¿En qué consiste la esquizofrenia?
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que pertenece al grupo de los trastornos psicóticos, los cuales se caracterizan por una distorsión de la percepción de la realidad. Esta enfermedad afecta al pensamiento, a la percepción, a las emociones, a la motivación y a la conducta de los pacientes que la padecen.
Es una enfermedad crónica, que provoca un deterioro progresivo, a pesar de que actualmente existen diversos tratamientos que permiten mejorar su calidad de vida.
Se suele manifestar entre los 16 y los 30 años, aunque no se conoce con exactitud cuáles son las causas, pudiendo deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales que predisponen a desarrollar el trastorno si se dan las circunstancias facilitadoras para ello. Se estima que esta enfermedad afecta a un 0,7-1,5% de la población.
La historia del concepto de esquizofrenia
No existe un concepto de esquizofrenia unánimemente aceptado, dado que no está establecido qué es lo verdaderamente esencial en este trastorno, aquello que lo define y lo diferencia del resto de patologías. Continúa la vieja discusión sobre la existencia de un trastorno con distintos subtipos (visión kraepeliniana) o de diferentes trastornos que comparten algunas características comunes (visión bleuleriana).
Kraepelin definió por primera vez el concepto de esquizofrenia como “Dementia praecox”, la cual constaba de tres subtipos: paranoide, catatónica y hebefrénica.
El nombre de esquizofrenia fue acuñado por Bleuler, dado que se dio cuenta de que no era un tipo de demencia, sino una enfermedad caracterizada por un predominio de la vida interior ante la vida social, una tendencia al retraimiento y un aplanamiento emocional.
Estos pacientes presentaban un patrón de pensamiento caracterizado por unas ideas y conceptos ilógicos e incoherentes. Estos síntomas eran los considerados fundamentales, pudiendo presentar también alucinaciones, delirios, perturbaciones de la memoria y trastornos del lenguaje.
Bleuler, añadió dos nuevas formas de esquizofrenia respecto a los tres subtipos de Kraepelin: la latente y la simple; definiendo por primera vez el concepto de esquizofrenia simple, caracterizado únicamente por la manifestación de los “síntomas fundamentales”.
La existencia de tales síntomas podría en realidad estar indicando la continuidad de la esquizofrenia simple con otros subtipos de esquizofrenia, los cuales también constituirían un continuo entre ellos y no siempre permanecerían estables en el tiempo.
¿Cuáles son los síntomas de la esquizofrenia?
La esquizofrenia puede presentar diversos tipos de síntomas que se clasifican en tres categorías: positivos, negativos y cognitivos.
Síntomas Positivos de la esquizofrenia
Los denominados síntomas positivos son aquellos que les hacen perder el contacto con la realidad, síntomas que distorsionan el pensamiento de la persona.
Entre los síntomas positivos estarían las alucinaciones, que consisten en experiencias sensoriales que se originan dentro del cerebro en vez de tener su origen en el exterior.
Las alucinaciones pueden presentarse a través de cualquier canal sensorial: auditivo, visual, táctil, olfativo o gustativo. Pueden, por ejemplo, oír voces (alucinaciones auditivas) que una persona sana en su misma situación no escucha, o ver cosas (alucinaciones visuales) que otras personas no perciben.
También son frecuentes las ideas delirantes, que son creencias falsas, persistentes y constantes, no compartidas con los demás, que para el paciente resultan reales incluso aunque haya pruebas de lo contrario. Pueden creer que están siendo perseguidos, que alguien quiere hacerles daño, o que todo lo que otras personas hacen tiene relación con ellos.
En ocasiones, pueden pensar que alguien les está robando sus pensamientos o que los está escuchando; pueden llegar a creer que sus propios pensamientos son impuestos o controlados por algún agente exterior.
Síntomas Negativos de la esquizofrenia
Los síntomas negativos consisten en una distorsión o ausencia de conductas normales. A menudo les falta la energía y motivación, se vuelven muy pasivos, dejando incluso de asearse.
Pierden su entusiasmo normal y su interés por lo que les rodea, suelen reducir sus contactos con otras personas al mínimo, incluso con sus amigos más cercanos y familiares. Todo esto implica que sean incapaces de cumplir con sus obligaciones o de llevar una vida social normal.
Las personas que padecen la enfermedad pierden la capacidad de experimentar placer y emociones, expresándolas de manera muy limitada. Se muestran indiferentes a nivel afectivo, aunque se produzcan circunstancias de gran trascendencia en su vida. Suelen mostrarse enfurruñados, malhumorados y agresivos.
Depresión, ansiedad, preocupaciones constantes, falta de autoconfianza o mal humor, son algunos de los síntomas más frecuentes. Presentando, en ocasiones, ideaciones suicidas.
Síntomas Cognitivos de la esquizofrenia
Los síntomas cognitivos afectan al proceso de pensamiento, provocándoles problemas para usar la información, tomar decisiones y prestar atención. Su patrón de pensamiento resulta ilógico, extraño y difícil de seguir; pierden la capacidad para asociar ideas y saltan de un tema a otro sin conexión alguna.
Esta alteración afecta al lenguaje, dado que se empobrece en relación a su calidad y contenido. No se les entiende cuando hablan y a menudo, cuando lo hacen, es sobre temas irracionales y extraños que pueden llegar a resultar incomprensibles para los demás.
La memoria y la capacidad de concentración en un foco de atención, tarea o actividad, también pueden verse afectadas.
La esquizofrenia simple ¿en qué consiste?
La esquizofrenia simple es un subtipo de esquizofrenia que solo contempla la OMS y se caracteriza por un desarrollo progresivo de los síntomas denominados «negativos», sin que hayan existido antecedentes de alucinaciones, ideas delirantes ni otras manifestaciones de un episodio psicótico pasado.
Se caracteriza por un deterioro de las funciones mentales y del afecto emocional, con cambios significativos en la conducta personal manifestados con una marcada pérdida de interés, vagancia y aislamiento social.
Son personas que muestran un comportamiento extravagante, suelen ser personas dejadas, malhumoradas, irritables… Se encierran en sí mismos, se vuelven inactivos y pierden sus objetivos. Este conjunto de síntomas, suponen un empeoramiento significativo de la actividad laboral y/o académica y del rendimiento en general.
Los pacientes con esquizofrenia simple, diagnosticados en base a los criterios descritos por Bleuler, presentan cuadros clínicos similares a otras formas más típicas de esquizofrenia en cuanto a la edad de comienzo, ajuste social previo y síntomas psicóticos negativos. Sin embargo, el curso de la esquizofrenia simple tiende a ser más crónico e incluso peor que el de otros subtipos clásicos de esquizofrenia.
La prevalencia de este trastorno es muy baja, debido, quizás, a que estos pacientes no suelen buscar asistencia médica o bien porque se les diagnostica (de manera errónea) otra enfermedad.
Aumentar el reconocimiento de la esquizofrenia simple ayudaría a proporcionar a los pacientes un tratamiento adecuado, que podría incidir muy positivamente en su pronóstico.
Bibliografía
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Río Diéguez, M. D. (2004). Creación artística y enfermedad mental. Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones.
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