martes, 27 de junio de 2017

Intervención Psicológica para el control de las conductas violentas

conductas violentas

Cuando, en terapia, estamos frente a una persona con una conducta violenta, diseñamos a su medida un plan de intervención, que, siempre parte de una evaluación exhaustiva y se adecua al sujeto, pero, destacamos en este artículo unas técnicas de intervención que solemos utilizar y que siguen el modelo de los autores Goldstein y Keller, los cuales, dividían las conductas violentas en una serie de etapas y a cada etapa asignaban una técnica de intervención.

Entrenamiento en el control de la cólera: Se utiliza el entrenamiento en autoinstrucciones, siguiendo la premisa de que la cólera es fomentada y mantenida por las auto afirmaciones de la persona en situaciones de provocación, por lo tanto, la intervención consta de tres etapas:

  1. Preparación cognitiva en la que se instruye al sujeto sobre los aspectos cognitivos, fisiológicos y conductuales de la cólera, sus funciones y sus antecedentes.
  2. Adquisición de habilidades de afrontamiento en respuesta a provocaciones, haciendo aquí énfasis en las autoinstrucciones cuya adquisición consta de 4 fases: preparación para la provocación, impacto y provocación, afrontamiento de la activación fisiológica, reflexión sobre la provocación.
  3. Entrenamiento en aplicación haciendo uso de role playing, tareas para casa…

Entrenamiento en relajación: Solemos seguir el procedimiento de Jacobson.

Entrenamiento en comunicación, negociación y establecimiento del contrato:

  1. En comunicación: Se enseña a ocuparse de los problemas uno a uno, elegir el momento y lugar adecuados, revisar los sentimientos y puntos de vista propios, ser empático, reconocer la subjetividad, centrarse en la conducta…
  2. En negociación: Se enseña a mantener la calma, elegir metas, dónde, cuándo y cómo negociar. Se aplica la secuencia: plantear la propia posición, manifestar la comprensión de la postura del otro, preguntar al otro su opinión, escucharle y proponer un compromiso.
  3. Establecimiento del contrato: Es aconsejable realizar contratos conductuales ya que con estos se fijan los objetivos a largo plazo. En estos se establecen las conductas objetivo, recompensas, sanciones y bonificaciones así como guardar un registro de la conducta y las consecuencias.

Entrenamiento en el manejo de contingencias: El psicólogo aplica técnicas de modificación de conducta, un sistema de recompensas o sanciones para aumentar la probabilidad de que aparezca una conducta concreta o reducir esta probabilidad.

Entrenamiento en habilidades sociales: Es importante trabajar en habilidades básicas como escuchar o dar las gracias, superiores como participar, pedir ayuda o disculparse; habilidades para expresar sentimientos; habilidades alternativas a la agresión como pedir permiso, negociar, defender los derechos, utilizar el autoncontrol..; habilidades para enfrentarse al estrés como presentar una queja, defender a un amigo, enfrentarse a una acusación… y habilidades de planificación como fijar objetivos, reunir información…

Entrenamiento en valores prosociales: Hace que la probabilidad de que la persona actue de forma prosocial y no violenta sea mayor. Esto supone: pensar el problema y la toma de decisiones, mostrar preocupación por los sentimientos e intereses de los otros, comportarse en búsqueda del beneficio tanto de uno como de los otros. Para este entrenamiento se puede elegir la Educación Moral de Kholberg.

Photo Credit: Hombre enfadado via Shutterstock

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