarlo en diferentes tipos de rutinas con tu cuerpo. Elige la que te funcione mejor: estiramientos y movilidad articular, ejercicios para tonificar, caminar, correr, etc.

Puedes comenzar integrando uno de estos 5 hábitos cada día, y observar qué sucede, qué cambios percibes en tus acciones y en tus emociones  en dos, tres semanas.

Y el más importante de los hábitos está mucho antes, en el momento en que te vas a dormir. Para asegurar un enfoque positivo del día siguiente  es necesario dormir un número de horas suficiente que asegure un sueño reparador y de calidad, que asegure un buen funcionamiento biológico y psicológico en el día que comienza.

Según un estudio realizado por Jim Horne en 2008, las personas adultas requieren entre 5 y 7 horas de sueño para rendir en plenitud de condiciones al día siguiente. Busca tu número de horas de sueño.

Mis hábitos matutinos personales

A continuación os comparto las rutinas matutinas que realizo para focalizar el día.

Tengo claro que necesito unas 7 horas y media de sueño para funcionar.

Raro es el día que no escuche la “vocecilla” que dice: cinco minutos más. Decido hacerle caso, dándome un tiempo de regalo para acabar de despertar, antes de poner pie en tierra.

Tras un ligero aseo para espabilarme veo mis zapatillas que me “llaman”. Conforme me visto, imagino mi correr y vienen a mi cabeza una o dos posibles rutas. Preparo un té. Lo tomo con calma en el silencio de la mañana. Cada sorbo es una chispa de energía. Miro el paisaje, conecto con el color del día.

Unos segundos después ya doy zancadas; comienzo muy despacio. Siento cada apoyo, relajo el braceo, conecto con la respiración. Hay días que cuesta, el cuerpo está tremendamente perezoso, pero doy zancadas, sin pensar, conectando con el movimiento y surge una mágica energía que enfoca el día. Despierto corriendo.

Llegan pensamientos, y veo las cosas importantes del día, cosas que tengo que hacer, a veces conflictos o dudas y a veces soluciones.

Son entre 20 y 40 minutos de carrera que arrancan mi día. Respiro el amanecer, contacto con la naturaleza y conmigo. Fluyen ideas y propósitos. Me siento libre y serena y desde esa libertad surge claridad y energía para un gran día.

Os animo a incorporar nuevos hábitos matutinos para generar unos momentos de felicidad en el día que comienza.

Photo Credit: Mujer despertando via Shutterstock

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