Seguramente has practicado ejercicio en algún momento de tu vida o has intentado ponerte en forma una, dos o “cien” veces. Tal vez no han sido experiencias positivas o no has logrado ser constante por falta de tiempo, energía o motivación suficiente para practicar
El ejercicio físico puede convertirse en un recurso altamente efectivo para mejorar nuestra salud porque esta científicamente demostrado que:
- Mejora la función mental, la autonomía, la memoria, y la rapidez.
- Ayuda a reducir el estrés.
- Aumenta la autoestima.
- Estimula la creatividad y la concentración.
- Mejora nuestra imagen corporal.
- Favorece la relación social.
- Produce una estabilidad en la personalidad caracterizada por el optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.
Casi nada!!
Tal vez ahora quieres ponerte en forma. Pero ¿lo quieres de verdad?
Cuando el ejercicio entra a formar parte de tus prioridades, encuentras un sentido a tu práctica. Y disfrutas. Quieres practicar, de Verdad. Y ese rato para ti y tu deporte pasa a ser algo irremplazable. No supone esfuerzo, se convierte en algo habitual y natural para ti.
Desde mis conocimientos y dilatada experiencia profesional con el deporte y las actividades físicas comparto con vosotros las que creo son las claves para ponerte en forma y mantener motivación y constancia. Y, de manera definitiva integrar el ejercicio en tu vida.
Revisa y replantéate tu enfoque del ejercicio físico
Revisa tu lista de prioridades de cada día e integra tu momento para el ejercicio. Te ayudará a ordenar las tareas de cada día y a reservar ese tiempo tan necesario para ti y tu deporte. Porque tu ejercicio es tan importante como tu trabajo, tu alimentación o tu descanso. El ejercicio puede convertirse en el hábito motor que desencadena otros hábitos saludables en la tu manera de alimentarte, de descansar y de manejar tus emociones en el trabajo y en tu vida.
Entiende el ejercicio físico como un privilegio, no como algo obligado o impuesto. Nuestro cuerpo esta diseñado para el movimiento. Los pulmones, el corazón, nuestros huesos y músculos necesitan activarse para estar sanos. Démosle al cuerpo esta oportunidad. Apuesta por cuidarte desde el agradecimiento y el sentirte privilegiado por tener el cuerpo que tienes y poder ejercitarlo. Sustituye el “tengo que” hacer ejercicio por el “quiero” entrenar mi cuerpo.
Pregúntate qué sentido tiene para ti el ejercicio, cuál es tu para qué, tu motivación real para practicar. ¿Qué te aporta el ejercicio? . Dentro de tus valores personales, ¿qué puesto ocupa tu ejercicio?
Enfócate en un objetivo motivador, positivo y alcanzable. Define algo que quieras conseguir, que tenga un punto de reto o desafío, que te inspire, que te lleve a practicar y que tenga suficiente fuerza para vencer a los saboteadores que puedan aparecer en el camino: la pereza, el sofá, cualquier otra cosa mejor que hacer, no tengo tiempo, lo dejo para más tarde… Anótalo, ponle fecha de caducidad y empieza a entrenar cada día para consequirlo.
Aprende a optimizar tu tiempo y energía. A partir de rutinas sencillas de 5-10 minutos que puedes realizar en casa y de tu ejercicio/semanal en grupo descubrirás eficacia en cada movimiento, y recursos para organizar tu tiempo y energía de cada día. El ejercicio te ayuda a ser más eficiente y lograr un rendimiento óptimo en tus actividades diarias.
Comparte con los demás tu ejercicio, puedes anotar en un diario tus sensaciones de cada día o contar a tus amigos y familiares cómo ha ido tu entrenamiento. O aún mejor practicar con ellos. Todo ello aumentará tus niveles de motivación y constancia.
Pasos a seguir para ponerte en forma
1. Integra momentos activos cada día aprovechando tus rutinas cotidianas.
Algunos ejemplos son:
- Tu paseo matutino o vespertino
- Subir/bajar escaleras
- Pedalear o caminar para ir al trabajo.
- Aprovechar las tareas domésticas para ponerte en forma
- Estirarte por las mañanas,
- Chequear tu postura en el trabajo.
De esta forma aseguras los 30 minutos de actividad física diaria saludable que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
2. Integra un entrenamiento pautado 2-3 veces por semana.
- Escoge una actividad que te guste, individual o en grupo
- Asegúrate de trabajar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia
- Aprende y practica rutinas posturales y de fortalecimiento del suelo pélvico y zona abdominal profunda
- Recurre al asesoramiento de buenos profesionales de la actividad física y el deporte
3. Ten presente y recuérdate cada día.
- El momento del día para tu ejercicio (prioridad en la agenda diaria)
- El sentido que das a tu ejercicio
- Tu objetivo motivador, positivo y alcanzable
A partir de ahora la decisión está en tus manos.
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