Para conseguir nuestras metas profesionales y personales es clave tomar conciencia del lugar en que estamos y el lugar a dónde queremos llegar. Una vez identificado el punto de inicial y final habrá que definir las acciones y recursos necesarios para alcanzarlas.
Toda acción implica movimiento y cada movimiento produce algún cambio.
Dicho esto, asumir el control sobre nuestras vidas y comportamientos nos permitirá actuar de manera coherente a lo que se desea. Ahí es cuando la proactividad se convierte en un elemento clave si queremos obtener resultados satisfactorios para nuestro proyecto profesional y personal.
¿Qué es ser proactivo?
Son varios los autores que han abordado el tema, uno de los más conocidos es Stephen Covey quien habla del hábito de la proactividad en su libro “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Productiva”, publicado en 1989 con más de 25MM de ventas en 52 idiomas.
Para Steve Covey, la proactividad es el punto de partida del liderazgo personal y la resume como la capacidad de una persona para liderar su propia vida al centrarse en su círculo de influencia. Es decir, las personas proactivas focalizan sus esfuerzos en aquello sobre lo que tienen control, aquello en lo que realmente pueden hacer algo.
Ser proactivo es no esperar a que las cosas pasen, es hacer que las cosas sucedan.
Ser proactivo no es preocuparse, es ocuparse.
No basta con hacer un análisis reflexivo de la situación y plantearse ideas para alcanzar un objetivo, hay que llevar esas ideas a la acción para transformarlas en resultados.
Las personas proactivas se enfocan en tener resultados concretos.
¿Qué es no ser proactivo?
Lo opuesto a ser proactivo es ser reactivo.
Ser reactivo es reaccionar a lo que ocurre y cuando esto pasa no somos realmente dueños de nuestros actos, más bien nos convertimos en el resultado de lo que pase a nuestro alrededor.
Una persona reactiva le da el poder de sus reacciones a lo que ocurre a su alrededor, a las circunstancias de la vida.
Ser reactivo se convierte en un problema cuando se transforma en una tendencia o cuando nos comportamos de esta manera en situaciones relevantes para nuestras vidas dado que estarás viviendo bajo la subordinación de los estímulos externos; y no de tus propios valores, principios y metas personales.
El peligro de la reactividad radica en tener respuestas que no sean coherentes con nuestros verdaderos valores, alejándonos cada día más de aquello que deseamos para nosotros mismos.
¿Qué hace que una persona sea más proactiva que otra?
Lo normal es que no estemos en los extremos, más bien podemos tener tendencia a comportarnos de manera reactiva o proactiva en determinadas circunstancias o con tendencia generalizada como estilo de vida hacia lo uno o lo otro.
Las personas proactivas poseen un mayor desarrollo de 4 principios. Los cuales son:
- Autoconocimiento
El autoconocimiento es clave para adoptar y corregir un comportamiento u otro, debido a que desarrolla la autocrítica y capacidad de autocorrección a partir de lograr mayor conciencia de nuestras fortalezas, habilidades, debilidades, creencias limitantes; lo que se desea para sí mismo y lo que no.
- Conciencia
La conciencia permite desarrollar la capacidad de elegir con asertividad, con ella podrás escoger lo que es mejor para ti en cada situación y acercarte a tener una vida más alineada con tus valores y principios.
- Creatividad Imaginativa
La creatividad imaginativa te permite descubrir alternativas y enfoques diferentes, teniendo como resultado una perspectiva más amplia para enfrentar y manejar las situaciones que se presenten de modo que se aumentan las probabilidades de escoger la solución más conveniente.
- Voluntad Propia
La voluntad propia aumenta la capacidad de independencia y protagonismo en nuestras vidas. Como resultado la persona estará más cerca de actuar en función de sus metas personales y no a partir de presiones o supuestos del entorno.
Practicar estos principios te dará mayores posibilidades de tener éxito en tus proyectos y metas profesionales y personales.
En vez de actuar a “modo piloto automático”, podrás incorporar hábitos y desarrollar habilidades que realmente te permitan ser el verdadero líder de tu existencia.
La suerte está echada… ¿De qué lado estás tú?
Es inevitable que estés expuesto a contingencias, sucesos que no esperas, hechos que te tomen por sorpresa. Situaciones y circunstancias que no puedas controlar y vayan más allá de ti. Sin embargo, lo que sí es seguro es que eres 100% dueño de tus reacciones y comportamientos.
Eres el responsable de controlar cómo responder ante lo que te rodea.
Un ejemplo está en las diferentes reacciones que tienen las personas ante una misma situación. Veamos este supuesto:
- Dos personas han quedado en situación de desempleo.
Una de ellas se dedica a enviar curriculum vitae día tras día a páginas de empleo; mientras que la otra además de enviar curriculum se involucra en proyectos sociales, hace formaciones, crea un blog personal, gestiona su presencia en redes como Linkedin.
Iguales situaciones, pero diferentes reacciones y comportamientos.
La Proactividad no es un Don Divino, es un Hábito…
A estas alturas supongo que hayas entendido la importancia de ser proactivo para alcanzar tus metas profesionales y personales.
Te propongo 3 simples ejercicios para detectar cuán proactivo eres y comenzar desde ahora mismo a desarrollar este hábito.
Ejercicio #1. Testea tu Proactividad para Alcanzar tus Metas Profesionales y Personales.
Reflexiona con estas preguntas y detecta tu nivel de proactividad, es importante que sea totalmente sincero contigo mismo.
P 1. ¿Tienes plazos concretos y enmarcados en el tiempo para cumplir tus objetivos? ¿Los chequeas y cumples?
P 2. ¿Basas tus tareas diarias en una planificación previa que asegura conseguir resultados concretos?
P 3. ¿Cómo reaccionas ante las urgencias? ¿Sales corriendo a atenderlas o primero te preguntas si es algo que puede hacerse en otro momento?
P 4. ¿Concentras tus esfuerzos en obtener resultados en aquello que puedes hacer por ti mismo o en aquello que no depende sólo de ti?
P 5. ¿Buscas varias opciones a las situaciones que se te presentan o que imaginas que pueden ocurrir?
P 6. ¿Cuándo algo te está saliendo mal buscas otras alternativas o cambias tus objetivos?
P 7. ¿Eres perseverante en tus objetivos y pruebas varias opciones antes de pensar en tomar otro rumbo?
P 8. ¿Ejecutas acciones concretas y medibles para las ideas y planes que te planteas?
P 9. ¿Tienes un plan B o de contingencia para tu negocio o proyecto?
P 10. ¿Tienes una idea clara de lo que quieres ser y dónde quieres estar de aquí a 3-5 años?
Comienza con estas preguntas y en función de la profundidad y sinceridad de tus respuestas podrás identificar hacia dónde pesa más la balanza.
¿Eres más bien proactivo o reactivo? Te espero en los comentarios.
Ejercicio #2. Escúchate a Ti Mismo y Reprograma tus Pensamientos
Una mentira repetida mil veces se convierte en una gran verdad ¿Te suena?
Los pensamientos son determinantes en nuestros comportamientos y acciones, es por ello que debemos cuidar con recelo lo que pensamos sobre nosotros mismos y lo que nos rodea, así como la manera en que articulamos nuestras ideas.
Una expresión muy clara de nuestros pensamientos es precisamente el lenguaje, la forma en que empleamos las palabras son una expresión de la visión que tenemos del mundo y de nuestras actitudes ante la vida.
Escucharte a ti mismo y las expresiones que utilizas te dará pistas para conocer cuán proactivo o reactivo eres. (igual para hacerlo con los demás)
Te pongo algunos ejemplos comparativos para que lo veas más claro:
Pensamientos Reactivos Pensamientos Proactivos
Lo intentaré… Lo haré…
Esta es la opción para… Cuáles son las opciones para…
No sé si puedo hacerlo… Yo puedo hacerlo…
Tengo o debo… Prefiero o quiero…
Las cosas son así… Las cosas pueden ser mejores…
¿Te das cuenta de la diferencia?
Corregir tus pensamientos con palabras que te empoderen es un buen comienzo para desarrollar el hábito de basar tus conductas en decisiones, no en las condiciones o estímulos que vayan surgiendo.
Ejercicio #3. Ejercita con el Gran Poder del Por qué y Para qué
A lo largo de nuestras vidas asumimos verdades prefabricadas, condicionamientos sociales, creencias de lo que es bueno o malo. Forma parte de nuestra adaptación social, de sentirnos y formar parte de un grupo o status.
Sin embargo, dejar que estos cánones sociales definan de manera automática tus conductas te alejan de tu esencia como persona.
Una cosa es adoptar y respetar determinadas reglas grupales como medio para sobrevivir en sociedad y otra bien diferente es supeditar tus decisiones a los reclamos y exigencias externas.
Hay que establecer una línea divisoria entre tu ser social y tu ser individual; y para ello tener una actitud reflexiva y crítica con tu cotidiano de vida es un buen punto de partida.
Te propongo usar el gran poder del por qué y del para qué como método para detectar las causas e impacto real de las situaciones que se presentan y las decisiones que vas tomando en cada una de ellas.
Poniendo todo junto…
Ser proactivo no significa ser soñador, ingenuo, ridículamente optimista; tampoco ser temerario o impulsivo.
Ser proactivo significa tomar conciencia de que eres el responsable de tu vida, de tus actos; que tienes opciones a escoger y que es tu responsabilidad escoger la más inteligente y conveniente según tus principios y valores de vida.
Significa conocer las dificultades y el entorno, pero concentrarse en lo que tú puedes hacer, en tu círculo de influencia; NO en aquello que no puedes controlar o no depende de ti.
Ser proactivo significa tomar la iniciativa y ocuparse por hacer que las cosas sucedan sobre la base de un pensamiento previo de acuerdo con tus valores y deseos.
Y ahora te toca a ti, me encantaría conocer tus opiniones.
¿Cuán proactivo eres en tu vida profesional y personal?
¿Qué es lo que más te cuesta para tomar las riendas de tus sueños y aspiraciones de vida?
Te espero con ilusión en los comentarios para debatir sobre estos temas.
La entrada ¿Quieres alcanzar todas tus metas? Comienza por ser proactivo aparece primero en Psicocode.
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