martes, 20 de junio de 2017

Ballenas azules: otro peligro en red

ballena azul

¿Qué es “Ballena azul”?

El nombre de Ballena azul pertenece a un juego de entretenimiento nacido hace un tiempo de la mano de un grupo de expertos en manipulación social. Este juego tiene la particularidad de que debe jugarse desde grupos creados en redes sociales. Invita a los participantes a superar una serie de pruebas, en orden creciente de dificultad hasta llegar al suicidio, todo ello realizado desde el mayor secretismo.

Los responsables del juego consiguen llegar hasta sus víctimas, previamente investigadas a través de las redes sociales. La información conseguida es utilizada posteriormente para chantajear a los menores en caso de que se les ocurra abandonar el juego.

Tiene un funcionamiento muy simple pero también muy peligroso. Los adolescentes se inician en el juego, participando en las 50 pruebas que se proponen, tales como provocarse lesiones, tatuarse una ballena azul en la piel, estar despiertos varios días, ver  películas de terror y sentarse en algún lugar donde se expone parte del cuerpo al vacío para ir “perdiendo el miedo”. La última prueba y la estrella del juego consiste en suicidarse.

¿Cómo detectarlo?

Por extraño que parezca muchos adolescentes se pueden dejar llevar por este juego, ya que prevalecen en muchos de ellos la búsqueda de lo prohibido y de sensaciones nuevas.

Es frecuente en esta etapa, la toma de decisiones de manera impulsiva, la asunción de riesgos y el alejamiento y distancia respecto a los controles de los adultos.

Romper los límites o ponerlos a prueba puede ser su patrón de funcionamiento en una creencia de omnipotencia y de que pueden con todo. Huir del aburrimiento, estimularse a través de algo nuevo y peligroso, sentirse vivos, animarse en un nuevo reto, pueden formar parte de sus motivaciones iniciales.

Es difícil que un niño sin problemas pase de la tercera prueba y quede atrapado en el juego, pero pueden tener curiosidad por saber de qué se trata. El aburrimiento o las ganas de un reto los pueden llevar a  iniciarse en el juego, pero difícilmente llegarán a hacerse daño o al suicidio. Por el contrario las víctimas probables serán niños con problemas, con un perfil ya dañado, con presencia de un carácter débil y una autoestima baja, que busquen una identidad a través de la sensación de pertenencia a un grupo.

La construcción de la personalidad se inicia en los primeros años de vida, pero es en la pubertad donde toma una importancia fundamental. En esta etapa la búsqueda de identidad, la necesidad de aprobación y de pertenencia a un grupo se convierten en necesidades básicas y vitales.

Si en la vida real el adolescente presenta carencias, se mantiene excluido del grupo y se siente vacío y solo, la solución esta soledad puede pasar por la hiperconectividad en la que vivimos inmersos. Verán en el instructor del juego y en los compañeros de red una sensación de aprobación constante que seguramente no encuentran en su vida real y esto genera una “adicción”. Las ganas de exposición pública, la búsqueda de excitación constante y de quizás pasar a la posteridad también juegan a favor del juego.

Muy alerta si los adolescentes presentan lesiones, comportamientos extraños, alteraciones alimentarias o relacionadas con la falta de sueño. Debemos reactivar la comunicación con los adolescentes, sabiendo escucharlos y sobre todo entenderlos desde su propia mirada y dudas. Debemos mantener la distancia suficiente con ellos para que no se sientan controlados, pero sin que sea demasiado grande porque siguen necesitando de nuestro apoyo.

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