“Cualquier persona tiene el potencial para convertirse en suicida cuando se enfrenta a una situación que produce dolor emocional y considera interminable, intolerable y sin salida.
J. A Chiles y K. Strosahl; The suicidal patient
Esta es la principal causa de cualquier idea sobre suicidio. Hoy vamos a aprender algunas cosillas sobre este tema. Sobretodo, cómo actuar y qué mitos irreales se dicen sobre esto.
Falsos mitos sobre el suicidio
Empezamos por lo más obvio. Hay ciertos mitos sobre el suicidio que son completamente falsos. Por ejemplo:
- Cuando la gente habla de suicidarse, en realidad nunca lo hace. La mayoría de la gente que comete suicido ha avisado directa, o indirectamente.
- Cualquiera que intente matarse, está Loco. Falso, el dolor emocional extremo no tiene por qué ir ligado a una enfermedad mental siquiera.
- Si una persona está dispuesta a matarse, nada ni nadie podrá impedirlo. La mayoría de los suicidas no quieren morir. Sólo quieren librarse de esa agonía, o quizás tienen sentimientos encontrados y vida y muerte se entremezclan de una forma muy confusa.
- Después de superar una crisis suicida, esa persona ya está fuera de peligro. Ese sentimiento puede perdurar, o puede aparecer de nuevo en el futuro.
¿Cómo podemos detectarlo?
Y ahora empecemos con la parte práctica. ¿Podemos detectar si una persona está pensando en suicidarse? Sí, hay ciertos indicios. Eso sí, que detectemos alguno de ellos, no significa que esa persona vaya a cometerlo inevitablemente. La mayoría de las veces, estos indicios son llamadas de socorro. Son una forma de expresar lo mal que se están sintiendo. Pero eso no significa que tengamos que relajarnos. Debemos estar atentos a cosas como por ejemplo:
- Por supuesto, cuando mayor es la depresión, mayor es el riesgo a caer en esta idea.
Y este debería de ser el primer indicativo. La depresión va degenerando muchísimo a una persona. Pero por lo general, si sufre de depresión, siempre hay un riesgo.
- Escuchar que esta persona dice cosas como: “Todos estarían mejor sin mí”, “Lo sentirás cuando esté muerto”, “No os preocupéis, no estaré mucho tiempo aquí”.
Parecen frases dichas para llamar la atención. Pero no debemos subestimarlas.
- Preocupación por la muerte. Ya sea hablando o escribiendo sobre ella.
- Hacer testamento, arreglar papeles, regalar cosas
- Estar de repente contento y relajado después de haber vivido un episodio de profunda tristeza.
Esta es la que más llama la atención. Cuando una persona ha tomado la decisión de suicidarse, ya nada más le preocupa. Ya no hay motivos para estar deprimido. Ya ha tomado una solución práctica.
- Visitar de repente a amigos y familiares, puesto que se trataría de una despedida.
- Haber tenido muchos accidentes de repente. O se ha visto envuelto en alguna conducta de riesgo, como conducir con exceso de velocidad, autolesionarse, etc.
- Acumular fármacos.
- Hablar sobre el suicidio. Incluso bromeando.
Y si esa persona te dice que quiere suicidarse, fíjate en los siguientes elementos:
- Averigua si hay riesgo inmediato de suicidio. Si por casualidad, ya tiene pensado el momento y la forma. Normalmente, no hay riesgo inminente de suicidio, pero de ser así, no dudes en avisar a la policía.
- No lo dejes solo. Escúchale con lo que tenga que decir. No juzgues, no intentes ponerte en su lugar y comprender lo que siente. Por muy irrealista que suene lo que te esté diciendo, lo importante son sus sentimientos. Recuerda: su dolor es tan grande que prefiere morir que seguir adelante.
- No intentes que se sienta culpable diciéndole, por ejemplo, que hará mucho daño a su familia si muere. Es mucho peor eso.
- No desestimes nada de lo que te diga diciéndole por ejemplo que no piense en esas cosas, o que se olvide, ni nada de eso.
- Muéstrale atención. Deja que llore, que se enfade. Da igual, que exprese todo lo que tenga que expresar.
- Y después, tu devolución, lo que debes de decirle, es que lo que siente, aunque él diga lo contrario, tiene tratamiento. Que hay otras alternativas. Que una persona con esos pensamientos debe de acudir primero a un especialista y que no desestime la ayuda de los profesionales. Dile que esos pensamientos y deseos siempre son temporales. Y que pase lo que pase, le ayudarás a que se mejores.
- Y ya puestos, ya que vas a ayudar, saca de su casa todo aquellos objetos que pueda ser peligroso; como por ejemplo, medicamentos. Y por supuesto, ayúdale a encontrar a un psicólogo o psiquiatra.
¿Y si soy yo el que tiene ideas suicidas?
Y bueno, ¿y si resulta que yo mismo soy el factor de riesgo? ¿Y si soy yo quien tiene esas ideas? ¿Qué puedo hacer para acallarlas?
Todo pensamiento suicida es transitorio. Puede durar más, o durar menos, dependiendo de lo grave de la situación de esa persona. Pero esos sentimientos, incluso para las propias personas depresivas, se terminan convirtiendo en algo predecible. La mayoría de los suicidios suceden durante los tres primeros episodios depresivos, antes de que se den cuenta de esta naturaleza transitoria. Después, el riesgo de suicido disminuye.
Aquí te doy algunos tips prácticos para ayudarte:
- Escribe una lista de 5 o 10 personas de confianza a las que podrías recurrir, con sus contactos.
- Prométete que en cuanto tengas ese tipo de ideas, dejarás todo lo que estés haciendo, y llamarás a la primera persona de esa lista. Si no contesta, o no se lo toma en serio, a la segunda. Y así hasta que puedas hablar con alguien.
- Busca un psicólogo y pide cita inmediatamente.
- Lleva un diario donde puedas describir tus síntomas depresivos y tus pensamientos suicidas.
- Paralelamente, escribe sobre tus metas, tus esperanzas y deseos de futuro. Aunque sean irrealistas o ideales. Escribe también sobre las personas importantes en tu vida. Este documento será como un comodín. Puedes leerlo cada vez que te sientas mal.
- Después de que los describas, podrás identificar las señales y los síntomas que te llevarán a la ansiedad o a otra crisis suicida. Grábate a fuego que esos síntomas son señales para que empieces a cuidarte. No para que te enfades contigo o sientas autocompasión.
La idea de la muerte es algo que todos tenemos. No lo neguéis. Todos en algún momento hemos pensado qué se siente al morir, o cómo sería el mundo si yo no estuviera. Es algo normal. Es algo a lo que nos tendremos que enfrentar tarde o temprano.
Si quieres saber más, o tener un recurso más atractivo, siempre puedes tener en cuenta este vídeo donde se cuenta todo esto, y algunas cosillas más.
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Photo Credit: Chica triste via shutterstock
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