lunes, 31 de julio de 2017

El dejar de fumar y su relación directa con nuestra psicología

dejar de fumar

¿Por qué es tan adictivo del tabaco?

La composición del tabaco es muy compleja. El análisis del humo de los cigarrillos ha permitido descubrir una amplísima lista de substancias y elementos químicos (alrededor de 4.000) de los cuales 70 son cancerígenos (amoníaco, arsénico, benceno, berilio, butano, cadmio, cromo níquel, polonio, etc.).

El poder adictivo del tabaco se debe principalmente a la nicotina. Esta substancia se absorbe muy rápidamente con cada inhalación y llega al cerebro en unos 10 segundos. Allí actúa sobre unos receptores nerviosos asociados a la dopamina provocando reacciones placenteras, como la sedación o la sensación general de bienestar. En algunas personas, la nicotina tiene un efecto estimulante, ya que incrementa la presión sanguínea y el ritmo cardíaco.

¿Cuándo tiempo ha de pasar para convertirse en adicto al tabaco?

Según las últimas investigaciones, un fumador ocasional puede sentir síntomas de adicción a las pocas semanas de iniciarse en el tabaco. Cuando el consumo inicial es algo más elevado, por ejemplo un cigarrillo diario, la dependencia del tabaco llegará bastante antes.

Esta reacción física y orgánica depende de forma directa de la cantidad de nicotina presente en los cigarrillos. Se calcula que cada unidad contiene alrededor de un gramo de nicotina, pero la cantidad ha ido variando con el tiempo. Las compañías tabaqueras han incrementado paulatinamente el porcentaje de esa substancia para aumentar la adicción y potenciar el consumo de tabaco entre la población.

Consecuencias de dejar de fumar

Al tratarse de una substancia adictiva, el tabaco lleva consigo una serie de consecuencias a la hora de abandonar el hábito de fumar. Desde el punto de vista físico, puede producirse el conocido síndrome de abstinencia: temblores en manos, sudoración excesiva, dolor de cabeza, estreñimiento, problemas gastrointestinales, etc. También son habituales los trastornos en el sueño y la tos, ya que los bronquios empiezan a limpiarse de alquitrán.

Para la mayor parte de adictos al tabaco, la abstinencia física es un elemento de inquietud a la hora de decidir dejar de fumar. Pero, si bien este aspecto reviste importancia, no debe perderse de vista el plano psicológico,  tanto antes como después de iniciarse el proceso de desintoxicación.

¿Cómo debemos prepararnos psicológicamente para dejar de fumar?

  • Conciencia y análisis de los efectos perjudiciales del tabaco

Si queremos dejar de fumar, lo mejor es empezar estudiando a fondo los efectos negativos del tabaco sobre nuestra salud. Fotografías, artículos sobre el cáncer de pulmón, reportajes sobre cómo las tabaqueras manipulan a los consumidores para crearles adicción… todos estos elementos pueden ser muy útiles para crear en nosotros una conciencia nueva de cara al tabaco y sus consecuencias. Tampoco estaría de más hablar con alguna persona que haya padecido o esté padeciendo en primera persona alguna afección grave causada por el tabaco. En internet podemos encontrar algunos artículos interesantes para ampliar conocimientos respecto a la materia.

  • Marcarse una fecha concreta para abandonar el tabaco

De nada sirve analizar las consecuencias del tabaco en nuestro organismo si después postergamos sine die la fecha de dejar de fumar. Es importante marcarse un plazo concreto y empezar a prepararse para ello.

  • Establecer un “plan de choque” para hacer frente al síndrome de abstinencia

La persona que desea abandonar el tabaco habrá de hacer frente a momentos complicados. Para sobrellevar ese periodo lo más recomendable es contar con la ayuda de los médicos y con el apoyo de familiares y amigos. Los profesionales sabrán aconsejar sobre la forma de afrontar la abstinencia, tanto en el plano físico como en el psicológico.

Consecuencias de la abstinencia desde el punto de vista psicológico

La nicotina tiene un poder de adición similar al de otras drogas, como el alcohol o la cocaína. Al abandonar el hábito, el cerebro lanzará un grito de socorro y los efectos secundarios no tardarán en aparecer.

Los primeros días son los más difíciles. El deseo de encender un cigarrillo golpea constantemente al fumador creando ansiedad, nerviosismo y sobretodo irritabilidad. Para sobrellevar este periodo, los especialistas recomiendan distraer a la mente con ejercicio y otras actividades físicas y mentales que ayuden en la labor. A la vez, puede ser recomendable introducir terapias substitutivas de la nicotina, como parches, chicles o comprimidos para chupar.

A parte de la irritabilidad, la persona que está dejando de fumar puede experimentar depresión, cambios de humor, insomnio o incluso mareos ocasionales durante los primeros días. Son secuelas incómodas que pueden dar al traste con las buenas intenciones del fumador, pero no tardarán en desaparecer. La mayoría de personas adictas al tabaco perciben una disminución de los síntomas pasadas dos semanas. Al cabo de 3 meses, las consecuencias habrán desaparecido por completo y el ya ex fumador empezará a percibir los auténticos beneficios de dejar de fumar.

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Cómo descubrir tu resiliencia

resiliencia

Seguro que recuerdas algún momento difícil de tu vida en que tuviste que recurrir a una fuerza especial para seguir adelante. Una fuerza que desconocías, pero que tenías dentro y que se activó y te llevó a superar aquella situación con éxito.

Ese día descubriste que podías seguir adelante, superar aquel momento. Y te lo creíste. Y salió fuerza, acción y resultado exitoso. Y generaste en tu interior un nuevo recurso, una nueva herramienta para enfrentarte a las adversidades de la vida. Porque los momentos difíciles son parte esencial de la vida.

La capacidad que todas las personas tenemos para superar los momentos difíciles y además salir fortalecidos es lo que llamamos resiliencia. Y no es una característica especial para una minoría ni está reservada a  personas extraordinarias.

Todos en mayor o menor grado contamos con la capacidad de sobreponernos. Es una respuesta natural, normal y frecuente en el ser humano. Forma parte de nosotros, parte de nuestra esencia y de nuestro objetivo prioritario: la supervivencia, sobrevivir, seguir siendo quien somos.

La fuerza que surge es proporcional a la intensidad de la situación adversa. Y cuanto mayor es la fuerza mayor es el descubrimiento .

 Pero, ¿por qué  las personas respondemos de diferente manera ante la adversidad?. Todo ello tiene que ver con nuestras actitudes, creencias y valores que son fruto sobre todo de nuestras experiencias.

Las personas exitosas y felices llevan cargada su mochila de vida con altas dosis de resiliencia.

Aquí van algunos consejos para explorar cómo andas de resiliencia:

1.- Trae al recuerdo un momento difícil que superaste con éxito.

Los momentos difíciles son aquellas situaciones que interpretamos como pérdidas, daño o amenazas hacia nuestra personal.

Estos son algunos ejemplos: muerte de un ser querido, enfermedad, separación o divorcio, despido laboral, sentirse amenazado, sentirse rechazado, sentirse solo.

Revive una situación difícil de tu vida. Tráela al recuerdo con intensidad. Cierra tus ojos y visualiza lo que sucedió, lo que pensaste, cómo actuaste, ¿cómo te sentiste?

Trata de averiguar cuál fue la clave de superar aquella situación con éxito.

¿Qué recurso te funcionó?

Anótalo en un lugar significativo para ti.

Uno de los momentos más duros de mi vida que fue el día que falleció mi madre, tras padecer una ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Invadida por una inmensa tristeza ,sensación de injusticia y rabia…,veo como Carlos, mi hijo de siete años, corre a buscar el globo que su abuela le compró unos días antes, y lo lanza por la ventana, y me dice:

  • Es mi regalo para la abuela Pili que está en el cielo.

Carlos quiso que su abuela se sintiera bien, le hizo un regalo. A partir de aquel momento y con el paso de las semanas y los meses descubro algo que me ayuda.

Imagino a mi madre, y pienso cómo a ella le gustaría verme. Esto me da fuerza y me impulsa a mejorar cada día, a sonreír. A lanzar globos al cielo todas las mañanas. De alguna manera siento la presencia de mi madre en todo lo que hago, y me agarro a cosas que ella nos aportó en vida para seguir creciendo a partir de ahí.

MI RECURSO: hacer las cosas imaginando la sonrisa de mi madre.

2.- Revisa cuál es tu respuesta ante los momentos difíciles de cada día.

Una vez tengas claro qué te funcionó en aquel momento te animo a revisar cómo respondes ante situaciones complicadas del día a día. No tienen el impacto de una adversidad pero sí que ponen a prueba nuestro nivel de fortaleza para afrontarlas.

Revisa tú última semana y anota qué situaciones difíciles surgieron y cómo las afrontaste. Me refiero a conflictos, discusiones, malentendidos, imprevistos, situaciones embarazosas, etc.

¿Cómo interpretas estas situaciones? ¿qué pensamiento te viene primero?  ¿cómo lo manejas?¿ A qué acción te lleva?, ¿cómo te sientes?

Por ejemplo:

MOMENTO DIFÍCIL: mi marido recogía a los niños del colegio, pero resulta que tiene trabajo y no me ha dicho nada. Una madre me llama para decirme que los niños están solos. Se me dispara la alarma, he de salir corriendo a buscarlos.

PENSAMIENTO QUE TENGO: mi marido es un despistado, no tiene en cuenta a los niños, solo piensa en su trabajo…

EMOCIÓN QUE SIENTO: rabia, enfado, ira.

QUÉ HAGO: el enfado me lleva a salir pitando, pero, decido hacer una pausa. Respiro tranquila, tomo conciencia de cómo el aire entra por la nariz y sale por la boca. Pasan 1-2 minutos.

Y llega otro pensamiento: puede que mi marido esté sobrecargado de trabajo, seguro que le ha surgido un imprevisto y ni ha tenido tiempo de llamarme. Creo que hemos de hablar para contarle cómo me he sentido y poner una solución para que no vuelva a pasar. Voy a buscar un momento tranquilo de hoy o mañana para charlar.

RESPUESTA ANTE UN MOMENTO DIFÍCIL: Inicialmente viene un pensamiento negativo hacia la otra persona. Si consigo hacer una pausa y hacer 3-4 respiraciones conscientes, este pensamiento se transforma en otro más positivo que me lleva a actuar con más serenidad.

Si no consigo hacer la pausa, respirar y mirar un poco más allá, actuo de manera impulsiva y no me siento bien.

Puedes recurrir a TU RECURSO también en estas situaciones. A aquel que te sirvió para superar una situación muy difícil. Puede funcionar también con estos pequeños momentos conflictivos.

3.- Elabora tu creencia sobre las adversidades o momentos difíciles.

Tienes claro TU recurso, el que te sirvió en un momento realmente duro de tu vida.

Has tomado conciencia de cómo actúas ante las pequeñas dificultades del día a día.

Ahora has de elaborar una creencia a partir de los recursos que tienes y te funcionan. Has de recurrir a esta creencia y ser coherente con ella cuando surjan momentos difíciles.

Comparto con vosotros dos creencias sobre las adversidades y los momentos difíciles que personalmente me funcionan:

  • Todas las situaciones de la vida tienen una parte positiva. TODAS incluso las más terribles. Si logro encontrarla, agarrarme a ella y avanzar en esa dirección, me sentiré mejor y seré más feliz..
  • Cuando llega una emoción que no me gusta, paro, respiro y empiezo a ver las cosas desde la serenidad y a actuar desde la serenidad. Esto me hace sentir bien, ser más feliz.

Con estos 3 pasos, estás dando un paso de gigante en tu autoconocimiento y estás creando  herramientas que puedes aplicar cada día y que te llevará a mejorar tu capacidad de resiliencia. Y esto te hace crecer y ser más feliz seguro!!.

En el próximo artículo seguiremos trabajando cuestiones sobre la resiliencia.

Hemos visto cómo descubrirla. El siguiente paso será, cómo entrenarla.

¿Qué es para ti la adversidad?¿Qué crees que te puede aportar un momento difícil a corto y a largo plazo?

Algunas personas  recurren al derrotismo, al no voy a poder o a culpabilizar a la mala suerte o a los demás, y abandonan, se acomodan o se retiran.

Hay personas que tienen miedo  al cambio, al qué dirán los demás, a fracasar, a lo desconocido y ante un momento difícil optan por no actuar.

Sin embargo otras personas  ven la adversidad como algo estimulante que les pone a prueba, y creen que siempre hay una solución para seguir adelante, que llegará un momento mejor.

¿Con qué palabra identificas la adversidad? Con daño o amenaza, con pérdida, con desafío o reto.

Reflexiona sobre tu recurso para afrontarla y recurre a algún momento de tu vida especialmente duro que superaste con fuerza. ¿Qué recurso utilizaste entonces y cuál utilizas ahora? ¿Cómo enfocaste la adversidad, desde la amenaza el daño o como un desafío-reto?

Anota tu creencia actual sobre la adversidad y valora cómo actúas bajo esa creencia.

Por ejemplo: Un momento difícil te marca para toda la vida y no es posible superarlo nunca.

Esta creencia seguramente nos limita para avanzar y haya que revisarla y cambiarla por otra que nos potencia.

En el próximo artículo veremos estrategias para entrenar la resiliencia.

Ana Casares Polo  www.anacasares.com    info @actraining.es   628 438 130

Entrenadora y coach personal

Coaching on line  (conversaciones profesionales vía skype/teléfono)

Método propio apoyado en mi experiencia vital-deportiva y soportado por una formación de máxima calidad. Primera sesión gratuita

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domingo, 30 de julio de 2017

¿Cómo funciona nuestra memoria?

memoria

El psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus realizó el primer estudio sistemático sobre aprendizaje y memoria. Luego de un largo y agotador experimento con sílabas sin sentido y habiéndose usado a él mismo como sujeto experimental publicó sus hallazgos en 1885.

Ebbinghaus descubrió que…

    • 24 horas después de aprender algo olvidamos las dos terceras partes.
    • El olvido es más rápido en las primeras 9 horas.
    • Las cosas con sentido se recuerdan 10 veces más que las cosas sin sentido o azarosas.
    • Aquello que aparece al principio o al final de una serie se recuerda  con más facilidad.
    • Aquello que se estudia hasta dominarlo por completo se recuerda por más tiempo.
    • Lo que se ha olvidado se puede reaprender más deprisa que lo que se aprende por primera vez.

Ebbinghaus fue el primero en estudiar el olvido en relación con el paso del tiempo. Esto es conocido en psicología como la curva del olvido de Ebbinghaus. También intentó explicar el olvido mediante tres teorías:

  • La teoría del decaimiento de las huellas de la memoria.
  • La teoría de la interferencia.
  • La teoría de la fragmentación.

Así que ya sabes, un día después de haber estudiado y no haber repasado puedes llegar a olvidar hasta un 50 % del material. Sin embargo, si repasas volverás a recordar lo estudiado y la curva del olvido se modificará sustancialmente.

Por otra parte, el psicólogo Gordon Bower descubrió que la emoción influye sobre la selección de la información y lo llamó procesamiento congruente con el estado de ánimo. Esto se debe a que la información y la emoción se almacenan juntas.

¿Sabías que…?

  • Cuando estamos de buen humor tendemos a guardar en la memoria las cosas positivas que suceden.
  • En cambio, cuando estamos de mal humor tendemos a almacenar las cosas negativas.
  • O sea, prestamos más atención a la información que concuerda con nuestro estado de ánimo.
  • Cuando estamos contentos nos es más fácil recordar momentos felices mientras que cuando estamos tristes  recordamos con mayor facilidad momentos tristes.
  • Es más fácil recordar cuando el estado de ánimo en el momento del almacenamiento y en el de la recuperación coincide.

En 1977 Roger Brown acuña el término memoria fotográfica para la memoria autobiográfica asociada a sucesos muy emotivos. Los acontecimientos con una alta carga emocional activan una memoria biológica especial que crea una impresión instantánea y permanente del suceso y de las circunstancias que lo rodearon. Es así que podemos recordar con nitidez dónde, con quién estábamos y qué hacíamos cuando escuchamos noticias impactantes.

¿Conoces el Efecto Zeigarnik?

Bluma Zeigarnik descubrió en su proceso de tesis que la mente otorgaría prioridad a las tareas inacabadas para recordarlas mejor que las finalizadas. Mediante un experimento se hizo evidente que la probabilidad de recordar los detalles de las tareas interrumpidas se duplicaba. Al parecer el recuerdo se almacena de otro modo y de manera más efectiva.

El efecto Zeigarnik representó un avance hacia la comprensión de la memoria y se encontraron aplicaciones pragmáticas tanto en la educación como en la publicidad y en los medios de comunicación.

Endel Tulving y los distintos sistemas de memoria

A pesar de que ya se había establecido  la diferencia entre la memoria a corto plazo y a largo plazo, Tulving pensó en la posibilidad de que existiera más de un tipo de memoria a largo plazo. Tanto es así que diferenció la memoria semántica (que almacena datos y conocimientos) de la memoria episódica (que almacena experiencias y vivencias).

Endel Tulving también define otros tres sistemas de memoria: la memoria procedimental (la que almacena métodos y técnicas), el sistema de representación perceptual y el sistema de memoria a corto plazo (también llamada memoria operativa o de trabajo).

Esto permitió a psicólogos posteriores aumentar la complejidad del modelo que terminó por incluir conceptos como el de memoria explícita (de la que somos conscientes) y memoria implícita (de la que no somos conscientes pero nos influye). Otros términos usados son el de memoria declarativa (semántica y episódica) y memoria no declarativa (procedimental).

¿Has oído hablar de los siete pecados de la memoria?

Daniel Schacter explica que el mal funcionamiento de la memoria puede ser dividido en 7 “pecados” (por analogía con los siete pecados capitales):

  • Transitoriedad (deterioro especialmente de la memoria episódica)
  • Distractibilidad (por ejemplo: olvidarse las llaves o una cita)
  • Bloqueo (el típico “lo tengo en la punta de la lengua”)
  • Atribución errónea (recuperamos la información pero no el origen de la misma)
  • Sugestionabilidad (los recuerdos se ven influenciados por el modo en que se recuperan)
  • Sesgo retrospectivo (distorsión del recuerdo afectado por las opiniones y emociones en el momento de recuperar la información)
  • Persistencia (recuperación de forma persistente y no deseada de recuerdos perturbadores o angustiosos)

Schacter considera a los tres primeros “pecados de omisión” o de olvido y al resto “pecados de comisión” o de recuerdo.

George Armitage Miller y el mágico número 7

Según Miller, la memoria de corto plazo tiene una capacidad limitada a unos siete (más o menos dos) ítems. Miller hablaba muy en serio y su artículo ha llegado a convertirse en una de las obras fundamentales de la psicología cognitiva y del estudio de la memoria de trabajo.

Mientras algunos matemáticos como Alan Turing comparaban los procesadores informáticos con el cerebro humano, los psicólogos cognitivos veían en los ordenadores un posible modelo para explicar el funcionamiento del cerebro.

El mágico número 7 comenzó a ser recurrente en los experimentos que Miller realizaba ya que las personas quedaban atrapadas alrededor de ese número cuando se les pedía que repitan una lista aleatoria de letras, números y palabras. Miller concluyó que el cerebro es un procesador de información, con un sistema que obedece a reglas matemáticas que puede ser estudiado.

Trastornos de la memoria

Los principales trastornos de la memoria son:

  • Amnesia retrógrada (incapacidad de recordar los eventos ocurridos antes de la lesión cerebral)
  • Amnesia anterógrada (incapacidad de almacenar la información y los recuerdos posteriores a la lesión cerebral)
  • Enfermedad de Alzheimer (enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y otras importantes funciones mentales)
  • Síndrome de Korsakoff (se ven afectados principalmente la memoria y el aprendizaje; lo pueden sufrir aquellas personas que presentan abuso en el consumo de alcohol)

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viernes, 28 de julio de 2017

¿Qué hace que confiemos en los demás?

confianza

¿Qué hace que confiemos en los demás?, ¿a qué se debe que seamos dignos de confianza?, ¿qué factores inciden para mantenerla o para que se pierda? y una vez perdida, ¿es posible recuperarla?

El desarrollo de la confianza en nosotros viene dado por los vínculos iniciales que establecemos de niño con nuestros padres, por cuanto en ese período somos completamente dependientes de ellos; si la relación es disfuncional e inestable, posiblemente desarrollemos una incapacidad para confiar en los otros. Si, por el contrario, hubo actitudes positivas, podremos desarrollar una confianza básica hacia el mundo. Sin embargo, no implica que, en el transcurso de nuestro crecimiento, no podamos modificar estas estructuras de base, por procesos de aprendizaje o por la experiencia adquirida. Lo que, si hay que destacar, es que la capacidad para confiar es en gran parte aprendida.

En las relaciones significativas que establecemos, la confianza es un ingrediente fundamental para darle continuidad y dinamismo a la misma. Confiamos porque queremos que la relación trascienda.

Se parte de la creación de expectativas acerca de los otros y de la valoración y juicios que nos formamos, fundamentados en aspectos que para nosotros resultan importantes, los valores e intereses, que podemos compartir y tener en común.

Sin embargo, la palabra confianza tiene tantas interpretaciones como personas hablen de ella; cada uno ha aprendido en términos más prácticos que teóricos, lo que significa tenerle o no tenerle confianza a una persona. Es un concepto muy subjetivo y, por lo tanto, algo resbaladizo.

Básicamente la confianza es una valoración que hacemos de las intenciones, sobre quien la otorgamos o depositamos, con respecto a una conducta o acción en particular. Es una expectativa sobre la conducta de aquel en quien confiamos.

Nuestro mundo relacional y afectivo, está levantado sobre esta valoración que hacemos de los otros, en función de las experiencias vividas; en otras palabras, depende de la naturaleza y las clases de interacciones que tengamos. Para que exista confianza, tenemos que hablar de la duración de la relación y de la naturaleza de los vínculos. En los contactos pasajeros, no hay confianza o es mínima.

Cuando decimos yo confío en ti, lo estamos haciendo en un contexto específico que nos hace pensar e interpretar que esa persona es digna de confianza, luego cuando obtenemos pruebas que lo que creemos o pensamos es cierto, extendemos y generalizamos esa valoración a otros contextos, es decir, yo valoro mi relación contigo de muchas maneras, por el placer de estar juntos, por el apoyo que nos ofrecemos, por el beneficio que ambos obtenemos, etc. Una de las razones para que seamos confiables es darle continuidad y permanencia al vínculo, a la relación.

Cuanto más importante y valiosa sea la relación para nosotros, lo más seguro es que confiemos más y, probablemente, también seremos dignos de ella. Confiamos en familiares, amigos y personas muy cercanas. Disfrutamos su presencia en nuestras vidas y la queremo conservar, de allí, que ellas también puedan confiar en mí de diferentes maneras. Hacemos esos juicios con base a las experiencias de los encuentros pasados con otras personas. La experiencia va a determinar las expectativas y percepciones que tenga sobre esa persona.

Las interacciones se pueden desarrollar a partir de intercambios menores y transformarse en relaciones significativas, cuando la confianza depositada aumenta y nos motiva para cuidarlas y protegerlas. Las valoramos, nos son gratificante y por eso las cuidamos. En términos conductuales, hay un reforzamiento o recompensa para mantener el vínculo.

Aquí entra otro indicador importante cuando se habla de confianza, ella no solo depende de las expectativas que nos hemos creado, sino también del compromiso de las personas a quienes le otorgamos nuestra confianza, además de la constancia y regularidad en sus conductas.

Una relación basada en la confianza apunta a establecer propósitos y objetivos compatibles y comunes que apoyen la interacción en un determinado contexto. Igualmente, son importantes que juzguemos la idoneidad, las habilidades y aptitudes de una persona para hacerla acreedora de nuestra confianza.

Pocas veces tomamos el riesgo de confiar en alguien que apenas estamos conociendo, si primero no estamos seguros y comprobamos la confiabilidad de esa persona y que tengamos la fuerte convicción que ella tendrá razones y motivos para cumplir. Confiar es renunciar a una seguridad. Aquí volvemos a las expectativas que nos hemos formado con respecto a esa persona. Nos comportamos de diferentes maneras, en distintos contextos y en un tiempo dado. Establezco condiciones, y las corrijo o modifico, según obtenga nueva información.

Confiar en alguien es una opción que se tiene, es decir, es un riesgo que corremos porque depositamos expectativas que los otros actuarán de cierta manera, sino que también tienen la motivación y el interés para hacerlo, según esas expectativas. También hay que agregar otros factores: promesas, acuerdos, pactos e intenciones, así como la reputación como fuerzas que estrechan la confianza en alguien.

En este sentido, estamos hablando de que la confianza es una creencia, es un proceso cognitivo, después le adjudicaremos y la acompañaremos de procesos emocionales. Aquí es importante la diferenciación de confiar en alguien y actuar con base en esa confianza. La confianza se otorga y se acepta, no se demanda, no se exige. El actuar con base en la confianza otorgada, es acción. Se confía o no se confía, hasta cierto punto, dependiendo de la evidencia que tengamos. Confiar es creer en la promesa de alguien. Generalmente le hacemos promesas a las personas con quienes tenemos vínculos activos y esperamos honrar esa promesa.

Otras consideraciones para tener en cuenta tienen que ver con las características que les adjudicamos a las personas en quienes confiamos y en quienes confían en nosotros. Confiamos en unos y en otros, no. Unos confían en nosotros y otros, no. Aquí están en juego las valoraciones que hacemos y nos hacen de nuestros compromisos. Juicios, valoraciones y expectativas no siempre simétricas.

La experiencia en correr riesgos con cierta clase de personas es un aspecto clave para confiar o no. La intuición, el desempeño, las habilidades, aptitudes, reputación, carisma, motivaciones, idiosincrasia y cultura son atributos cruciales para formular esos juicios. Son activos, capital y recursos que otorgan o reducen la confianza en ellos depositada.

La confianza o los vínculos de confianza se mantienen por dos razones: 1) reconociendo el significado e importancia de ese vínculo y por lo tanto se evita dañarlo y 2) la recompensa o refuerzo obtenido que me motiva a continuar la relación.

En nuestras relaciones afectivas, familiares, de amistad, tener confianza da la seguridad que estamos a buen resguardo y cuidado, que estamos en buenas manos, además que reducimos la incertidumbre y la duda. Abrimos nuestras mentes y corazones, para mostrarnos tal y como somos, sin miedo a salir lastimados, casi como un acto de fe que nada malo nos pasará o será usado en nuestra contra. Cuando esto no se da o nos sentimos traicionados, la decepción y el desengaño aparecen y restaurar los niveles de confianza originales será muy difícil, por no decir, imposible. Sería como tratar de unir los pedazos de un jarrón de cristal que se ha roto, podemos pegarlos, pero se notarán las uniones y perderá valor.

Por lo tanto, cuidemos la confianza que otros nos depositan. Es una moneda intangible cuyo valor es incalculable.

Photo Credit: Pareja sonriendo via Shutterstock

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martes, 25 de julio de 2017

Como influye la impotencia masculina en la pareja

impotencia masculina

Vamos a hablar sobre impotencia masculina, como influye en la relación de pareja y que posibles soluciones  hay disponibles

¿Cuántos hombres conoces con problemas de impotencia?

Seguramente a uno o ninguno.

Pero la verdad es bien distinta. Según diversos estudios recientes, aproximadamente 2 millones de españoles sufren impotencia y alrededor del 25% van a sufrir problemas de impotencia masculina a lo largo de su vida.

Vamos, que te aseguro que más de un hombre de os que conoces sufren impotencia, aunque no lo digan.

¿Por qué los hombres no reconocen la impotencia?

Respuesta corta: Somos tontos.

Respuesta larga: Tenemos la falsa creencia de que la hombría, la masculinidad, reside en nuestro pene.  Y si sexualmente no funcionamos bien, lo consideramos como algo malo y vergonzoso, por lo que no se lo contamos a nadie. Cuesta mucho reconocer la impotencia.

Es más, somos capaces hasta de escondérselo a nuestra pareja por no reconocer que estamos teniendo un problema de impotencia masculina.

La buena noticia

La impotencia, en la gran mayoría de los casos, se cura.

Así que, en vez de esconder la cabeza y renunciar a disfrutar del sexo, ponte en marcha y empieza a trabajar en la solución.

Vende humos, cuentos chinos y charlatanes

El hombre que padece impotencia sufre y busca soluciones. Y como es un tema tabú y que no se habla, al final busca información de manera oculta.

Una de las mejores formas de encontrar un profesional para que te ayude, es preguntar a otras personas.

Ya sea a tu entorno, en foros y redes sociales o buscar opiniones y reseñas, la opinión de otras personas suele ser más valiosa que la información comercial.

Pero como nadie reconocer tener impotencia, realmente nadie comparte su opinión en persona, ni en redes ni deja reseñas.

Y esto hace que, cuando un hombre busca ayuda para superar sus problemas de erección, la información que tiene disponible es la publicidad.

Y la mayoría de información que encontramos en internet son fórmulas mágicas, remedios milagrosos y, en general, servicios y productos que te prometen el oro y el moro y que en realidad son una estafa.

Si quieres saber cómo solucionar los problemas de impotencia, aquí te contamos como

Dos ideas para afrontar la impotencia masculina

No dudes de tu masculinidad

De verdad, créeme, ser más o menos hombre no tiene nada que ver con tu pene y su funcionamiento.

Y si no lo ves así, como psicólogo te puedo ayudar a aprender a gestionar el malestar que genera la impotencia. Es posible que hasta te ayude a curar tu disfunción eréctil.

 

Implica a tu pareja

Cuando hay problemas de impotencia masculina, la relación de pareja siempre se ve afectada.

Ya sea porque el hombre evita las relaciones sexuales o porque estas no son satisfactorias, las relaciones sexuales se ven afectadas.

Y cuando en pareja no funcionan las relaciones sexuales, siempre hay problemas.

Lo que yo propongo es cambiar el enfoque. Haz que tu pareja deje de ser pare del problema para convertirla en parte de la solución.

Cuéntale lo que te pasa, pide su ayuda y colaboración y haz que participe en el tratamiento de la impotencia masculina.

Ya sea haciéndola participe de los ejercicios que te plantee el psicólogo, o utilizar en pareja aparatos que pueden ayudarte como una bomba de vacío, haz que que tu pareja participe del tratamiento.

Conseguirás:

  • que sea más fácil hacer el tratamiento de impotencia masculina,
  • harás que tu pareja entienda el problema y se implique en la solución
  •  descubrirás que la persona que tienes a tu lado te quiere, se te levante o no.

Si tienes problemas de impotencia masculina, busca ayuda y soluciones

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lunes, 24 de julio de 2017

Deporte y felicidad: Construye 5 hábitos

deporte y felicidad

El deporte me ha proporcionado momentos de máxima felicidad, momentos que han despertado fuerza, alegría, serenidad.

Momentos donde la fatiga extrema se funde con la libertad. Momentos de compartir esfuerzo y mucho más. Instantes donde emerge la sonrisa auténtica, plena.

La felicidad es ese instante en el que presientes que algo grande va a llegar.

Pero estos momentos no surgen sin más, por casualidad. Detrás hay un trabajo diario encaminado a un fin y enfocado en unos valores. Hay una actitud ante la vida, hay un montón de pequeñas decisiones. Hay muchas horas de entrenamiento que generan hábitos.

A diario me encuentro con personas que quieren hacer ejercicio, son conscientes de todos los beneficios que les aporta y saben que se sienten mejor. Pero, no hay manera de arrancar, de enlazar dos semanas seguidas, de encontrar motivación. Otras personas no se atreven, no saben cómo empezar, tienen miedo a no poder, al qué dirán los demás…

¿Qué hábitos podemos revisar y enlazar con el deporte para que este sea duradero y nos aporte felicidad?

Hábito 1: Dormir bien

Encontrar el equilibrio entre el esfuerzo y el descanso es vital para el rendimiento deportivo. Es algo que he podido sentir en primera persona en mi trayectoria como triatleta y maratoniana. Pero, ¿qué diferencia encontramos entre un deportista que busca su máximo rendimiento y una persona de la calle que busca su máxima realización profesional-personal?

Todos merecen su descanso, sus horas de sueño. Por ello el dormir se convierte en algo vital y necesario para todas las personas.   

La práctica habitual de ejercicio físico nos puede ayudar a regular el sueño y a solucionar problemas de insomnio.

Un estudio realizado por la Universidad de Oregón y publicado por la revista “Mental Health and Physical Activity” apuntaba que las personas que practican unos 2 horas y media a la semana de actividad física gozaban de una mejor calidad del sueño. El ejercicio no sólo les ayuda a dormir mejor, también contribuía a que se sintieran menos cansados durante el día, en comparación con personas con perfil más sedentario.

¿Qué tipo de ejercicio puede ayudarnos a dormir mejor? ¿Hay deportes o ejercicios que nos pueden funcionar como un remedio natural contra el insomnio  más que otros?

Las actividades con un componente relajante pueden resultar más adecuadas, pero más que el tipo de actividad física que practiquemos, importa mucho más el momento que elijamos para realizarlo.

Hemos de evitar practicar ejercicio de intensidad media-alta poco antes de irnos a la cama. Recomiendo dejar al menos 2 horas de margen.

A partir de aquí te animo a encontrar tu mejor momento para tu deporte, según tu disponibilidad y preferencias.

Elegir bien tu momento y tu actividad son claves para ser constante. Puedes pasear, pedalear o correr a media tarde, con más suavidad si se acerca  la noche. Hacer una rutina de estiramientos o ejercicios de gimnasia en casa son buenas opciones también.

CONSEJO: define tu horario para tu deporte, cúmplelo durante una semana y anota cómo duermes (número de horas y calidad del sueño)

Hábito 2: definir tus metas

Se ha demostrado científicamente que el sentirse bien con el futuro es importante para nuestra felicidad.

Todos necesitamos metas lo suficientemente retadoras para motivarnos para emocionarnos, pero al mismo, tiempo nuestras metas deben de ser alcanzables.

¿Cuáles son tus metas con tu deporte? ¿Son lo suficientemente motivadoras y alcanzables?

Buscar una meta concreta, alcanzable y estimulante, aumentará la probabilidad de tener éxito.

La investigación científica muestra que el simple hecho de planear estos objetivos genera un sentimiento de positivismo en el día a día.

Por ejemplo el planear una carrera o un viaje en el que vayas a practicar tu deporte, o una salida en bici o a la montaña el fin de semana.

En otro estudio, se demostró que el simple hecho de pensar una experiencia gratificante próxima (pasarlo bien en bici con los amigos) eleva tus niveles de endorfinas en un 27% y reduce tus niveles de estrés. Las endorfinas son las hormonas responsables del sentimiento de euforia y alegría.

Elige una práctica que te llene de experiencias gratificantes y de satisfacción.

Tener metas alcanzables  y planearlo de forma realista es una forma de ser feliz en tiempo presente.

CONSEJO: anota todas las metas y objetivos que se te ocurran con tu deporte, y selecciona los dos que más te estimulan.

Hábito 3: Agradecer

En ocasiones focalizamos nuestras pensamientos en cosas grandes que queremos conseguir y que creemos nos harán felices. Éxitos deportivos o metas profesionales ambiciosas. Y olvidamos las pequeñas cosas.

Y, ¿qué pasa cuando el resultado no es el esperado? A veces que los deportistas nos recreamos en  sentimientos de rabia, culpa hacia los demás, queja y de insatisfacción constante con lo que hacemos.

No valoramos lo conseguido ese día, lo que tenemos, lo que somos, lo que aportamos a los demás. Y pensamos ya en la siguiente competición, antes tal vez de pararnos a pensar. Y,  entonces, ¿dónde está esa felicidad?

Descubro que está en las pequeñas cosas de cada día que muchas veces pasan desapercibidas: la mirada de la persona que te quiere, la sonrisa de tus hijos, el gracias de un compañero, los buenos días, apreciar el amanecer, disfrutar de un paseo en compañía, o solo. En agradecer a la vida por ser como soy y tener lo que tengo.

Detenernos y observar todo lo que ya tenemos y agradecerlo es una de las mejores formas para valorar nuestro presente y sentirnos más satisfechos con lo que somos y lo que tenemos. Es una estrategia sencilla que nos lleva hacia una mejora en la sensación de felicidad diaria.

CONSEJO: Antes de dormir piensa o escribe 3 cosas por las que estás agradecido. Pueden ser cosas muy importantes como tu familia, amigos o un bebé en camino, pero, también pueden ser cosas bastante comunes como, comer tu helado favorito, tu cama, o el simple hecho de tener aire en tus pulmones

Hábito 4: Sonreir

Estudios científicos han probado que sonreír libera endorfinas, serotonina y otros analgésicos naturales que produce nuestro cuerpo. También se ha asociado la sonrisa a la reducción de los niveles de hormonas causantes del estrés.

La sonrisa ha sido mi gran aliada corriendo Maratón. Llegan momentos críticos donde la fatiga se adueña del cuerpo y la mente queda bloqueada en pensamientos negativos.

Y descubro que sonrío, y ya no me duelen tanto las piernas. La sonrisa me hace olvidar el cronómetro, y la zancada fluye.

Sonrío, y llegan imágenes bonitas, me voy a una situación tranquila y divertida. Y llegan pensamientos positivos.

Sonrío y siento fuerza, y serenidad. Pasan los kilómetros. Sé que voy a terminar. Y me agarro a ese pensamiento…

¿Si la sonrisa es capaz de generar fuerza y claridad en estos momentos de duro esfuerzo físico?, ¿qué pasaría si hacemos de la sonrisa un hábito diario?

En momentos tristes o difíciles, sonreír ayuda a relajar zonas del cuerpo que están tensas, a generar control corporal, a relativizar la situación, a enfocar desde el humor…Y resulta que la fatiga o el malestar se disipan.

Los expertos han constatado que sonreír con frecuencia nos hace más felices y activa regiones cerebrales relacionadas con los afectos positivos y las recompensas, como el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo.

CONSEJO: intenta sonreír un poco más incluso en los días tristes: empezarás a sentirte mejor.

Hábito 5: Controlar tus pensamientos

Aprender a controlar tus pensamientos es una habilidad para mejorar tu felicidad interior. Una forma efectiva de entrenar este súper poder es meditando.

La meditación es un hábito importante para mejorar la concentración y disminuir el estrés.

Meditar requiere de práctica, borra literalmente tu mente y te tranquiliza. Se ha demostrado ser una forma eficaz de ser feliz y sentirte mejor.

Nuevas investigaciones en neurociencia han descubierto que aquellas personas que meditan de forma habitual, modifican literalmente su estructura cerebral.

Tu rato de ejercicio puede ser una forma de meditación, de darle un respiro a tu mente. Los estiramientos, los ejercicios de movilidad articular y control corporal enlazados con tu respiración pueden llegar a ser una forma de meditar, de relajarte y mejorar tu conciencia corporal.

CONSEJO: prueba a relajar tu mente 2-3 minutos llevando la atención a tu respiración mientras realizas un ejercicio tranquilo como estirar, movilizar tus articulaciones, caminar, correr o pedalear con suavidad.

Photo Credit: Mujer haciendo deporte via Shutterstock

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viernes, 21 de julio de 2017

¿Cómo nos afecta ganar la lotería?

Ganar un premio gordo es el sueño de todo el mundo. ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con la idea de convertirse en millonario? Nos imaginamos saldando deudas, comprando coches de alta gama, navegando en yate, viajando a los países más remotos sin escatimar…

Pero ese sueño, a priori inalcanzable, a veces se convierte en realidad. Aunque las probabilidades de obtener un premio gordo o una primitiva sean muy bajas, la realidad es que la lotería toca siempre a alguien y que podría dar un giro completo a nuestras vidas en cuestión de segundos.

¿Cómo podría afectarnos obtener un premio gordo?

Los efectos de conseguir un premio importante han sido analizados a fondo por los expertos en psicología y las conclusiones pueden ser sorprendentes. Aunque para muchas personas el dinero ha representado una salvación, para otras ha acabado convirtiéndose en un drama. Algunas personas han llegado incluso a arrepentirse de haber cobrado el premio.

Según los análisis realizados, un factor determinante es la cantidad de dinero obtenida en el sorteo. Cuando la cuantía del premio no es muy elevada, el afortunado suele invertir el capital en lo que popularmente conocemos como “tapar agujeros”: liquidar la hipoteca o préstamos pendientes, realizar alguna obra, ayudar a la familia, hacer unas vacaciones o incluso darse algún capricho.

El problema viene cuando la cifra alcanzada es tan extraordinaria que no sabemos bien qué hacer con ella: ¿inversiones, compra de inmuebles, ahorro?…  el conflicto puede ser abrumador. Y, ante la duda, muchos optan por gastar. Seguramente habremos conocido a través de los medios el caso de afortunados con premios millonarios que han dilapidado su fortuna en poco tiempo y han acabado en la miseria.

También puede sernos familiar la imagen del “nuevo millonario” que aparece conduciendo un coche de alta gama, o adoptando un ritmo de vida poco acorde con su estatus anterior. Según los expertos en psicología, esta actitud es fruto de la inmadurez, de no saber afrontar las responsabilidades que comporta administrar adecuadamente unas ganancias obtenidas de forma inesperada.

Los nuevos “amigos”

Otro factor determinante es la reacción que el premio pueda ocasionar en el entorno. Cuando una persona obtiene una primitiva, o posee un cupón ganador, suelen aparecer familiares, amigos o simplemente conocidos solicitando ayuda económica. Incluso personas con las que se había perdido el contacto pueden reaparecer “casualmente” en la vida del agraciado. Esta circunstancia acarrea momentos de estrés e indecisión, porque no es fácil negarle un favor a alguien que supuestamente lo necesita.

Para afrontar estas situaciones, los especialistas recomiendan diversas estrategias. La primera es no alardear de la nueva situación e intentar que lo sepa la menor gente posible. Otra opción es comentar que hemos puesto el dinero en manos de un experto, de manera que traspasamos a otro la responsabilidad de administrar las ganancias, aunque solo sea de forma aparente.

Sea cual sea la circunstancia en que nos encontremos, lo importante es analizar con calma la situación e intentar actuar dejando de lado el entusiasmo. Algunas personas agraciadas con premios millonarios han decidido cambiar de vida y marcharse al extranjero, otras han abierto negocios o se han dedicado a viajar, pero también hay premiados que han optado por soluciones mucho más simples: seguir con sus actividades habituales pero disfrutando al máximo de los nuevos privilegios.

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Atrévete a empezar de nuevo

cómo empezar de nuevo

Al parecer empezar de nuevo no es una tarea fácil para algunos, porque tal vez el haber atravesado por situaciones adversas marcaron nuestras vidas; de una u otra forma dejaron secuelas en lo más profundo de nuestro ser, dejándonos prácticamente petrificados, con un miedo inmenso de querer empezar de nuevo.

Es precisamente ese temor de no tener que volver a pasar por lo mismo, aquello que nos detiene y nos impide avanzar. El miedo al fracaso, de volver a tropezar y caer nuevamente, nos produce pánico a equivocarnos; todo esto nos frustra. Para algunos la experiencia fue tan traumática que cierran toda posibilidad de volver a iniciar.

Pero ¿qué pasa cuando ha transcurrido cierto tiempo y aún no hemos sido capaces de levantarnos?. ¿Por qué no podemos mirar la realidad y aceptar que las cosas sucedieron, pero que a pesar de todo debemos  reaccionar de manera asertiva, y ponernos de nuevo en pie?

Sucede que la derrota quiere tomar el control de nuestra vida y no dejarnos avanzar, este  tiempo es muy duro porque declinamos, podemos caer en depresión profunda y no querer nada más; pero hay que tomar la iniciativa de volver a empezar. Es imposible dejarnos sepultar y sucumbir en la derrota, no sería justo para nosotros ver cómo otros lograron sobreponerse y salir adelante.

Teniendo en cuenta que cada persona reacciona de maneras diferentes ante eventos difíciles, algunos sienten que no pueden levantarse y emprender el camino nuevamente; otros por el contrario deciden seguir adelante a pesar de las situaciones y toman nuevamente el timón y le dan giro total a sus vidas.

Por duro que hayan sido los sucesos debemos levantarnos, porque cada golpe, cada herida, cada dolor nos hace más fuertes y nuestro carácter se fortalece también.

En el transcurso de nuestra vida a veces atravesamos por diferentes situaciones; algunas traerán alegrías, felicidad, gozo, bienestar a nuestro ser; otras por el contrario traerán tristezas, dolor, ansiedad, angustia, como por ejemplo: perder el empleo, una enfermedad, un divorcio, la pérdida de un ser querido; siendo todos estos golpes muy duros, que sin duda pueden derribarnos, y si no estamos preparados para asumir estas adversidades podemos sucumbir. Hay que tener claro que por muy oscuro que sea el panorama siempre habrá una luz que nos guía y orienta, mostrándonos el camino que debemos continuar.

Entonces tendremos que poco a poco ir aprendiendo a asumir cada dificultad y a vencer los obstáculos que se nos presenten en nuestro diario vivir, siempre con valentía y mucha fortaleza.

Factores como el tiempo o la edad tienden a limitarnos y obstaculizarnos para empezar de nuevo; a veces creemos que ha pasado mucho tiempo y que no tenemos las mismas fuerzas para emprender nuevamente, o nuestra edad es un impedimento para triunfar; cuando realmente no es así, lo importante es la actitud de querer lograr aquello que anhelamos, cuando existe en lo más profundo de nuestro ser esa pasión por querer alcanzar una meta, ningún obstáculo nos podrá detener.

Empecemos a trabajar de nuevo con más pasión y ahínco, porque con nuestra, constancia y perseverancia lograremos llegar muy lejos. Conseguiremos avanzar y llegar muchos más lejos de lo que imaginamos en un principio.

Ese sueño que creías que estaba truncado hoy reverdece, porque dentro de ti está el poder que necesitas para vencer, demostrándote a ti mismo y a los demás que se puede empezar de nuevo, no es fácil pero tampoco es imposible. Todo está en tu actitud, si piensas que estas derrotado sin antes haberlo intentado, pues de seguro que ya lo estás; por el contrario si piensas que eres un vencedor y que naciste para triunfar, entonces todo lo que emprendas te dará óptimos resultados. Animo y adelante, atrévete a empezar de nuevo.

Photo Credit: Mujer Feliz via Shutterstock

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jueves, 20 de julio de 2017

Cómo superar tus emociones negativas

emociones negativas

Nuestros pensamientos guían nuestras emociones, sentimientos y creencias. Los pensamientos y emociones negativas son algo común en muchas personas. Esto ocurre por ejemplo cuando el dinero es una preocupación.

Cuando nuestras prioridades no son tan claras o perdemos el enfoque, le echamos la culpa a nuestra situación financiera y tenemos emociones negativas.

6 señales del pensamiento negativo

Cuando trabajamos para lograr nuestra libertad financiera, es necesario superar cualquier emoción negativa que podamos tener sobre nuestra situación financiera. Para hacer esto, es importante que reconozcas estas 6 señales y cómo te afectan cuando piensas acerca de finanzas o dinero:

  • Te centras en las cosas malas que hace la gente con dinero y le atribuyes a este la culpa, cuando puede deberse a otras razones.
  • Conversación interna destructiva. Cuando tenemos emociones negativas, solemos perdernos en nuestros pensamientos, lo cual puede ser destructivo en el largo plazo.
  • Miedo a lo peor. Imaginas cosas o situaciones malas sobre lo que pasaría si tuvieras tanto dinero como otras personas.
  • Como resultado de tus emociones, empiezas a compartir historias negativas sobre otros con su dinero porque envidias lo que tienen y han logrado.
  • Bromeas acerca de cómo tú y otras personas manejas el dinero.
  • Crees que otras personas tienen más habilidades que tú y sospechas que tienen “secretos” sobre lo que dicen que hacen.

Sé cuidadoso. Incluso cuando las cosas van bien financieramente, podemos caer en estos pensamientos negativos.

7 errores comunes del pensamiento negativo

Recuerda que las emociones y sentimientos negativos tienden a distorsionar la realidad y nuestra percepción de ella. Aquí están 7 errores comunes acerca de este tipo de pensamiento:

  • Crees lo que imaginas: aunque la imaginación puede ser algo maravilloso, puede ser destructiva si la usamos negativamente.
  • Creamos leyes de vida: algunas personas crean leyes de la realidad y cómo debería ser, estas “leyes” usualmente son irracionales e inflexibles.
  • Minimizamos lo positivo: si pasa algo positivo en tu vida, el pensamiento negativo evita que veas los buenos resultados.
  • Generalizamos lo negativo: cuando algo malo nos pasa, lo generalizamos para todo en lugar de superarlo y entender que pasó en determinado periodo o tiempo.
  • Asumir toda la responsabilidad: algunas personas asumen toda la culpa de cosas que no tienen nada que ver con ellos.
  • Piensas en extremos: la vida no es todo o nada, blanco o negro, etc. Cuando pensamos negativamente, tendemos a ver todo en extremos.
  • Lees las mentes: cuando pensamos negativamente, evitamos nuestras incertidumbres. Esto provoca que asumas pensamientos de otras personas antes de poder demostrarlos.

Somos lo que pensamos. Mientras pensar es un proceso natural desde que despertamos hasta que dormimos, muchos de nuestros pensamientos pueden ser inútiles. Sin embargo, son estos quienes impactarán negativamente o positivamente en nuestra calidad de vida.

¿Cómo detener los pensamientos negativos y convertirlos en positivos?

Las emociones negativas pueden ser increíblemente poderosas, especialmente cuando pensamos acerca de nuestra situación financiera. Si usas los siguientes consejos, podrás restaurar el orden en tu mente y superar estos pensamientos y emociones negativas acerca del dinero:

  • Aceptación: es obligatorio aceptar quiénes somos ahora y entender que es resultado de nuestras acciones y decisiones pasadas. Después de todo, estas acciones y decisiones empezaron en nuestros pensamientos. Siempre habrá algo que no puedas cambiar o controlar como cosas que sí. Céntrate en lo que puedes cambiar.
  • Análisis: analiza profundamente tus pensamientos sobre el dinero. Cuando tengas un pensamiento negativo, pregúntate a ti mismo si es imaginario, real o si está basado en una suposición o realidad. Si no tiene fundamento, deséchalo. Si lo tiene, necesitas determinar si es tóxico o saludable.
  • Actitud: generalmente, cuando despiertas, tu actitud determinará cómo irá tu día. Lo primero que debes hacer es una nota mental sobre el estado de tu actitud y pensamientos, especialmente cuando el dinero es una preocupación. Piensa en la calidad de tus pensamientos y cómo estos pueden afectar tu actitud.
  • Sé agradecido: debes practicar la gratitud cada día en tu vida. Puedes lograrlo de dos formas: Primero, agradece por las cosas que tienes, cosas que el dinero te ha comprado; y segundo, agradece por el sufrimiento o molestias que no has tenido como resultado de lo que el dinero no te ha comprado.
  • Vive el momento: disfruta la vida independientemente de tu estado financiero. Sin embargo; no uses este consejo como excusa para adoptar un estilo de vida irresponsable o no saludable. Si quieres eliminar tu enojo o decepción sobre el dinero, no puedes vivir del pasado.
  • Medita: purifica tu mente a través de la meditación. Esto provoca relajación, tranquilidad y buena salud. Puede ser una herramienta muy poderosa que ayude a despejar tu mente para tener un propósito.
  • Resuelve tus problemas pasados con el dinero: el resentimiento por el dinero generalmente se debe por no hablar y reprimir tus emociones acerca de este. Cualquier suceso puede recordarte estos problemas o pensamientos negativos, eventualmente pasará y puede ser más destructivo que antes. Cuando sea posible, trata de resolver tus problemas pasados acerca del dinero.
  • Busca lo positivo: para transformar lo negativo en positivo, debes empezar a rodearte de personas positivas. No tomes en serio las cosas que provienen de personas negativas. Esto afectará tus pensamientos positivos o los reducirá.

Recuerda que el objetivo es superar tus emociones negativas. Para hacerlo, debes considerar los consejos anteriormente mencionados. Aunque uno o dos puedan ayudarte a lograrlo, la combinación de todos ellos asegurará que tengas éxito en tu misión de controlar esos pensamientos negativos y acabar con ellos de una vez por todas.

Photo Credit: Mujer enfadada via Shutterstock

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miércoles, 19 de julio de 2017

Como ser un buen jefe: 10 calves

Si quieres saber como ser un buen jefe, aquí tienes 10 claves que pueden serte de utilidad

Hoy, mientras divagaba por internet esperando que saliera mi tren, me he encontrado un post de 2013 que publico mi compañera Sira en 2013 (de hecho, es este post, que he decidido actualizarlo y sumarle 3 claves a las que aportaba mi compañera.

Al contrario de lo que piensa la gente, ser jefe no siempre es fácil. Si tienes una empresa y trabajadores a tu cargo, pueden surgirte dudas sobre “si lo estás haciendo bien”.

Vamos a darte 10 claves para ser el MEJOR JEFE.

1. ESCUCHA a tus empleados:

Ellos te darán más información sobre lo que pasa en tu empresa de la que puedas obtener por ti mismo. Valora sus opiniones.

2. LIDERA a tu equipo con asertividad:

Establece normas claras y muestra firmeza en el carácter. No se trata ni de ser el ogro al que todo el mundo teme decirle algo ni un pusilánime al que nadie respeta. Un buen líder debe reunir ciertos requisitos (carisma, simpatía, capacidad de argumentación y empatía)

3. MODERNÍZATE:

Atrévete a cambiar. Las fórmulas que eran eficaces hace 50 años pueden no ser funcionales hoy día. Adaptarse a las nuevas tecnologías, pensamientos, tendencias… etc es fundamental para que tu empresa sobreviva. El pensamiento divergente y la creatividad serán los que te ayuden a buscar alternativas ante cualquier disyuntiva o problema.

4. EXPÓN tus objetivos:

Comunica tus metas al personal y buscad conjuntamente la manera de poder alcanzarlas. Hazles partícipes del rendimiento general. Implícales en los problemas de la empresa y contempla sus posibles soluciones. ¿Cómo realizar esto? Con reuniones periódicas, análisis estadísticos, nombrando encargados de secciones para que la información fluya bidireccionalmente… No te olvides de realizar feedback al cabo de un tiempo para comprobar si se están cumpliendo los objetivos marcados.

5. JUEGA con el tiempo:

Tus empleados son personas que tienen una vida FUERA DEL TRABAJO (con sus obligaciones ineludibles!). Sabemos que hay tareas que no dependen del horario. Si algún trabajador solicita más flexibilidad, puedes plantearle alternativas para conciliar vida laboral y familiar. Recuerda esta regla “NO SIEMPRE MÁS HORAS IMPLICAN MAYOR RENDIMIENTO

6. OBSERVA el rendimiento:

Aprovecha el potencial y las habilidades de los trabajadores, para asignarles las funciones que más se adapten a cada uno. Una persona a quién le gusta su trabajo porque se siente competente, estará más motivada y rendirá mejor.

7. ¡RECOMPENSA!

Un trabajador que cuida de tu empresa y está dispuesto a “gastar” su tiempo libre en trabajar más para ti, es un tesoro. No des por hecho que está obligado a hacerlo, PORQUE NO ES ASÍ. Por ello hay que reconocerle tal esfuerzo con compensaciones de dos tipos: económicas (todos trabajamos por dinero) y sociales (el reconocimiento y la valoración positiva son dos fuertes reforzadores de conducta). Recuerda que la recompensa es una inversión para que aquella persona siga motivada, y si no se produce, algún día puede cansarse de “hacer extras” por NADA.

8 ASUME RIESGOS

En el mundo laboral hay que asumir riesgos. Nunca harás las cosas mejor si no te arriesgas y, lo que es peor, habrá otros que se atrevan a hacerlo y te acaben quitando parte del negocio.

Pero un trabajador, por norma general, no va a querer asumir riesgos.

Cuando eres asalariado sabes que lo peor que puedes hacer es meter la pata. Y para evitar meter la pata lo mejor es no asumir riesgos.

Así que, si quieres ser un buen jefe, eres tú el que tiene que asumir los riesgos, no tus trabajadores.

Esto no quiere decir que sea el jefe quien tenga que hacer la tarea, pero si quien asume la responsabilidad.

Si consigues que tus trabajadores tengan la confianza necesaria para plantearte acciones arriesgadas y para que, una vez las hayas valorado y decidas darle luz verde, seas tú quien asuma la responsabilidad, estarás generando un clima de innovación dentro de tu empresa que pueden llevarte a que tu empresa mejore.

9 COMPLEMENTA TUS CARENCIAS con las habilidades de tu equipo.

como ser un buen jefeTodos tenemos carencias. Todos tenemos cosas que se nos dan bien y otras que se nos dan peor.

SI quieres saber cómo ser un buen jefe, haz un ejercicio de humildad y asume que cosas se te dan mal.

Y a la hora de configurar tu equipo, busca personas que se complementen contigo y te ayuden a completar esas lagunas.

Yo, por ejemplo, sé que no soy bueno en aspectos relacionados con tener ordenado y organizado el papeleo, por lo que a la hora de seleccionar a mis colaboradores más directo he buscado a dos personas que son casi obsesivas del orden (rozando el TOC).

Creo que aceptar mis carencias y complementarlas con mi equipo mi hace mejor jefe.

10 SÉ FELIZ

Ya sé que esta frase suena a autoayuda barata.

Ya hemos visto que para ser un buen jefe hay que saber liderar, inspirar y ordenar y si vives amargado y de mala ostia va a ser complicado que lo consigas.

No me refiero a ser feliz en plan infantil y ver la vida de color rosa, sino a que en tu día a día (fuera y dentro del trabajo) hagas cosas que te ayuden a ser feliz.

Cuanto más satisfecho estés con tu vida, más posibilidades tendrás de ser un buen líder y un buen jefe

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Cómo superar el miedo al cambio

miedo al cambio

Vivimos, trabajamos, pensamos, sentimos y muchas veces obviamos que el cambio es posible y quizás también necesario.

Nos asusta lo desconocido, el hecho de no saber qué pasará, el mañana, la incertidumbre, y por no afrontar este miedo, evitamos ir más allá y nos acomodamos dentro de una zona de confort previsible y rutinaria porque la vemos segura. Preferimos ir pasando días, y quizás vivir sin emoción, vacíos y frustrados.

Necesito un cambio?

Cambiar es algo deseado y temido a la vez. Necesitamos salir de una situación, pero nos sentimos cómodos viviendo lo conocido.

En todo cambio está implícita la toma de decisiones, lo que supone tener claro donde queremos ir, o al menos aquello que no queremos.

Desear un cambio y no tomar una decisión es un proceso que nos desgasta psicológicamente, y nos mantiene en un estado pasivo de bloqueo constante.

Pensamos que un cambio no es posible, ¿o quizás si?

¿Qué debo hacer?

Reflexionar. ¿Lo quieres realmente? Si vamos buscando excusas para no afrontar ningún cambio, difícilmente podremos iniciar nada. La negación es un mecanismo de defensa que nos ponemos para no intentarlo.

Ser capaz de renunciar. Hay que dejar cosas atrás y normalmente duele

No idealizar las situaciones y ser realista. Todo cuesta, no hay salidas perfectas y en todas partes hay ventajas y desventajas.

Buscar la motivación necesaria. La motivación es realmente el motor del cambio. Sin esta no será posible porque es la que nos da la energía necesaria para llevarlo a cabo.

Romper hábitos. Si realmente queremos cosas diferentes, tendremos que comportarnos y hacer cosas diferentes. No podemos esperar que todo cambie por arte de magia.

Saber convivir con la incertidumbre. Ser capaz de salir de la zona segura y afrontar que no sabes hacia dónde irás. Hay que dominar la ansiedad que esto produce y no dar vueltas a las cosas, y mucho menos avanzar escenarios negativos.

Ponernos metas. Visualizar a nosotros mismos. Vernos tal y como nos gustaría en unos años.

Avanzar en pequeños pasos. Si nos ponemos objetivos demasiado exigentes es posible que nos desmoralicemos muy pronto. Es mejor dividir nuestras metas en pequeñas metas a conseguir.

Gratificarnos a nosotros mismos por todo lo que hemos ido consiguiendo. El mero hecho de hacer el primer paso ya es motivo de celebración.

Afrontar el miedo a equivocarse. Todos podemos equivocarnos, y de los errores también se aprende. Quien más se equivoca es quien nunca lo ha intentado.

El cambio es inevitable y nos acompaña en todas las etapas de nuestra vida. Desde que nacemos estamos sometidos a cambios y tenemos que conseguir metas para pasar de una etapa a otra. En un primer momento genera miedo y quizás rechazo, pero a medida que vamos avanzando ganamos en seguridad. El cambio es necesario para la adaptación a nuestro entorno.

 Y recuerda: Querer un cambio y no decidir nos estanca y nos deja con una sensación de ver pasar la vida. La enorme factura que nos queda es una elevada insatisfacción personal y un sentimiento de vacío constante.

Photo Credit: Mujer practicando Yoga via Shutterstock

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martes, 18 de julio de 2017

¿Quién soy yo después de ti? El redescubrimiento después de una separación

separación

¿Han pasado días después de terminar una relación y aún estás acostumbrado a hablar en plural y a considerar la agenda de un tercero antes de hacer planes?

No te preocupes, hacerlo es un comportamiento completamente normal para quien mantuvo una relación amorosa. Es normal que te hayas acoplado a tu ex y a un estilo de vida en pareja.

Sin embargo, después de una ruptura amorosa, es indispensable que reflexiones sobre tu identidad independientemente de tu ex pareja y ex relación.

Y de eso es precisamente de lo que te hablaré el día de hoy.

El necesario redescubrimiento de ti mismo después de terminar una relación

Después de una ruptura amorosa vendrá una etapa con muchas incógnitas y dudas sobre la relación y sobre tu ex.

Pero hay algo más importante en lo que debes concentrarte:

Reflexionar sobre ti mismo y tu vida presente y futura y, que te asegures de que esta definición no esté influenciada por tu ex.

Es por eso, que el día de hoy te invito a plantearte la pregunta:

¿Quién eres tú después de la relación que viviste con tu ex?

Y para descubrirlo, comparto contigo 3 reflexiones y 2 actividades que te ayudarán a no relacionar tu estilo de vida presente con tu última relación.

Reflexiones para redescubrirte independientemente de tu ex

A partir debes concentrarte únicamente en ti (por lo menos durante los minutos que dura la lectura).

Respira profundo y enfoca tus pensamientos y tus energías en ti.

El objetivo es que descubras en tu interior las respuestas a las siguientes reflexiones y que decidas actuar conforme a aquello que es mejor para ti.

1. Tú eres quien desees ser

Eres un ser que evoluciona con cada momento y experiencia y es tu obligación decidir quién quieres ser. (Y esto aplica para antes y después de una separación)

Así que ahora regálate un tiempo para identificar aquellas características que más te gustan de ti y define cómo las resaltarás.

De igual forma, identifica aquellas características que no te gustan tanto de ti y decide reemplazarlas por otras con la que te sientas más satisfecho.

Por favor, no caigas en el gran error de concentrarte en convertirte exactamente aquello que tu ex pareja deseaba de ti. Y por supuesto, tampoco te concentres en ser todo lo contrario a lo que eras mientras estabas en aquella relación.

Ten en cuenta que la relación no terminó por tu forma de ser, pensar y/o actuar.

Las relaciones de pareja acaban por una gran diversidad de motivos incluyendo algo tan esencial como es el tener visiones de vida diferentes. Así que olvida todo aquello que crees que hubiese sido mejor para la relación que tenías con tu ex. Saca de tu mente el deseo de complacer a una tercera persona y concéntrate en ti.

Antes o después de una separación, debes ser únicamente quien quieres ser.

2. La ruptura amorosa no te define como persona

Sí, acabas de vivir una separación y aún te sientes afectado por toda aquella situación. Sin embargo, esa situación no te define y no puedes permitirte caer en los típicos errores después de una separación

Tu no eres únicamente el o la “ex” de alguien.

La ruptura amorosa no es el único tema de conversación que puedes mantener.

Y esta separación no significa que serás infeliz el resto de tu vida, que jamás encontrarás pareja o que estarás siempre solo.

Esta ruptura amorosa es únicamente una situación que momentáneamente está presente en tu vida.

Es una situación de la que debes aprender. Y no precisamente aprender a cargar con culpas, miedos o resentimientos. Sino que debes aprender las enseñanzas positivas de una separación.

Busca en tu interior y descubre qué aprendizajes positivos son los que quieres mantener presente.

¿Cuáles de las experiencias pasadas te ayudan a ser la persona que deseas ser?

¿Cómo deseas presentarte de ahora en adelante?

¿Qué historia es la que deseas contar sobre tu vida amorosa?

Y no olvides responder a todas estas reflexiones desde una perspectiva positiva e independiente a tu ex.

Recuerda que tú decides quién quieres ser y tienes el poder de evitar que tu ex relación defina tu vida presente y futura.

3. Tu futuro “yo” en el que ya no está tu ex

No porque la relación haya acabado significa que todos tus sueños y planes futuros deban desaparecer.

Únicamente necesitarán ser cambiados.

Así que, si existe algún viaje que deseabas hacer, alguna nueva actividad que pensabas aprender o algo que soñabas intentar, debes hacerlo realidad.

Y no lo harás con la añoranza de que no pudiste realizarlo con tu ex ni tampoco con el resentimiento de su ausencia. Lo harás simplemente porque tú tienes tus propios sueños y no necesitas de nadie para hacerlos realidad. Ser feliz es una decisión de la que tú eres el único dueño.

Quizá en el futuro desees a alguien con quien compartir tus sueños y tus logros. Pero NO NECESITAS de nadie para reactivar tu vida y hacer aquello que a ti te hace feliz.

Y este es uno de los aspectos en los que yo más enfatizo cuando doy charlas a quienes han vivido una separación:

Debes definir qué persona quieres ser y establecer un plan para convertirte en ella independientemente de lo que viviste en tu anterior relación.

Las situaciones y personas influyen tu vida de forma indirecta, pero sólo tú tienes el poder de decidir qué haces para convertirte en quién quieres ser.

Ahora bien, ya que hemos acabado con las reflexiones, te doy 2 consejos extras que te ayudarán a redescubrirte después de terminar una relación:

Actividades que debes hacer como parte del redescubrimiento interior

Hace varias semanas compartí con mis lectoras la historia de Paola y todas las actividades que ella hizo para superar una ruptura amorosa.

Sin embargo, hay dos aspectos muy importantes que debes tomar en cuenta y que no fueron dichos antes:

1. Lo mismo que hacías con tu ex, pero ahora con amigos

Terminar una relación amorosa no significa que estás impedido de hacer lo que más te gusta sólo porque es algo que solías hacer con tu ex.

En realidad, tu vida continuará muy similar en la mayoría de los aspectos. Por lo tanto, tus actividades favoritas no tienen porqué desaparecer, ni tampoco tienen porqué perder su sentido.

Eso sí, para que dejes de relacionar tus actividades favoritas con tu ex, te recomiendo hacerlas con amigos y familiares.

Es posible que las primeras veces tiendas a comparar y pienses en tu ex o en tu anterior relación. Pero no dejes de hacerlo.

¡Necesitas continuar con tu vida y cultivar nuevos recuerdos!

Así que invita a amigos y/o familiares y descubre que puedes seguir haciendo aquello que más te gusta sin necesidad de la presencia de tu ex.

2. Un cambio físico con un sentido diferente

Sabemos que una de las reacciones más típicas después de terminar una relación es hacer cambios en tu apariencia física.

Un nuevo look es sin duda el reflejo de un nuevo inicio.

Sin embargo, el motivo para realizar un cambio de apariencia no puede ser tu ex.

Lo que tú necesitas es un mejor motivo al cual acreditar ese cambio físico.

Puedes, por ejemplo, unirte a organizaciones que apoyan a quienes padecen cáncer y donar tu cabello.

Quizá podrías dedicar tu entrenamiento físico a una inscripción en alguna competencia deportiva.

O podrías hacer un cambio de guardarropa que implique el apoyo a nuevas empresas textiles o diseñadores.

Sea lo que sea que tu prefieras, pero no digas, ni sientas, ni mucho menos dediques tu cambio físico a tu ex.

Lo que hagas debe ser por ti y para ti.

Además, haciéndolo de esta forma, te aseguro que tendrás una mejor historia que contar.

¡Así que ya lo sabes!

Después de terminar una relación, es necesario que dediques un tiempo para ti. Un tiempo para redescubrirte y descubrir quien deseas ser de ahora en adelante.

Y no lo olvides, la definición de quién eres tú, no está condicionada a la opinión de tu ex.

Mucha suerte y hasta pronto

Marie

Photo Credit: Corazón roto via Shutterstock

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Deporte y felicidad: 5 conexiones

deporte y felicidad

  • ¿Cómo te sientes cuando haces deporte?
  • Pues, me siento más feliz. me contaba hace unos días un chico de 14 años. Y añadía:
  • ¿Suena un poco raro verdad?

Seguramente este adolescente descubrió algo en su deporte que hasta el momento desconocía. La rutina de entrenamiento que entre los dos hemos diseñado le aporta felicidad.

  • Y, ¿qué es para ti la felicidad?

El camino a la felicidad es diferente para cada uno de nosotros.

El psicoterapeuta Iñaki Bilbao Macías, experto en el tema, comenta que la felicidad consiste en tomar día a día pequeñas decisiones, que se traducen en acciones para vivir más feliz.

La felicidad es la decisión libre de elegir las actitudes y comportamientos que nos hacen sentir mejor todos los días.

Cuando decidimos actuar de forma coherente con nuestros valores y metas personales, realizamos pequeñas acciones respecto a la felicidad y, esto nos lleva a generar emociones más positivas que negativas.

La felicidad es una decisión de todos los días

Es cierto que, algunos días puedes sentirte mejor que otros (tal vez te afecte el clima o alguna fecha en particular). Valora cómo decides sentirte en el cómputo total de días del año. Si decides sentirte bien y feliz, estás en el buen camino.

A veces, las circunstancias no son favorables para sentirte bien, sin embargo, hay ciertas acciones que sí podemos poner en práctica para mejoran nuestra actitud ante la vida y generar pensamientos y emociones que nos potencien.

Si dentro de estas acciones te decantas por practicar deporte, te animo a poner en práctica las siguientes conexiones que te encaminarán hacia tu felicidad:

1.- Conecta tu deporte con la Naturaleza

La conexión con otros seres vivos tiene un impacto positivo en tu sensación de bienestar. El contacto con la naturaleza, se asocia con una mejor salud mental.

¿Y si añadimos nuestro movimiento? Respirar, caminar, correr, pedalear, ver, oler, sentir. Cuando conectas tu ejercicio físico con la naturaleza, conectas contigo, y la explosión de endorfinas (hormonas de la felicidad), puede ser brutal.

Además, pasar tiempo al aire libre nos expone a la luz solar, lo que ayuda que absorbamos mejor la vitamina D, y mejore nuestro estado de ánimo. Los bajos niveles de esta vitamina se relacionan con mayor depresión.

2.- Cuídate y conecta con tu Cuerpo

Hacer ejercicio no consiste únicamente en construir nuestros músculos.

Se ha comprobado que el hábito del ejercicio promueve la felicidad a largo plazo

Y aporta muchos beneficios a nuestra salud y estado de bienestar:

– Estimula a nuestro organismo a producir anticuerpos y proteínas que combaten las enfermedades.

– Libera unas hormonas, llamadas “endorfinas”, que mejoran el estado de ánimo y promueven sentimientos de euforia

– Combate la depresión y el estrés.

3.- Conecta y comparte Deporte con Otros

Hacer algo por los demás aumenta nuestra felicidad y también deja un granito de arena en el estado de ánimo de los demás.

Conectar tu deporte con el de otra persona y apórtale tu conocimiento, tu ánimo, tu agradecimiento, tu capacidad de escucha, te hará sentir bien, y las endorfinas actúan de nuevo, y con ellas tu sensaciones de bienestar y felicidad.

Comparte tu deporte con un amigo, con tu pareja, con tus padres, con tus hijos…

Los estudios científicos demuestran que ayudar a los demás  aumenta la satisfacción con la vida, proporciona un sentido de significado, aumenta los sentimientos de competencia, mejora el estado de ánimo y reduce el estrés.

Regalar un poco de tu tiempo libre para hacer algo por los demás aumenta nuestra percepción de bienestar. ¿Y si compartimos nuestro deporte en ese ratito de tiempo dedicado a aportar a los demás?

4.- Prueba, aprende y conecta con Algo Nuevo

¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo nuevo?

Los niños aprenden cada día, siempre tienen algo por descubrir. Tristemente esto se va perdiendo con el tiempo (y no debe de ser así).

El aprendizaje afecta a nuestro bienestar. El deporte nos ayuda a mantener nuestra mente curiosa ante un desafío, una habilidad que no controlamos o un reto que nos motiva. Además da un sentido de logro y ayuda a aumentar nuestra confianza. El deporte puede ser una gran herramienta para recuperar el niño curioso y activo que todos llevamos dentro.

Aprender una nueva habilidad, como una nueva forma de correr, un ejercicio diferente con tu cuerpo, una nueva ruta o paisaje, o una manera distinta de respirar, mejora tu capacidad intelectual y tu motivación diaria.

Aprender significa descubrir o probar cosas nuevas. No tienen por qué ser cosas muy grandes y ambiciosas (aunque podrían serlo), el objetivo es reinventar tu rutina haciendo espacio para cosas nuevas.

5.- Conecta y conversa mientras haces deporte

Cuando entramos en modo “rutina” llámese: trabajo, escuela, hijos, obligaciones, deberes…, a veces nos olvidamos de las cosas que nos hacen felices, como por ejemplo conversar con un amigo.

Nuestras relaciones con otras personas son clave para nuestra felicidad. La conexión social forma parte de un estilo de vida saludable. Las relaciones con los amigos y la familia proporcionan amor, propósito y aumentan nuestros sentimientos de autoestima.

Un paseo, un rato de carrera, una pedalada o una excursión a la montaña pueden ser grandes espacios para una auténtica conversación, para charlar sobre tus opiniones, tus pensamientos y tus sentimientos, para escuchar y sentirte escuchado.

Estudios demuestran que las personas con relaciones fuertes son más felices, saludables e incluso viven más tiempo. Las conversaciones significativas te hacen más feliz. ¿Y si conviertes tu rato de deporte en un genial momento para conversar y fortalecer tus relaciones personales?

Te animo a combinar tu rato de deporte con alguna de las 5 conexiones, ver cómo te sientes, y anotar qué pequeñas decisiones tomas camino de tu felicidad.

En el próximo artículo veremos 5 hábitos para trabajar desde tu interior y que enlazados con tu deporte te aportaran bienestar y felicidad.

Photo Credit: Mujer corriendo via Shutterstock

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viernes, 14 de julio de 2017

Necesito tener pareja: La dependencia emocional

dependencia emocional

Que el hombre es un animal social ya lo decía Aristóteles en su obra “La Política”, donde añadía que no puede vivir aislado y sin contacto social. El individuo es un ser único, pero lo es porque se diferencia de los demás, porque vive y se desarrolla en una sociedad que es la que le da su identidad, le completa y le reconoce a la vez.

Pero el ideal o lo sano es llegar a la edad adulta como individuo independiente, autónomo y con la capacidad de desenvolverse y afrontar la vida con recursos propios.

Nacemos como seres completamente desvalidos y dependientes y, a través del cuidado, del contacto, el modelado, el aprendizaje, el “ensayo y error”, vamos creciendo, adquiriendo habilidades propias que nos permiten ganar en autonomía y suficiencia en nuestro entorno. Sin duda, la infancia y adolescencia servirán como escenarios para poner en práctica nuestras capacidades, ajustar nuestras conductas y, en definitiva, conformar nuestra identidad como personas.

Así pues, se ha de suponer que en la edad adulta seremos individuos independientes, con capacidad para tomar nuestras propias decisiones, con libertad y sin que nos afecte la influencia externa. Y decimos que se “ha de suponer” porque la realidad es muy distinta y ya bien entrada la adultez existen muchas personas que lejos de desenvolverse con autonomía, muestran una clara, y a veces limitante, dependencia hacia los demás.

No obstante, en este punto es importante matizar, tal como señala Anna García Badill, que depender de los otros en la adultez no es algo malo, la dependencia emocional en sí no es una patología y es algo normal en los seres humanos, pero siempre que hablemos de una dependencia sana.

El problema, o la llamada de atención, lo tendremos cuando la necesidad de tener una relación de pareja se vuelve algo imperativo, algo obligado y urgente, por lo que estas personas, si finalizan una (al margen de quién de los dos decida la ruptura), inmediatamente buscarán iniciar otra y así, restaurar el estado que, para ellos, es el normal. En estos casos no estamos hablando de patologías ni de trastornos de la personalidad, pero sí es cierto que, bajo esa necesidad a tener una pareja, puede existir algún tipo de trauma o carencia, normalmente originada durante la infancia, que, en un intento de compensarse, se traduce en una dependencia emocional en la edad adulta.

Desde los componentes afectivos y conductuales definiríamos la Dependencia Emocional como un “patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir desadaptativamente con otras personas”. Jorge Castelló (2010).

El encadenar una relación tras otra, de mayor o menor duración y de mejor o peor calidad afectiva, sólo importando el hecho de tener pareja y llegando a sentir inquietud, inseguridad e incluso malestar durante el periodo intermedio en el que se encuentra sólo, es un comportamiento cada vez más habitual en una sociedad en la que se nos impone cómo ser, cómo pensar y casi establece cómo debe ser nuestra vida, qué se supone que debemos hacer y qué se espera de nosotros para, teóricamente, encajar perfectamente.

Pero más allá del “qué dirán”, se ha de tener claro que la dependencia siempre tiene que ver con evitar alguna emoción negativa (Mansukhani 2016), lo que en este caso podría ser motivado por una baja autoestima, inseguridad o temor a estar solo y el sentimiento de indefensión que conlleva. En este sentido, realmente lo que generará la dependencia es la evitación de esa emoción negativa, por lo que aquello de lo que somos dependientes, en este caso, el tener pareja, generará la recreación de un estado interno calmante o regulador, evitando, al menos temporalmente, el estado negativo. De esta forma, la conducta de buscar siempre una relación de pareja (dependencia) regulará y compensará la angustia de sentirse solo y, con ello, no querido (emoción interna negativa a evitar).

La dependencia emocional se estudia desde diferentes enfoques, siendo los más destacados los realizados desde la Teoría del Apego y los que la asocian a la sobreprotección de los padres, sin importar la cultura.

El enfoque del proteccionismo dice que el autoritarismo parental se vincula con la generación de dependencias en los niños, adolescentes y adultos. Si en las relaciones parentales no se promueven situaciones en las que ofrecer y desarrollar en el niño comportamientos independientes y autónomos, sobreprotegiendo y evitando todo acto de construcción de su ser por sí mismo, limitando aquellas oportunidades de comprobar por sí solo sus capacidades y haciéndole creer que no puede, no sabe o no debe (en especial en la adolescencia), el individuo tendrá una alta probabilidad de engendrar una dependencia emocional hacia los demás. Es decir, se estará impidiendo que el niño se desarrolle autónomamente y aprenda por “ensayo y error” durante este período crítico (Bornstein, 1992; Schore, 1994; Castello, 2000; Goleman, 2006; Bornstein, 2011).

Por otro lado, desde la Teoría del Apego se explica que todas las capacidades emocionales que se ponen en juego en las relaciones interpersonales afectivas, especialmente en las relaciones de pareja, se desarrollan y aprenden, no nacemos con ellas, y su adquisición se produce a través de las relaciones con nuestros referentes de cuidado, durante la construcción del vínculo con estas figuras de apego.

Según John Bowlby, sin estas capacidades emocionales, la posibilidad de establecer relaciones afectivas sanas, equilibradas y satisfactorias puede verse seriamente mermada. Asimismo, y como consecuencia, en función de cómo se haya creado el vínculo afectivo, así será el tipo de estilo de apego que desarrollará el niño en su infancia que posteriormente evolucionará al estilo de apego adulto, que se pondrá en juego en las relaciones de pareja.

Las relaciones de pareja, como relaciones de apego, son relaciones en las que se activan los modelos de apego adquiridos y forjados en la infancia. Así pues, la continuidad entre el apego infantil y el apego en las relaciones de pareja vendría del deseo de mantener la proximidad física con la pareja, para lograr evitar el sentimiento negativo, lograr el confort propio y tener la seguridad necesaria (provista por tener a esa persona a su lado) en los momentos de estrés. Cabe matizar que los criterios para que una relación se considere de apego son lazos de larga duración, caracterizados por el deseo intenso de mantener la cercanía de un compañero que no se ve intercambiable por ningún otro. (Olga Barroso Braojos, Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia).

No obstante, teniendo en cuenta todo lo arriba expuesto, hemos de subrayar que no todo está perdido y que no podemos escudarnos en la recurrente idea de que “yo soy así”, pues tal como afirma José Luis Gonzalo Marrodán, “es posible influir en los esquemas de apego de un modo que éstos puedan sanar, bien modificándolos en su naturaleza, bien generando nuevos esquemas alternativos en una suerte de resiliencia secundaria”. En este punto, nos uniríamos a la idea que tanto Gonzalo Marrodán como el propio Cozolino promueven: el apego es plástico.

En definitiva, y afortunadamente, la psicoterapia se revela como una experiencia capaz de influir en los esquemas de apego alterados, tanto en los niños como en los adultos, logrando promover esa plasticidad para readaptar los vínculos afectivos, lo que en definitiva redundará directamente en la autoestima, seguridad y capacidad de ser más autónomo y autosuficiente en nuestra sociedad (Louis Cozolino. Neuroscience of psychotherapy. Healing de social brain.).

Photo Credit: Pareja via Shutterstock

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